David Horowitz
Un borrador parcial del discurso del domingo del primer ministro... quizas.
Honorables invitados, damas y caballeros, Desde la serie de declaraciones emanando desde dentro de su administracion, culminando en su discurso en Cairo el 4 de junio, que jugo un papel protagonico en provocarme a dar este discurso, yo quisiera comenzar con ciertos comentarios dirigidos al Sr. Presidente Barack Obama. Sr. Presidente, nosotros aqui en Israel observamos su asombroso, improbable largo arrastre a la victoria en las elecciones del año pasado con admiracion, incluso respeto. Usted energizo a su nacion. Usted creo un sentido de esperanza y optimismo en una coyuntura particularmente no prometedora. Usted concedio el voto a una porcion de su poblacion que nunca habia creido que encontraria representacion autentica en el mas alto nivel de gobierno. Usted resono integridad y determinacion para instituir cambios reales y constructivos en casa y en el exterior. Observando desde tantas millas de distancia, todavia compartiendo tantos de sus objetivos, nosotros sentiamos- y nosotros sentimos- una inmensa participacion en su exito. Mas importante, si usted puede, de alguna manera, arreglarselas para crear una atmosfera en la cual los musulmanes en nuestra region y mas alla puedan encontrar la fuerza y conviccion para marginalizar a los extremistas que son emblema de los aspectos mas radicales e impiadosos del Islam- bueno, nosotros necesitamos apenas decirle cuan completamente esto cambiaria cada aspecto de nuestra realidad.
Pero ya que usted es un politico determinado a hablar con la verdad en todos sus asuntos, y ansioso por escuchar honestamente, tambien, estaria mal para mi no resaltarle algunas sinceras preocupaciones acerca de su enfoque, muchas de las cuales surgieron de su discurso de "acercamiento" en Cairo, y otras que se volvieron claras en nuestra reunion en la Casa Blanca el mes pasado y posteriores contactos.
Yo no puedo sobrecargar sobre cuan importante es que usted primero internalice y luego deje en claro, en sus tratos con el mundo musulman en las proximas semanas y meses, que la legitimidad de nuestro pais judio no deriva de los siglos de persecucion a los judios en el mundo que culminaron en el asesinato de seis millones de nuestro pueblo durante el Holocausto. Esta fue la narrativa que usted adopto en su discurso del 4 de junio- y esta equivocado, peligrosamente equivocado.
Nuestro mutuo enemigo, Iran, trafica estrategicamente en forma precisa tal narrativa a fin de deslegitimizar a Israel, insistiendo que nuestro pais es un intruso colonial injustamente impuesto sobre los inocentes palestinos como una consecuencia de la culpa europea. Los judios bien podemos tener el derecho a vivir en seguridad, este asqueroso argumento continua, quizas incluso en un pais propio... en algun lado u otro. Pero no en Medio Oriente, ostensiblemente a expensas de los palestinos.
La realidad, sin embargo, Sr. Presidente, es que el establecimiento de Israel en 1948 no fue un nacimiento sino un renacimiento- el retrasado revivir de la soberania judia en el unico lugar donde los judios buscan, y tienen el innegable derecho, de mantener el estado. Porque este es nuestro pais biblico, historico, una tierra en la cual nosotros hemos vivido cada vez que hemos reunido la fuerza para hacerlo, y nadie puede oponer un reclamo mas legitimo a el.
Y todavia, cuando la comunidad internacional tardiamente relegitimizo la soberania judia aqui, nosotros reticentemente aceptamos que otros tenian reclamos, tambien, y acordamos con compartir Palestina, en paz- una entidad judia al lado de una entidad arabe- incluso al costo de la desconexion de muchos de los mas resonantes lugares en nuestra historia en Judea y Samaria.
