viernes, 21 de junio de 2013
“EL PEZ POR LA BOCA MUERE…
B.H.N.”V.
“Y le dijo Moab a los ancianos de Midián” (Bemidbar 22:4).“¿Qué hacen aquí los ancianos de Midián? Cuando los Moabitas vieron la trayectoria de Israel que venía venciendo a diversos pueblos en forma antinatural dijeron: -El jefe de los hebreos (Moshé) creció en Midián. Preguntemos a los midianitas en qué consiste su personalidad, sus virtudes. Les respondieron los ancianos de Midián: -Su fuerza reside en su palabra. Dijeron los Moabitas: -También nosotros saldremos contra ellos con un hombre que tiene la fuerza en la palabra...”
(Midrash Bemidbar Rabá Cap. 29; Midrash Tanjuma, Balak)
‘Perashat Balak’, o como sugerían los sabios del Talmud llamarla, ’Perashat Bilam’, constituye un episodio singular en el relato Bíblico. Diríamos hasta casi excluyente. Por su contenido y por sus enseñanzas.
En ella se nos presenta a Balak, Rey de Moab. Balak siente miedo. El pueblo de Israel, quien se avecina -en su camino hacia la tierra de Canáan- ha derrotado a 2 poderosos monarcas -Og y Sijón- del pueblo Emorita. “Y atemorizóse Moab en gran manera a causa del pueblo, porque era numeroso”, sentencia el prólogo a nuestra sección semanal. Hay que tomar medidas. Angustia y desesperación cunden, en principio, por las “cabezas visibles” de estos pueblos.
Pero acordemos que este pánico había surgido en el seno de los pobladores de estos terruños, al hacerse eco de la portentosa liberación de Egipto; evento que es rememorado en nuestra Torá en un cántico, -“SHIRAT HA-IAM”- el cántico frente al Mar Rojo, que entonó Moshé junto a los hijos de Israel. Allí (Libro de Shemot Cap. 15:15) podemos leer: “Fueron presas del pánico los jefes de Edom, los fuertes de Moab se estremecieron, carecieron de valentía los habitantes de Canáan...”
Por lo tanto para Balak, la posibilidad de un enfrentamiento armado está prácticamente descartada. Las consecuencias son previsibles. No podrán sobreponerse por la fuerza física. Hay que buscar otra alternativa. Decide contratar a un hechicero. Va a maldecir a ese pueblo. Lo que no puede la mano, lo podrá seguramente la boca. ¡Qué original! El éxito no alcanzado en el campo de batalla, será ciertamente refrendado en el terreno de la oratoria, la “política” y sus discursos (¿¿Original??).
Los invitamos a compartir las sabias reflexiones del Rabino Shelomó Abiner, en su libro“Tal Jermón” (Jerusalém 1985): “Balak supo reconocer que la fuerza de Israel no residía en su poderío físico, sino mas bien en su fortaleza espiritual, y por ello no tenía sentido ir a una guerra frontal; sí, en cambio, recurrir a aquellas fuerzas espirituales que pudiesen contender con el poderío del pueblo de Israel. Se dirige entonces a BILAM. Este era un Gran Hombre. Los grandes perversos no son seres pequeños, por lo contrario, gozan de una alta estima personal y de un gran aprecio; sin embargo, la grandeza de sus potencialidades estaban dirigidas a lo vacuo, a lo impuro. (a aquello destinado a causar daño, un daño irreparable cuando de vidas humanas se está hablando).
Nuestros Sabios hablaron extensamente de este personaje. Así analizan, por ejemplo, el siguiente versículo: “Y no se levantó otro profeta en Israel como Moshé (Deuteronomio 34:10), dicen ellos: -“En Israel no hubo otro como él, pero sí entre las naciones del mundo. ¿Y quién fue? BILAM ”.
