“Como Presidente debo rehabilitar la confianza pública”, que se vio “dañada” tras “una larga y emocionante campaña electoral”, para lo cual “continuaré sirviéndola fielmente”, se comprometió, en la Knéset, el flamante mandatario electo, Reubén Riblin (foto), ni bien se conoció su designación.
El triunfador les agradeció a sus contendientes, el premio Nobel de Química Dan Shejtman (un voto), la ex jueza de la Corte Suprema Dalia Dórner (13), la ex titular de la Knéset Dalia Ítzik (28) y el legislador de Hatnuá Meír Shitrit (31 sufragios), a quien luego derrotó en la segunda vuelta por 63 a 53 y le dedicó un reconocimiento: “¡Qué pelea diste!”.
Riblin recordó que militó en Likud durante muchos años, pero que como Presidente se verá obligado a abandonar su hogar político.
También despidió de la Knéset: “Estuve aquí durante siete cadencias, estuve a su cargo en dos de ellas y experimenté la fuerza vital de la democracia israelí”.
El Presidente electo cerró su discurso triunfal con un “¡Iejí (Viva) Israel!”.
El triunfador les agradeció a sus contendientes, el premio Nobel de Química Dan Shejtman (un voto), la ex jueza de la Corte Suprema Dalia Dórner (13), la ex titular de la Knéset Dalia Ítzik (28) y el legislador de Hatnuá Meír Shitrit (31 sufragios), a quien luego derrotó en la segunda vuelta por 63 a 53 y le dedicó un reconocimiento: “¡Qué pelea diste!”.
Riblin recordó que militó en Likud durante muchos años, pero que como Presidente se verá obligado a abandonar su hogar político.
También despidió de la Knéset: “Estuve aquí durante siete cadencias, estuve a su cargo en dos de ellas y experimenté la fuerza vital de la democracia israelí”.
El Presidente electo cerró su discurso triunfal con un “¡Iejí (Viva) Israel!”.
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