jueves, 7 de julio de 2011

RECUERDEN EL TSUNAMI DE 1949

Nosotros no seremos arrastrados lejos en septiembre si no nos asustamos mortalmente; la histeria masiva puede hacer un torrente de un hilo.

24/06/2011
Por SARAH Honig

El alarmismo es en gran medida el fuerte de los marginales. Cuando infecta a la mayoría, sin embargo, debemos preocuparnos seriamente.
Esto denota un exitoso trabajo de susto por parte de las fuerzas que, en las palabras del inmortal satírico americanos HL Mencken, tienen el objetivo de "mantener a la población alarmada - y por lo tanto clamorosa para ser llevada a la seguridad - amenazándola con una serie interminable de duendes, todos los ellos imaginarios."
Hay por lo tanto, más que suficiente causar de preocupación cuando Ehud Barak evoca imágenes de tsunami para advertirnos que estamos a punto de ser inundados si no le hacemos caso. Es aún más desconcertante que el contagie a otros, quienes entonces se lamentan, llenos de pánico, sobre el imperativo de detener la marea con concesiones aún más conciliadoras.
Esto no augura nada bueno. El apaciguamiento nunca resuelve problemas. Ni siquiera lava la cara de reputaciones empañadas. Inevitablemente hace aún infinitamente peores las malas situaciones.
Sin dudad, lo que nosotros podríamos enfrentar en las Naciones Unidas en septiembre será desagradable. Ninguna alegría será infundida en nuestros corazones cuando la mayoría automática castigadora de Israel en la Asamblea General vote a favor de un estado palestino dentro de las fronteras de 1967 - en flagrante desconocimiento de lo que llevó a 1967 y lo que siguió después.
Sin embargo, no tenemos por qué temblar en nuestros zapatos. Nosotros hemos pasado por cosas peores.
Si nosotros sobrevivimos a la oleada sísmica de 1947 - 1949, septiembre debe ser un paseo por el parque. Incluso en ese entonces - antes y después del nacimiento de Israel - nuestro paisaje político abundaban con tipos como Barak. Ellos también eran propensos a tener los pies fríos.
Si fuera por ellos, la independencia de Israel no hubiera sido declarada cuando lo fue. La oportunidad de una vez en la historia fue capturada sólo gracias al autoritarismo absoluto y total de David Ben-Gurion. Sin él, esta oportunidad singular podría haber sido pasada por alto.
Del mismo modo, si no fuera por Ben-Gurion, Jerusalem no se hubiera convertido en la capital del estado judío. El plan de partición de la ONU de 1947 destinó un status de corpus separatum (entidad separada) para Jerusalem, a ser supervisado por administradores internacionales.
Como los árabes ya habían rechazado violentamente la Resolución de Partición, sitiaron Jerusalem, conquistaron y ocuparon partes de ella, expulsaron a todos los judíos de la Ciudad Vieja y demolieron sitios sagrados judíos, Ben-Gurion no vio ninguna lógica en el cumplimiento unilateral por parte de Israel de las proclamaciones de la ìmpotente ONU.
El 5 de diciembre de 1949, cinco días antes que la Asamblea General fuera a reiterar la internacionalización de Jerusalem (y pusiera en marcha los preparativos para tomar el control), Ben-Gurion en forma desafiante declaró a Jerusalem la capital de Israel.
Sin temores le dijo a la Knesset: "Nosotros consideramos inconcebible que la ONU intente cortar Jerusalem del Estado de Israel o atente contra la soberanía de Israel en su capital eterna...
La Jerusalem judía nunca aceptará la dominación extranjera después que miles de sus jóvenes liberaron su patria histórica por tercera vez, redimiendo a Jerusalem de la destrucción y vandalismo.
"Nosotros no juzgamos a la ONU, la cual no hizo nada cuando naciones miembros de la ONU declararon la guerra a su resolución del 29 de noviembre de 1947 tratando de impedir el establecimiento de Israel por la fuerza, de aniquilar a la población judía en la Tierra Santa y destruir Jerusalem, la ciudad más sagrada del pueblo judío.
"Si no hubiésemos sido capaces de resistir a los agresores que se rebelaron contra la ONU, la Jerusalem judía hubiera sido borrada de la faz de la tierra, la población judía hubiera sido erradicada y el Estado de Israel no hubiera surgido.
Por lo tanto, nosotros ya no estamos moralmente obligados por la resolución de la ONU del 29 de noviembre, ya que la ONU fue incapaz de ponerla en práctica.