Y nos preguntamos: ¿Para tanto? Era, obviamente, un gran hombre. un ilustre filósofo, un ser cósmico. Sólo él podía “vencer” a este pueblo. Veamos en donde residía esa fuerza, de acuerdo a la concepción de los Sabios del Talmud:
“-¿Qué significa (que Bilam) conoce los pensamientos del Altísimo?- Que sabía apreciar el momento exacto en que el Santo, Bendito Sea, montaba en cólera”. Y aclaremos: La ira Divina sucede como consecuencia del accionar humano, cuando la injusticia moral y social ocupa el espacio cedido a la rectitud y la justicia. Pero, ¿Cuánto dura ese momento de cólera? “Réga be-apó” - “tan sólo un ínfimo instante perdura su cólera”, pues la Esencia del Creador es “Jaím birtsonó” -es decir, que “Su Voluntad está dirigida exclusivamente hacia la VIDA”.
Allí aparece este “gran hombre”. Sabe captar sólo lo negativo; precisamente allí cuando se manifiesta ese “instante” de cólera Divina el filósofo de Bilam sabe extenderlo y esparcirlo hacia todos los rincones del cosmos...
¡Cuántos “Bilamim” arrecian en nuestro mundo! ¡Cuántos seres de gran valía -a nuestro juicio- saben conjugar nuestros momentos más difíciles con sus peores deseos! Y lo peor del caso, es que ni estamos preparados para enfrentarnos a nada ni nadie, y tal solo aguardamos una palabra de ayuda, de aliento...y hete aquí: una maldición...
El pueblo de Israel venía de una cruenta guerra. Ahora lo espera una batalla oral. Bilam pensaba que él habría de vencer tan sólo con su...PALABRA. Balak, quien lo convoca, sabía de guerras. Sabía que la fuerza física traería aparejada la victoria en el campo militar, empero el vencedor -en última instancia- será el espíritu, no la fuerza. Por eso recurre al mago, al hechicero, al hombre que “domina la palabra”...para el mal.
Es verdad también, que Balak era hechicero, y sus emisarios acuden a Bilam portando actos de magia. Pero frente a Bilam, Balak era un “amateur”, con poderes limitados. Bilam en cambio, es admirado públicamente por sus dones “casi divinos”, y por su renombre, que excede los límites de su empobrecida comarca.
Cabe una pregunta, frente al caso así planteado: ¿Cómo pueden tener influencia (si es que la tienen), esta suerte de poderes espirituales que obran -aparentemente- en franca contradicción con la Voluntad de D´s?
Responde el autor: “D´s ha dotado al ser humano con las más variadas fuerzas y capacidades, tanto en el plano físico como en el espiritual, y será la propia elección del hombre el utilizarlas para el bien o para el mal.. Bilam hijo de Beor se encuentra entre esos dotados por elevadísimos recursos espirituales malgastados en los aspectos negativos de la realidad”. Así se apresta a maldecir a un pueblo...Afortunadamente, no todo está entregado a nuestro designio. Afortunadamente, no siempre tenemos la última palabra. ¡Que sería de nosotros, de nuestra vida, de nuestros afectos, si tuviésemos esa última palabra!
La Torá, un libro después, nos previene: “No entrará amonita ni moabita en la congregación del Señor, ni aún en la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación del Señor para siempre; “... y porque el rey de Moab contrató contra ti a Bilam, hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte, más no quiso el Señor, tu D´s, escuchar a Bilam; antes, el Señor tu D´s, te convirtió la maldición en bendición, porque te amaba el Señor tu D´s...” (Deuteronomio Cap. 23:4-6).
No dejemos entrar a Bilam en nosotros. Sepamos convertir los aspectos negativos -originados en la palabra-, en bendición, es decir en una existencia basada en la responsabilidad, la grandeza y la honorabilidad; donde el Bilam que llevamos dentro, no aflore nunca, y así quede definitivamente erradicado de nuestros discursos, deseos y congregaciones.
Shabat Shalom uMeboraj!
Rab.Mordejai Maarabi
Rabino Oficial de la OLEI