domingo, 12 de julio de 2009

CADA GOLPE EN LA PUERTA ME DABA PANICO‏By SABINA AMIDI, SPECIAL TO THE JERUSALEM POST


By SABINA AMIDI, SPECIAL TO THE JERUSALEM POST

Despues de informar para el The Jerusalem Post en secreto por las ultimas semanas, yo abandone el indescriptible caos que ahora absorbe a la Republica Islamica de Iran. La alegria y optimismo se han vuelto anarquia en Teheran, y ya no me senti segura.
El dia que llegue a Teheran no pude haberme sentido mas normal. Caminando fuera del Aeropuerto, vi a mi familia esperandome cerca de la entrada con un ramo de flores y un auto para llevarnos a la casa de mi abuela. Despues de unas pocas agradables horas con mis parienes siguiendo a un tradicional desayuno persa de te, pan fresco y queso de la panaderia de la esquina, inmediatamente sali a las calles. Vi una Teheran que estaba reventando de excitacion y, me atrevo a decir, "libertades" que eran reminiscentes del pasado de la misma. La sofocante presidencia de cuatro años de Mahmoud Ahmadinejad parecia que pronto seria un recuerdo. Hombres y mujeres de todas las edades acudieron en masa a las calles para mostrar su apoyo por el prometedor presidenciable reformista Mir Hossein Mousavi. En estas marchas informales, los mas jovenes ademas de llevar las ahora famosas cintas verdes abiertamente flirteaban con miembros del sexo opuesto.
Por la noche, el desfile de partidarios de Mousavi transformo los boulevards en conciertos en vivo. Mientras la musica pop persa resonaba por las avenidas, hombres y mujeres bailaban despreocupados, celebrando su "predestinada victoria" sobre el presidente. Por primera vez en 30 años de islamificacion, Teheran habia obtenido su ranura de regreso.
Permaneci cerca de los excitados manifestantes "verdes" en muchas ocasiones. Para mi sorpresa y alivio, las tropas paramilitares Basiji no nos molestaron; no hubo una sola persona arrestada o dañada en aquellas noches preelectorales.
Y entonces llego el dia de la eleccion, 11 de junio.
Las tensiones se intensificaron el 12 de junio, mientras Teheran contenia su respiracion por los resultados finales. Un grupo de estudiantes voluntarios enviaron mensajes de texto que rumoreaban acerca de "juego sucio".
No sabia si debia salir del pais, incluso aunque yo no habia participado en los "disturbios". Yo de hecho habia presenciado como un oficialista golpeaba a una joven mujer parada a un metro de mi. Todo lo que pude hacer fue observar; nunca me senti tan indefensa. Los gritos de la mujer se quedaron conmigo.

Despues de los resultados llego el caos. Mientras estaba parada en el techo de mi abuela, pude ver humo a la distancia y la gente golpeando desesperadamente en las puertas de extraños para que los dejaran entrar.
Nosotros cerramos las nuestras. A la distancia pudimos oir "Muerte a Khamenei" y "Muerte a Ahmadinejad" hasta que el cantico crecio tan alto que las ventanas temblaron. Esa primera noche no cenamos. No nos atreviamos a abandonar la casa. Cuando sali por unas pocas horas, las calles estaban con vidrios rotos y cenizas.
La policia antimotines y los Basiji estaban en cada esquina.
La creciente violencia y las severas medidas gubernamentales inspiraron mi abrupta partida de Iran a mediados de semana. Mi informe para el Jerusalem Post- tan honesto y profesional como yo sabia hacerlo- no obstante significaba que yo tenia una conexion directa con Israel que era peligrosa. Yo me estaba poniendo en riesgo al prolongar mi estadia.
Durante mis ultimos dos dias en Teheran, cada golpe en la puerta me daba panico, mientras pensaba "He sido atrapada."
Si hubiese sido capturada como una "espia israeli", Ahmadinejad hubiese tenido una excusa para describir los disturbios como un complot sionista. Yo tenia que salir.•

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