Aqui, debo decir con la honestidad de un amigo preocupado, reside la segunda de las aparentes ideas equivocadas o malas interpretaciones que tanto me preocupan a mi y a mucha de mi gente en su sumatoria y perspectiva. Usted parecio implicar en sus comentarios del 4 de junio un paralelo de los destinos entre la campaña nazi por borrar a una nacion entera en el Holocausto y el sufrimiento palestino a traves de decadas. Y usted entonces exacerbo la distorsion con su descripcion de las causas del sufrimiento palestino.
Yo no seria tan audaz como para afirmar que los esfuerzos israelies de reconciliacion con los palestinos siempre han sido tan astutos como podrian haberlo sido. Pero una lectura justa de la historia reciente puede llevar a ninguna otra conclusion mas que los palestinos hubieran estado viviendo en paz junto a Israel por decadas, en una realizacion viable de esa vision internacional de la Palestina del pos-mandato, si solo ellos y aquellos que hablaron por ellos lo hubieran deseado.
Fueron ellos quienes rechazaron la particion de Palestina mas de 60 años atras, y mis predecesores los que la aceptaron. Fueron ellos quienes pensaron matar a mi naciente pais mientras este empezaba a tomar aliento, rechazando su legitimidad e impiadosamente buscando su destruccion en las primeras dos decadas del estado, antes que hubiera cualquier "ocupacion", cualquier "asentamiento ilegal en Cisjordania". Fueron ellos y sus sucesores quienes, principalmente, condenaron a los palestinos al sufrimiento que usted tan elocuentemente detallo. Mientras nosotros absorbiamos a nuestros refugiados judios y levantabamos un pais prospero, ellos fomentaron la violencia y victimizacion, e insisten hasta hoy en mantener cinicamente su herida de los refugiados abierta incluso en la no disputada y libre de judios Franja de Gaza.
Desafortunadamente, este rechazo de la particion viable no es una funcion de la demarcacion precisa de limites disputados, requiriendo un poco mas de flexibilidad de uno u otro lado, sino mas bien un inextinguible rechazo por parte de los palestinos y la mayoria del mas amplio mundo arabe a reconciliarse genuinamente con el hecho de nuestra existencia aqui.
Por lo tanto lo que puede parecerle mi bizarra insistencia que, en cierta etapa u otra de cualquier proceso de negociacion, los palestinos reconozcan formalmente a Israel como un el estado del pueblo judio. Este no es un obstaculo puesto por Israel en el camino a la paz. Este es un componente esencial de la paz. Lograr eso, Sr. Presidente, ayudaria a superar esa fundamental resistencia arabe al mismo hecho del Israel judio, y la parte dura del proceso estara hecha.
Como no tengo deseos de regalar a nuestros enemigos la capacidad de describir a Israel como un obstaculo para la paz, yo por la presente declaro desde este podio que estoy mas que listo para discutir las aperturas de paz de la Liga Arabe como un aspecto constructivo de la normalizacion- aunque enfaticamente no la ultima palabra. Ni mi gobierno ni ningun gobierno israeli, debo explicar a este respecto, intenta cometer suicidio nacional considerando un influjo de palestinos que alteraria el equilibrio demografico del unico estado judio del mundo.
Adicionalmente dejare en claro que Israel bajo mi gobierno honrara todos los acuerdos aprobados por gobiernos previos, incluyendo el "mapa de ruta" diplomatico y el camino al estado palestino que establece. Pero yo explico que nuestro apoyo para una nueva "Palestina" se sostiene solo en principio. El modelo familiar de soberania simplemente no puede funcionar en este contexto en este momento. Nuestro pais, nueve amplias millas en su punto mas estrecho, empequeñecido territorial y demograficamente por vecinos una vez o aun comprometidamente hostiles con nosotros, no se atreve y no aprobara en sus fronteras una entidad soberana que legalmente adquiriria los medios para lograr nuestra destruccion.
