miércoles, 3 de febrero de 2016

Científico israelí investiga el virus zika
JAI – Leslie Lobel, un prestigioso investigador israelí, está trabajando junto a otros científicos para entender por qué el zika se ha propagando con tanta virulencia en los países de América Latina. Existe el temor que se desate una epidemia a nivel mundial.

En octubre del pasado año, Brasil hizo sonar la alarma cuando detectó un notable aumento de casos de microcefalia, una enfermedad que causa que los niños nazcan con una cabeza anormalmente pequeña. Desde entonces ya se han confirmado 270 casos, y hay sospechas de otros 3.448, comparado con los 147 de 2014.

El virus está ahora extendiéndose por todo el continente americano, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Brasil han resultado infectadas un millón y medio de personas, y el pasado sábado, el Instituto Nacional de Salud de Colombia anunció que hay más de 2.100 mujeres embarazadas que tienen el virus, que es transmitido por mosquitos.

Hay en la actualidad hay casos en 23 países de todo el mundo, incluidos Guayana Francesa, Guatemala, Haití, Honduras, Martinica, México, Panamá, Paraguay, Surinam, Venezuela y Puerto Rico. El gobierno de El Salvador le ha recomendado a las mujeres que pospongan el embarazo hasta el 2018.
A principios de la semana pasada la OMS convocó un comité de emergencia para analizar el alcance de la pandemia, que se calcula va a afectar entre tres y cuatro millones de personas. El Centro para el Control de Enfermedades y Prevención de los Estados Unidos les ha recomendado a las mujeres embarazadas que no viajen a países donde se han detectado casos de zika.

“Queremos identificar qué diferencias se aprecian en términos de respuesta inmune, genética del virus y genética del transmisor”, explicó Lobel. “¿Por qué, después de más de 60 años, ha empezado a cambiar la patología del virus y a extenderse?”, se pregunta el científico.

Durante varios años, Lobel y científicos ugandeses han estado recolectando insectos en el bosque Zika, en Uganda, para estudiar los virus que portan. Recientemente han estado investigando si los arbovirus tienen algún impacto en otras enfermedades graves como las producidas por los virus del ébola y de Marburgo, la principal área de estudio de Lobel.

Ahora, el gran quebradero de cabeza es averiguar la razón por la cual arbovirus relativamente leves de repente están causando grandes estragos. Hasta el presente brote no había necesidad de buscar tratamiento para la infección del zika, pues sólo ocasionaba fiebres suaves, erupción cutánea, dolor de articulaciones y conjuntivitis durante una semana.

“El zika apareció en Uganda en 1947, pero siempre fue una enfermedad muy benigna y nadie se interesó por investigar el arbovirus en detalle”, dijo a ISRAEL21c desde su laboratorio en el departamento de microbiología, inmunología y genética de la Universidad Ben-Gurion University del Negev.
“Surgió luego la conexión entre el zika y la microcefalia en Brasil, la cual aún no se ha probado. Esto es fácil para nosotros porque el bosque Zika está justo al lado de nuestro laboratorio”, dijo Lobel. “Lo que queremos es usar el virus zika como modelo para estudiar otros que podrían haber cambiado su patología”.

Lobel viaja a Uganda alrededor de cuatro veces al año con su compañero de investigación, el doctor John Dye del Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejercito de los Estados Unidos, y otros miembros del laboratorio para estudiar los anticuerpos en la sangre de supervivientes del ébola y del virus de Marburgo con el objetivo de desarrollar un enfoque terapéutico.

Lobel comenzó recientemente a examinar muestras de sangre de gente infectada con el zika en Uganda y colabora con un grupo del Estado de San Pablo para investigar las cepas virales que se encontraron en Brasil.

El laboratorio de Lobel estará participando en un consorcio de diez centros de virología e inmunología de Europa, Sudamérica y Estados Unidos para determinar si hay una conexión directa entre el virus y las patologías de niños recién nacidos. De igual manera, investigarán si el virus en sí o el portador —o quizás ambos— tienen diferencias genéticas en Brasil y África.
“Estamos en la fase inicial. Creo que el brote ha sorprendido al mundo”, dijo Lobel, quien ha estado investigando enfermedades víricas graves en Uganda desde 2003. “La histeria siempre llega antes que la ciencia”.

Dada la clara asociación entre la infección y la microcefalia, Lobel dijo que la gente necesita tomar los consejos médicos con seriedad. El académico explicó que el estudio de los insectos en Uganda empezó en la década de los 30 del siglo pasado con el fin de investigar el ecosistema del virus de la fiebre amarilla, un arbovirus todavía activo en África. Con ese fin se levantó una torre en el Instituto del Virus de África del Este (hoy conocido como Instituto de Investigación del Virus de Uganda) para facilitar que los científicos pudieran recolectar insectos en el bosque a diez metros del suelo.

“Muchas enfermedades víricas importantes se han originado en Uganda, entre ellos virus del VIH y del Nilo Occidental. Mis colegas en Uganda y yo construimos el laboratorio y hacemos nuestro trabajo de investigación allí, y en 2010 invité al grupo del ejército estadounidense para que participara con nosotros”.

La investigación se financia con subvenciones, pero Lobel cree que los gobiernos deben destinar más fondos para la investigación de enfermedades infecciosas, y las facultades de medicina ofrecer incentivos a los estudiantes para que se especialicen en virología. La incidencia de este tipo de dolencias, agregó, puede empeorar en los próximos años.
“El calentamiento del planeta tiene un fuerte impacto en virus transmitidos por insectos”, dijo. “El territorio de los mosquitos crece a medida de que el clima se hace cada vez más cálido”.

Fuente: Por Israel

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