"... El intento de cortar la Jerusalem judía del Estado de Israel no hará avanzar la causa de la paz en el Medio Oriente o en la propia Jerusalem. Los israelíes darán su vida para mantener a Jerusalem, al igual que los británicos harían por Londres, los rusos por Moscú y los estadounidenses por Washington. "
La ONU se mantuvo impermeable. El 10 de diciembre de 1949, la Asamblea General votó por una mayoría enorme (38-14, con siete abstenciones) por mantener su resolución de 1947 y colocar a Jerusalem bajo los auspicios de un Consejo de Administración Fiduciaria de las Naciones Unidas, a ser gobernado por personas nombradas por el propio consejo.
Ese fue el tsunami de 1949. Amenazó con engullirse a la incipiente Israel. Sin embargo, Ben-Gurion no perdió su calma.
En lugar de ceder ante la presión, el subió al podio de la Knesset una vez más para repetir lo que había enunciado unos días apenas antes: "No podemos ayudar a la separación forzosa de Jerusalem, la cual violaría en forma innecesaria e injustificada los derechos históricos y naturales del pueblo judío."
El declaró asertivamente que "el Estado de Israel ha tenido y siempre tendrá, sólo una capital - Jerusalem eterna. Esto fue así hace 3000 años y así será, nosotros creemos, hasta el final de los tiempos."
Ben-Gurion a continuación, puso a votación del plenario la propuesta de transferir la Knesset y el gobierno desde Tel Aviv a Jerusalem. Fue aprobada.
EL TSUNAMI DE 1949 no se tragó a la pequeña Israel. La resolución se mantuvo como otro testimonio de la acentuada irrelevancia de la ONU. La mayoría de las embajadas extranjeras permanecieron en Tel Aviv, pero ningún amo extranjero se instaló en Jerusalem. Nosotros eramos mucho más vulnerables entonces.
Literalmente, no había suficiente comida para alimentar a la población. Nosotros no fuimos los mimados del mundo ni siquiera cuando combatimos por nuestras vidas tres años después del Holocausto.
Durante toda su larga invasión burlona de la ONU a la recién nacida Israel, los árabes contaron con la ayuda activa y complicidad de los británicos, mientras que los americanos arrojaron un embargo de armas contra nosotros. La ONU, la cual no frenó el ataque concertado de múltiples estados árabes , no encontró nada mejor que hacer que enviar observadores para vigilar los movimientos israelíes "ilegales." Pero la pequeña Israel asediada no se acobardó.
Esto es algo para que recuerde la exitosa y fuerte Israel. Las actuales alarmas de tsunami están siendo planteadas por obsesivos osloitas con hachas para esgrimir, quienes en cierta forma defienden serialmente las retiradas israelíes bajo toda circunstancia y pretexto.
Lo que está pronosticado para septiembre se asemeja más a una amenaza de extorsión que a un cataclismo terrible. Es muy probable que la ONU adopte otra de una lista deshonrosa de resoluciones declarativas anti-israelíes. Pero eso no necesariamente las hace un tsunami (así como no lo fue la resolución Sionismo-racismo del 10 de noviembre de 1975). No todas las predicciones de tsunami resultan inevitablemente en diluvios letales.
Si nuestras rodillas no se doblan, no caeremos y no seremos arrastrados lejos. Recuerden: La última persona que quiere a Tzahal fuera de Judea y Samaria es Mahmoud Abbas. Él sabe que el resultado inmediato sería su caída brutal y una toma del poder por parte de Hamas. Además, Abbas no controla el área entera que la ONU pretende entregarle. Sin embargo, difícilmente exudando pluralismo liberal, en repetidas ocasiones el estableció que los territorios deben ser absolutamente judenrein. Las Naciones Unidas ayudará a desalojar a 660000 israelíes de partes de Jerusalem y más allá? No lo hizo la última vez que los palestinos declararon la independencia (15 de noviembre de 1988). El 15 de diciembre de 1988, otra mayoría de la ONU estilo tsunami (104-36) reconoció ese estado palestino. Las embajadas palestinas proliferaron por todas partes. Nosotros no fuimos barridos.
Nosotros no lo seremos este septiembre tampoco, a condición que no nos asustemos mortalmente. la histeria masiva puede volver un goteo en una marea torrencial.
Fuente: The Jerusalem Post Magazine- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.

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