miércoles, 15 de julio de 2009

CUANDO HUIR NO SIGNIFICA ESCAPAR


Huida del Reich: Refugiados Judios, 1933-1946
libro de Deborah Dworck y Robert Jan Van Pelt
W.W. Norton & Co.
496 pp.


Cuando nosotros hablamos de victimas del Holocausto, generalmente no incluimos a gente como Alfred Kantorowicz. Escapando de Alemania a Francia en 1933, solo para ser atrapado e internado en 1939, el logro huir a los EEUU en 1941. Pero la historia no termino con su escape, ni termino alegremente. No sintiendose nunca en casa en America, el profesor de literatura alemana volvio a Alemania Oriental solo en 1946. Los vientos politicos lo llevaron a Alemania Occidental diez años mas tarde, donde el permanecio emocionalmente a la deriva. "Huir no quito a los refugiados de la historia; simplemente toma la historia en otra parte", escriben los autores de Huida del Reich, una excelente, extensa mirada a la victimizacion social, psicologica y politica de los refugiados judios de la IIªGuerra Mundial. Dworck y Van Pelt rastrean la historia de la nacionalidad y fronteras nacionales para reunir el poder de estos conceptos. Nosotros aprendemos que previo a 1914, documentos, permisos y pasaportes eran relativamente insignificantes, "y su tirania despues de esa fecha marca un mar de cambio social y politico." Un trozo de papel con un sello oficial (o la falta de uno) de pronto significaban la diferencia entre ciudadania y desplazamiento, vida y muerte.
Para 1936, los nazis habian adoptado la idea de librar a la gran Alemania de sus judios, no a traves del asesinato masivo sino a traves de la expulsion masiva. Ellos implementaron un programa sistematico de violencia, intimidacion y aislamiento social para alentar a sus objetivos a moverse. Hubo una pesca inesperada: se volvio rapidamente claro que pocos paises estaria dispuestos a aceptar a todos los rechazados humanos del Reich.
La charada politica de la Conferencia de Evian en 1938 no hizo nada por cambiar la situacion. Sorprendentemente, el unico pais participante en ofrecer una solucion pragmatica fue la dictadura de Republica Dominicana, que propuso colonias agricolas con apoyo gubernamental a ser trabajadas por los refugiados alemanes y austriacos. Aunque este plan estaba actualizado, no era lo suficiente para encarar la gran necesidad.
Medidas mortales fueron el siguiente paso cuando los potenciales "terrenos vertidos" vistos por el Reich, tales como Madagascar y la Rusia artica (e incluso Palestina), no funcionaron. Especialmente despues de la Kristallnacht de noviembre de 1938, grandes numeros de judios pensaron huir. Pero para entonces, las puertas fueron cerrandose para las salidas tanto como para las entradas. La busqueda de visas, formularios de autorizacion, declaraciones juradas, y boletos se convirtieron en una obsesion de tiempo completo para los atrapados judios.
Tomo esfuerzos extraordinarios por parte de muchos individuos valerosos- muchos de ellos gentiles- para hacer que tantos judios como fuera posible estuvieran fuera del camino del daño mientras la guerra se armaba. El mayor exito fue logrado con la poblacion por debajo de los 24 años, la cual encontro refugio en un revoltijo de paises. Inglaterra acepto 10000 chicos del kindertransport, tanto como adultos jovenes reciclados como trabajadores domesticos; Shanghai acepto 17000 refugiados. Otros 6000 arribaron ilegalmente a Palestina en 1939 y Suecia acepto a 6000 en 1943, mientras la guerra multiplicaba el numero de judios bajo el dominio nazi.

Donde fuera que ellos llegaban, las circunstancias de los expatriados continuaban a menudo siendo desesperadas, con efectos de por vida incluyendo matrimonios rotos y sueños rotos.

Karola Siegel - que luego seria conocida como la Dr. Ruth Westheimer - viajo desde Frankfurt a Suiza en un Kindertransport (transportes de niños) en 1939 a la edad de 10 años. "Como virtualmente todos los chicos separados de sus padres, Karola ansiaba la reunificacion. Y nuevamente como virtualmente todo chico sobreviviente, ella iba a ser amargamente desilusionada al final de la guerra."

Quizas no menos tragico fueron esos chicos que se reunieron con sus padres largamente perdidos despues de haberse integrado exitosamente a familias sustitutas, asi siendo arrancados dos veces de los seres queridos. "No hubo 'solucion' al problema de volver a estar juntos, reanudar la vida familiar, exactamente como no hubo 'solucion' a la andrajosa irreversibilidad de la muerte", escriben los autores.

Entre los heroes menos conocidos presentados en el libro esta Elisabeth Luz, suiza que uso sus propios recursos para manejar un servicio postal clandestino para unas 3000 cartas enviadas entre miembros de familias judias separadas de 1939 a 1945. Ella tambien rogo a su gobierno, no exitosamente, que admitiera a sus corresponsales como refugiados. Despues de la guerra, "tante Elisabeth" (tia Elisabeth) continuo sirviendo como vital centro de comunicacion entre sobrevivientes.

Los autores tambien hablan del flujo de refugiados judios de paises medio-orientales y norafricanos luego del establecimiento del Estado de Israel. Ellos habian aprendido de la experiencia de sus correligionarios europeos que la tradicional respuesta "agarrarse y sobrevivir" a la violencia antijudia local ya no era aconsejable. Este darse cuenta no hizo de su repatriacion mas facil, aunque seguramente les evito un destino peor.
Con todo, esta mirada de muchos angulos a los refugiados judios antes, durante y despues de la IIª Guerra Mundial es instructivo e innovador. Arrancados de sus casas, idiomas, familias, raices y sentido de pertenencia, los refugiados sobrevivientes comparten "una historia caracterizada por el ajuste y adaptacion, y marcada por la perdida y algo de soledad. Vidas constructivas y vidas un poco apartadas. Nunca completamente en casa."
Fuente: The Jerusalem Post

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