martes, 23 de febrero de 2016

Revista de Prensa

Acuerdo para una tregua en la guerra de Siria

 

Vladímir Putin y Barack Obama.
"La ONU denuncia la destrucción intencionada de hospitales en Siria por parte de las tropas gubernamentales y el Estado Islámico"
Este próximo 27 de febrero es la fecha marcada en el acuerdo al que han llegado EEUU y Rusia para el cese temporal de las hostilidades. El alto el fuego será aprovechado para hacer llegar ayuda humanitaria a las poblaciones con mayores necesidades.
Según los términos del acuerdo, la tregua no afectará a los grupos terroristas como el Frente al Nusra o el Estado Islámico, a los que se seguirá combatiendo ininterrumpidamente.
La organización relata en su último informe los ataques intencionados contra los centros sanitarios llevados a cabo principalmente por las fuerzas gubernamentales, pero también por parte de los terroristas del Estado Islámico.
La ONU también censura a los principales actores internacionales y regionales, que tratan de buscar una solución de paz mientras “continúan alimentando la escalada militar”.
La organización terrorista ha puesto en libertad a los más de 200 cristianos secuestrados en la zona oriental del país el año pasado. Según diferentes asociaciones de activistas pro derechos humanos, el grupo terrorista pidió 18 millones de dólares de rescate por los cautivos, aunque negociaciones posteriores habrían rebajado sensiblemente la cantidad.
Una delegación de altos representantes de la organización terrorista chií libanesa –apoyada porIrán– llegó ayer a El Cairo para, según la prensa kuwaití, mejorar la coordinación en materia de seguridad con las autoridades egipcias, en relación con la situación política del Líbano y la Guerra Civil de Siria.
Fuentes de Hezbolá aseguran, sin embargo, que la visita tiene como motivo exclusivamente mostrar las condolencias por la muerte del periodista Mohamed Heikal, acusado en su día de simpatizar con el grupo libanés, al que nunca calificó como organización terrorista.
La organización ha solicitado al Gobierno turco que permita la entrada al país a la población civil siria que ha abandonado Alepo,  en caso de que la guerra alcance la zona fronteriza en la que se agolpan tras huir de la ciudad asediada por las tropas del dictador Bashar al Asad.
En estos momentos hay cerca de 100.000 personas en la frontera con Turquía, aunque el presidente Erdogan ya ha dejado clara su preferencia por el establecimiento de un perímetro de seguridad  en la parte siria, donde todas esas personas gocen de seguridad.

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