jueves, 11 de junio de 2009

Desde la Diaspora: Solo porque estemos paranoicos‏


By SAMUEL FREEDMAN

Cada vez que camino hacia el Centro Comunitario Judio en la Parte Alta Oeste de Manhattan, un viaje que a menudo hago como un ejercitador obsesivo, paso a traves de una linea de cilindros de acero, cada uno del tamaño de un cesto de basura. Ellos estan alli, por supuesto, para detener el avance de un coche bomba.
Y aunque este tipo de arquitectura de doble proposito habia tenido un boom no esperado en New York desde el 11 de septiembre, con planteros y bancos de parques sutilmente duplicados como barricadas, no puedo evitar mas que pensar en tales centinelas como una forma de diseño particularmente judia. Que otra gente tendria una razon racional para cuidar un edificio dedicado a lecciones de cocina, puestas de teatro en idish, clases de tejido y otras inocuas?
Estas precauciones piden por una pregunta mas grande acerca de nosotros mismos, acerca de como nosotros como judios americanos navegamos un curso psiquico entre no exagerar el odio a los judios y no pretender que no existe. Los israelies, no es necesario decirlo, no sufren de tal confusion, estando en el lugar final de recibir al terror sobre una base diaria.
Para muchos americanos judios, especialmente aquellos sin un profundo, mas aprendido sentido del judaismo o idishkait, la presencia de antisemitismo local ha servido como un proposito conveniente como un pilar de identidad. Toma la forma, dependiendo del flanco politico de origen, de una presuncion que los negros nos odian o que los cristianos evangelicos quieren tomar el pais.
Lamentablemente, parte del atractivo comercial de la novela historica de Philip Roth, El Complot contra America fue que susurro reaseguradamente en los oidos auto-compasivos de los judios americanos que, si, podria haber sucedido aqui, los nazis nativos podrian haber tomado los EEUU. La verdad es que, no obstante el Padre Coughlin, Henry Ford, Charles Lindbergh, Louis Farrakhan y otras nocivas anomalias, America ha dado la bienvenida a los judios a diferencia de cualquier pais en los dos milenios de exilio. Nuestro dilema en America no esta causado por el odio de otros sino por su aceptacion y muy a menudo su amor literal- como sostener a la comunidad judia mientras estamos saboreando la movilidad social ascendente, hacia afuera de una sociedad pluralista y poliglota.
A diferencia de nuestros pares diasporicos en Francia, nosotros no necesitamos vivir en miedo diario de vandalismo y ataque. A diferencia de aquellos en Inglaterra, a nosotros no se nos pide renunciar al sionismo e Israel como el precio de la aceptacion completa. Y aqui en la comoda America, pocas partes son mas comodas que nuestro Shtetl* del Lado Oeste.
Solo un dia hace poco, sin embargo, nos recordo de los limites de nuestra seguridad y el proposito de la memoria historica. Fue en mayo 20, el dia en el cual Iran lanzo un misil de combustible solido capaz de golpear Israel y cuatro hombres fueron arrestados por el FBI por intentar bombardear una sinagoga ortodoxa y un templo reformista en el barrio Riverdale del Bronx.

Hay un aforismo sardonico que dice, "Solo porque tu estes paranoico no quiere decir que no estan afuera para agarrarte."

Esa doble negativa prueba una verdad que muchos de nosotros judios americanos aprendimos nuevamente el 20 de mayo. Incluso en medio de nuestra confiada existencia aqui, continua habiendo gente comprometida con nuestra destruccion.

Despues que Mahmoud Ahmadinejad hablo en la Universidad de Columbia en 2007, el fue ampliamente injuriado en los circulos liberales por haber afirmado que Iran no tiene homosexuales. Pero cuando el presidente de Columbia, Lee Bollinger, retoricamente estampo a Ahmadinejad contra la pared por su negacion del Holocausto, fue Bollinger quien fue atacado por haber sido un anfitrion poco hospitalario. Mas recientemente, nosotros hemos visto a Roger Cohen del The New York Times aspirando a hacer el papel del Walter Duranty para el Stalin de Ahmadinejad, dedicando columnas y discursos para describir la comoda vida de los judios iranies y la no apreciada moderacion del regimen.

En las salas de chateo donde yo tengo compañia, muchos de nosotros deseamos que todo eso fuera cierto, que la negociacion hubiese tenido exito, si solo fuera para salvar a Israel mismo de la represalia irani que vendria luego de un ataque contra sus instalaciones nucleares. La prueba del lanzamiento del misil en 20 de mayo tendio a mostrar los limites de la cura de conversacion. A veces la gente que dice que quiere destruirte realmente lo esta pensando, e incluso encuentra la amenaza de aniquilacion como un gran punto en su plataforma de reeleccion.

Los cuatro hombres arrestados por intentar bombardear los lugares judios en Riverdale no pueden ser comparados con un demagogo investido con una mayoria electoral. Ellos eran personajes marginales- criminales de carrera, ex convictos, conversos carcelarios a una version jihadista del Islam. Entonces nuevamente, eso era Richard Reid, quien casi vuela un avion una bomba en el zapato.

Nosotros ya sabemos que un informante del FBI ayudo a promover la idea de un ataque y vendio el material para ello. Nosotros sabemos, tambien, que el informante tenia su propio expediente criminal y en forma consabida se convirtio en informante para salvarse el mismo. Pero nadie puede ser entrampado sin colaborar en su propia trampa. Nadie puede ser enganchado en algo asi contra su voluntad.

No fue el informante, sino el lider del grupo, quien declaro, de acuerdo con la lista de acusaciones formales:"Yo odio a esos p..., esos p... judios bastardos... yo quisiera poder destruir una sinagoga."

Para cualquier americano judio que intento inflar la amenaza de antisemitismo como un accesorio para su propia fragil identidad, aquellas palabras, como el misil de Iran, proveen un shock instructivo. Enfrentados con el genuino odio a los judios, no es nada para querer construir un sentido de uno mismo. Y para cualquier judio americano que piensa que el odio en estos dias esta reservado para los gays, los negros y los inmigrantes latinos, aquellas palabras y ese misil dicen que continua habiendo enemigos afuera para agarrarnos.
Fuente: The Jerusalem Post
* Shtetl: aldea en idish. Simboliza el lugar donde los judios se sentian comodos.

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