lunes, 1 de febrero de 2016

Revista de Prensa

Hamás, diez años

 

Hamás
La incesante lucha entre las facciones palestinas, especialmente entre las mayoritarias, Hamás y Al Fatah, supone un formidable obstáculo ya no para la paz con Israel sino para la propian normalización de la sociedad palestina, sostiene en esta pieza Jonathan Schanzer.
El próximo colapso del sistema postcolonial, desde la Primavera Árabe, desafía casi todos nuestros supuestos sobre cómo llevar el orden al caos de Oriente Medio. Sin embargo, la percepción de la necesidad de crear un único Estado palestino que abarque la Margen Occidental y Gaza sigue ahí. Diez años después, los palestinos siguen divididos ideológica y territorialmente. Ha llegado el momento de reconocer que, si no pueden resolver pacíficamente sus propios conflictos territoriales, lo más probable es que no resuelvan tampoco el que tienen con Israel.
El exembajador libanés Nuhad Mahmud explica aquí cómo se van a desarrollar las conversaciones para poner fin a la guerra de Siria, cuyo inicio tuvo lugar este viernes. Además de detallar el funcionamiento interno de este proceso, Mahmud lanza una fuerte crítica a la Casa Blanca por haber dejado la iniciativa al eje Moscú-Teherán, en perjuicio de la oposición moderada que busca derrocar al dictador Bashar al Asad.
El problema principal en la conferencia de Ginebra es la falta de equilibrio entre la oposición y el régimen. La administración estadounidense está dejando la escena a los planes y los intereses rusos. La oposición sufre por la misma falta de apoyo sólido de “Los Amigos de Siria” encabezados por Estados Unidos desde el inicio. La falta de política hacia Siria por parte de la administración Obama se convirtió en una total rendición a un determinado apoyo ruso para Al Asad. El eje Moscú-Damasco-Teherán intentará solidificar sus ganancias, tanto en el terreno como en el proceso de negociación, tomando la mayor ventaja por la falta de interés y participación de los estadounidenses en el último año del Gobierno de Obama.
Robert Spencer recoge en esta columna las últimas provocaciones de los dirigentes iraníes en torno al incidente de la patrullera apresada en aguas de Teherán y otros similares. La escalada verbal de las autoridades iraníes refleja, a juicio del autor, que el equilibrio de poder entre EEUU e Irán ha cambiado en beneficio del régimen de los ayatolás.
El desastroso tratado nuclear de Obama-Kerry sólo ha alentado a los iraníes a considerar a los americanos débiles (…). Después del acuerdo y lo que éste revela sobre la confusión e impotencia del liderazgo americano, los iraníes claramente saben quién está al mando y se están aprovechando al máximo.
Con este título, el New York Times editorializa sobre las próximas elecciones iraníes, en las que se eligirán 290 diputados y 88 miembros de la Asamblea de Expertos, el órgano que elegirá al sucesor de Alí Jamenei al frente de la República Islámica.
Las maniobras de las fuerzas conservadoras para expurgar las candidaturas reformistas y la respuesta popular en caso de que se frustren de nuevo sus aspiraciones democratizadoras conceden gran importancia añadida a esta cita electoral.
Aunque los candidatos pueden apelar contra su descalificación, solo cabe esperar cambios mínimos. No está claro cómo van a responder a esta privación de derechos los iraníes de a pie. Después de las elecciones presidenciales fraudulentas de 2009, millones de personas se unieron a las protestas, lo que provocó una fuerte ofensiva gubernamental.

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