martes, 23 de junio de 2009

El yogur nacido en el Raval fabricado por Isaac Carasso‏


Daniel Carasso lo recordaba como un lugar con grandes bidones de leche y mucho humo. El tenía solo 14 años cuando su padre Isaac comenzaba a fabricar en un pequeño laboratorio en los bajos del número 16 de la calle de los Angeles, en el barrio barcelonés del Raval, un producto desconocido en la Europa occidental. Era yogur y lo bautizaba Danone, inspirándose en el diminutivo del nombre de su hijo, Danon. Se vendía solo en farmacias, “recomendado por médicos”.
En abril de 1994, Daniel Carasso regresó a Barcelona para destapar, junto al entonces alcalde Pasqual Maragall, una placa en aquella fachada del barrio. En este edificio el señor Isaac Carasso fabricó el primer yogur Danone del mundo. Ahora, 15 años después, la placa ha desaparecido. Igual que Daniel: el presidente del gigante alimentario falleció el pasado lunes a los 103 años en París, ciudad a donde emigró desde Barcelona en 1929 y donde a los 25 años fundó la Société Parisienne du Yoghourt Danone.
De familia judía
La multinacional francesa tiene un origen muy cosmopolita, pero con las raíces ancladas en esa calle de los Angeles. Los Carasso eran descendientes de judíos sefardíes expulsados de España en el siglo XV por los Reyes Católicos. Daniel nació en 1905 en Salónica, la ciudad griega en manos de los turcos. El padre, Isaac, descubrió esa sustancia, el yogur, en sus viajes por Bulgaria y los Balcanes. En 1916 la familia se instaló en Barcelona, donde la madre, con una dolencia pulmonar, murió un año después.
Isaac, vendedor de cítricos, ya había establecido antes contacto con Elía Mechnikoff, el premio Nobel de 1908 del Instituto Pasteur de París. Fue este quien corroboró el poder saludable de los fermentos lácticos del yogur. Pero para tener un contacto científico más cercano, Carasso buscó la ayuda en Barcelona de Jaume Ferran, un médico y bacteriólogo con más prestigio en el extranjero que en España.
Isaac Carasso logró que también los médicos aconsejaran un alimento que iba dirigido, en principio, a los niños. El calor y las malas condiciones de vida en la parte vieja de Barcelona provocaban numerosas afecciones intestinales en los más jóvenes; la ligera acidez del yogur, por la fermentación en la leche de dos bacterias, formaba en los intestinos un obstáculo para los microbios que causaban el malestar.

Estudiar en París
Fue en 1919 cuando salió el primer yogur a la calle desde el laboratorio del Raval, transportado a las farmacias a primera hora por los conductores de los tranvías más madrugadoras. Daniel, sin embargo, quiso mirar más allá. Su padre le envió a estudiar Comercio en Marsella y a hacer prácticas en el Instituto Pasteur. Daniel se quedó en París para fundar su propia empresa Danone, que finalmente sería la empresa madre.
Cuando poco después de la muerte de su padre, en 1939, tuvo que huir a Estados Unidos al estallar la segunda guerra mundial, Daniel dejó la parte española de la empresa en manos de su amigo del alma, Lluís Portabella Comte-Lacoste, que seguiría como presidente de Danone España hasta su muerte, en 1981.
Portabella fue el responsable de la fortuna familiar que heredaron sus hijos, entre ellos el cineasta Pere y el empresario Antoni Portabella. Este último compró el año pasado la sede de Danone en la calle Buenos Aires de Barcelona.
Fuente: DiarioCordoba

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