El verdadero escándalo es en primer lugar que Raed Salah fue invitado al Reino Unido
1/7/11
El gobierno británico fue dejado avergonzado el martes cuando irrumpió la noticia que un clérigo radical islámico proscripto, Raed Salah, había pasado a través de la inmigración en el Aeropuerto de Heathrow pocos días antes de ser recogida por las autoridades. Los líos diplomáticos suceden, pero el verdadero escándalo es que el fue invitado en primer lugar.
El Sr. Salah es el líder de la rama norte del Movimiento Islámico en Israel, una organización estilo Hermandad Musulmana que, como Hamas, se opuso a los Acuerdos de Oslo de 1993 que crearon la Autoridad Palestina y se rehusa a reconocer el derecho de Israel a existir. En el 2003 fue encarcelado por Israel durante dos años por recaudar fondos para Hamas, cargos que él llamó "una burla". El llegó a Gran Bretaña el sábado para hablar a los musulmanes y aparecer el miércoles en un encuentro parlamentario organizado por la Campaña de Solidaridad con Palestina.
El festejo de la Campaña de Solidaridad con Palestina no es una sorpresa. Apoyó el año pasado a la flotilla de Gaza y tiene entre sus patrones a gente de la talla de la Baronesa Jenny Tonge, una demócrata liberal que ha expresado su simpatía por los terroristas suicidas palestinos y advirtió sombríamente que "el lobby pro-Israel tiene sus puños sobre el mundo occidental, sus puños financieros."
Más sorprendente es el apoyo al Sr. Salah por parte de algunos miembros del Partido Laborista. Tres miembros del Partido Laborista del parlamento tenían programado hablar junto al clérigo en el evento del miércoles. El liderazgo del Laborismo después atacó los "laxos controles fronterizos" del gobierno, una crítica que sería más creible si los parlamentarios del partido no respaldaban la aparición programada del Sr. Salah en primer término.
Por otra parte, muchos de los políticos y académicos de Gran Bretaña han tolerado a los islamistas radicales en el país y el extranjero. Los gobiernos laboristas de Blair y Brown fueron duros contra el terrorismo en el extranjero, pero más ambivalentes en lo que respectaba a la radicalización progresiva, vestida como multiculturalismo, en casa. La nueva coalición conservadora-liberal demócrata ha hablado más duro, lo cual es al menos un comienzo. La disputa por el Sr. Salah muestra cuanto más trabajo queda por hacer.
Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.
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