viernes, 21 de junio de 2013

“"LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA”. CECIL ROTH

Fuente: Beit Haanusim 21/5/13 Cecil Roth fue un historiador inglés que nació y murió en Londres (1899-1970). Hizo sus estudios en la prestigiosa y vetusta universidad de Oxford, y regresó a ella como profesor de Estudios Judíos desde 1939 hasta el 1964, luego lo fue en la universidad de Bar Ilán en Bné Brak, Israel (1964-65) y finalmente en la City University de Nueva York (1966-69). En sus últimos cinco años de vida fue editor de la Enciclopedia Judaica. Sus obras se extienden por unos 600 libros y documentos. HISTORIOGRAFÍA JUDÍA Una de las obras de mayor renombre es, sin duda, el libro llamado “The Spanish Inquisition”, publicado en 1937. Otros libros que fueron traducidos al castellano son: “La contribución judía a la civilización”, “El Pueblo Judío. Cuatro Mil años de Historia” y “Los Judíos Secretos. Historia de los Marranos”. Roth fue un historiógrafo liberal, que opinaba que la historia es una conquista progresiva de la libertad contra los grandes poderes inmovilistas de la Iglesia y del Estado. Pero se interesaba especialmente por todo lo referente a la historia judía. Ya le habían antecedido otros historiógrafos en la segunda mitad del siglo XIX, como Kauffmann, Gross, Stern y sobretodo Tzvi Hirsch Graetz, que habían publicado sus trabajos en diversas revistas judías europeas, y el cuáquero Henry Charles Lea en los Estados Unidos de América al principio del siglo XX. Pero el nombre de Roth se convierte en uno de los clásicos de la historiografía judía, junto con Braunstein, Baer y Selke, dedicados todos ellos a investigar la historia de la Inquisición y de los judíos y sus descendientes bajo dominio cristiano en España. EL CARÁCTER DE SU OBRA Cecil Roth escribe sus libros sobre la Inquisición en la época en que los nazis suben al poder en Alemania y no hay duda que compara las dos ‘culturas’, la nazi alemana con la inquisitorial española. Las presenta como reacciones a un auge judío en ambos lugares, fuera del margen tradicional que mantenía al judío encarcelado en su ghetto y sin atreverse a levantar la cabeza. Se crea un resentimiento irrefrenable que solo sabe ver un grupo socialmente distinto y tradicionalmente impopular que alcanza una posición prominente, completamente desproporcionada en el ámbito nacional con respeto al resto de la población, que se convierte en unos rabiosos celos. En su libro mantiene una posición completamente imparcial, lúcida y moderada. Sabe citar tanto a los grandes críticos de la Inquisición como a sus defensores. Acaba su libro con las siguientes elocuentes frases: “La Inquisición española se extinguió hace poco más de siglo y medio. En el siglo XX su espíritu ha sido resucitado fuera de España, y en ciertas partes del mundo su triunfo ha sido más notable e instantáneo de lo que jamás pudo esperar Torquemada. Pero si la historia puede enseñarnos alguna cosa, ésta consiste en advertirnos que no nos dejemos intimidar por el ruido del sable de un energúmeno, aunque la vaina esté engalanada con adornos robados. La grandeza esencial de un país no depende de la extensión de su territorio, de su poderío económico, del número de hombres encuadrados en sus Fuerzas Armadas, o de la eficiencia de su maquinaria militar, sino del libre espíritu para investigar, que permite retener, consolidar y ampliar el patrimonio pasado. El ejemplo histórico de España es suficiente para advertirnos que no importa que una nación conquiste el mundo entero si pierde el alma.” SUS CAPÍTULOS Los capítulos de esta obra abarcan los diferentes aspectos de la Inquisición en España que, como ya sabemos, no se limitó a quemar a los cripto judíos sino que perseguía a todos aquellos que no entraban en el estrechísimo marco que la Iglesia proporcionaba. Moriscos, protestantes, brujas y otros tipos de herejes, incluidos los mismos clérigos que hacían mal uso de su ministerio. Y los “alumbrados”, que era como se denominaba a los místicos exaltados que se acercaban, o traspasaban, la frontera entre la ortodoxia y el protestantismo, la promiscuidad o la extravagancia, como la beata de Piedrahita, la famosa esposa de Cristo, cuya conducta fue casi copiada por su paisana Teresa de Ávila, y que necesitó la intervención del rey Fernando, del Cardenal Cisneros y del Duque de Alba para no ser declarada hereje. Hace un especial hincapié en los xuetas mallorquines y en los cripto judíos de Belmonte en el nordeste portugués, que acababan de ser descubiertos por Shmuel Schwarz en 1917. La obra no tiene desperdicio, escrita en un lenguaje inteligente e inteligible, de fácil lectura, nos presenta la base indispensable para un primer conocimiento de lo que fue la Inquisición y de sus repercusiones en la cultura española y europea.