Si nosotros podemos juntos alentar el surgimiento de un liderazgo palestino que reconozca el derecho de Israel a existir como una entidad desbordantemente judia, si nosotros podemos crear juntos las circunstancias bajo las cuales terminos realmente viables para una reconciliacion puedan ser encontrados, Sr. Presidente, usted me encontrara manejando una dura negociacion territorial pero no una imposible. Ya en 2005, uno de mis predecesores demostro, dirigido equivocadamente en mi opinion, una predisposicion para desmantelar toda una comunidad asentada en un intento por lograr la calma para mi pais. Yo no sere encontrado buscando, incluso en detrimento de mis estimados colegas reasentando las tierras biblicas de Judea y Samaria, en la causa de la verdadera paz. Pero sere leonino en defender nuestra seguridad en su ausencia.
Nuestra advertencia de suspension respecto al estado palestino, en resumen, es que su independencia y futuro no deben ser formados y realizados en detrimento del nuestro. En forma de pequeño ejemplo, el disparo de cohetes de corto alcance, salvas mucho mas rudimentarias que aquellas que nos han sido disparadas en los ultimos años desde Gaza y el sur de Libano, harian la vida diaria de mi pais imposible si fuesen dirigidos a nosotros desde Cisjordania. A Usted mismo, quien mostro tal simpatia con la gente de Sderot cuando nos visito como candidato presidencial el año pasado, no se le habria permitido por detalles de seguridad volar en nuestro aeropuerto si tan insostenible realidad prevalecia.
SR. PRESIDENTE, tengo mucho que quiero decir a los palestinos, al mundo arabe, y a mi propio pueblo en este discurso. Pero a usted, finalmente, permitame explicarle nuevamente mi apoyo por su intento en fomentar "un nuevo comienzo" con el mundo musulman, incluso cuando yo busco subrayar la urgencia del momento.
Muchos, yo espero la mayoria de nosotros buscamos vivir en un clima donde el regalo divino de la vida es universalmente apreciado. Nosotros queremos vivir en un clima en el cual la frase que usted cito del Koran el 4 de junio y la cual yo encuentro en el Talmud, en Sannedrin- que el que salva una vida salva el mundo- sea completamente internalizada. Un mundo de "vivir y dejar vivir."
Lamentablemente, terriblemente, sin embargo, los fundamentalistas musulmanes que usted busca correr hacia la moderacion, o para marginalizar, son insistentes en que su dios requiere que ellos maten y sean muertos- ese paraiso espera a aquellos que asesinan a los no creyentes y mueren en el proceso. Es la combinacion de esta mortal ambicion con el armamento para convertirlo en una escala apocaliptica lo que tanto nos preocupa cuando observamos a Iran. Ese regimen, con ese armamento, constituye una insoportable amenaza para nuestras vidas- y por "nuestras", Sr. Presidente, quiero decir mia y suya, de mi pueblo y del suyo.
Asi mientras yo elogio su disposicion para ir millas extras y buscar, aunque improbablemente, desactivar el fanatismo del regimen irani, yo le imploro a usted que no sea distraido por los pretextos tan convenientemente invocados para justificar falsamente la queja islamica. La agresion extremista musulmana no es manejada por el irresuelto conflicto israeli-palestino, por la presencia de sus tropas en Irak, por enojo con el liberalismo occidental o cualquier causa supuesta, sino mas bien, por un pervertido sentido de imperativo religioso.
Yo lo impulso tambien, a no esperar demasiado para sacar sus conclusiones sobre Iran; debo decirle que hace largo rato saque las mias.
Y le suplico, finalmente, por el bien de todo el mundo libre, y aquellos que desean ser libres y lo observan a usted como el brillo de la libertad, poderoso nuevo ejemplar, no subestime la capacidad del hombre para hacer lo impensable contra su projimo. Usted es un buen hombre, Sr. Presidente- de eso, su pueblo, y el mio, no tienen dudas. Pero como muchos hombres sabios han observado correctametne, todo lo que es necesario para que el mal triunfe es que los hombres buenos no hagan nada.
Fuente: The Jerusalem Post
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