martes, 16 de junio de 2009

QUISQUILLOSOS COMO SOMOS‏


Sarah Honig

Las intenciones del Presidente Barack Obama cuando daba su discurso empalagoso, largo y cambiante de la historia en la Universidad de Cairo, pueden haber sido buenas. El puede haberse imaginado genuinamente en una mision mesianica para ganar los corazones de los musulmanes en virtud de su propio (hasta el momento oportunamente descartado) origen musulman.
Sus referencias al colonialismo y pasado tratamiento de los arabes como apoderados de la Guerra Fria (no importa su propia cinica explotacion de la influencia entregada a ellos asi) sin duda atrajo por igual a los correctos posmodernistas europeos. Cualquier cosa que lleve a Occidente bajo una clavija y exalte al Tercer Mundo esta muy a la moda.
Eso, emparejado con la aparentemente sincera posicion del orador y su invulnerabilidad super-estrella de "no puedo dar un paso en falso", hacen sus afirmaciones terriblemente intragables en los tipos cronicamente fuera de onda, impopulares. Es dificil tragar tanto sentimentalismo y sacarina, empapada con tanta miel y aceite de oliva.
Intenta como algunos de nosotros ignorantes del tipo propenso a la nausea hicimos, nosotros no pudimos hacer brotar alas de hada y danzar alegremente en la luz proyectada desde el halo del residente de la Casa Blanca. Quisquillosos como somos, no pudimos parar de tocar el arpa sobre incidentes tales como la chapucera equivalencia que Obama trazo entre el Holocausto y el "dolor por la dislocacion" palestino, y entre el asesinato masivo y la construccion de asentamientos (incluida mucha de Jerusalem). Nosotros no pudimos cantar su mantra que el "desplazamiento" palestino fue "traido por la fundacion de Israel" (completamente en linea con las engañosas narrativas arabes). Nosotros no pudimos aceptar graciosamente la culpa por las "humillaciones diarias que vienen con la ocupacion", o por la "crisis humanitaria" de Gaza. Incapaces de participar en la elegante fanfarria y fingir que Obama disparo nuevas visiones y revelaciones, nosotros no pudimos extinguir algunos inmodificados recuerdos. No importa cuanto somos urgidos a golpear nuestros pechos en agonizante contricion, nosotros sabemos que los israelies nunca nos propusimos despojar a nadie. Nosotros igualmente sabemos que existian diseños en el lado arabe no solo para despojar a todos los judios en la Israel aun por nacer, sino si fuera posible para aniquilar hasta el ultimo de ellos. El 1º de mayo de 1948, dos semanas antes del nacimiento de Israel, el secretario general de la Liga Arabe, Azzam Pasha advirtio: "Si los sionistas se atreven a establecer un estado, las masacres que desatariamos empequeñeceran a cualquiera que Genghis Khan y Hitler perpetraron."
Obama debe saber que los arabes se volvieron desplazados en combate que ellos iniciaron con el expreso proposito de desplazar a los judios. Es malo si el no se da cuenta de esto. Es abismalmente peor si el deliberadamente finge ignorancia de las expulsiones de 1947-48 por parte de los arabes de los judios en este pais desde las antiguas como las nuevas comunidades, con todo la vigilante matanza que Azzam Pasha prometio y la cual ya entonces era- antes del establecimiento de Israel- maliciosamente taladrada en la mentalidad arabe. En su primer dia, el indefenso recien nacido Israel fue despiadadamente atacado por siete ejercitos arabes. Los asi llamados palestinos terminaron sometiendose ellos mismos a una minuscula porcion de la catastrofe que planearon para los israelies. Ellos obtuvieron el postre que merecian. Israel solo causo el problema no adhiriendose al guion arabe para su propia desaparicion. Aunque tragicamente superados en numero y en armamento, Israel rechazo con agallas la concertada invasion arabe. Esa fue la unica y sola ofensa cardinal de Israel. Entonces, Obama, perdonanos por vivir.
Previo a la creacion de Israel, los arabes rechazaron cualquier compromiso que dejara a los judios incluso un inviable punto de apoyo como los retazos de trampa mortal entre Tel-Aviv y Netanya. Obama deshonestamente evito mencionar que los arabes podrian haber tenido su estado palestino pero no lo quisieron. Ellos quisieron a Israel destruido. Ellos instigaron el sangriento sabotaje de la resolucion de particion de ONU de 1947 (el cual ellos ahora desean implementar). Si los arabes no hubiesen lanzado su guerra, ellos no hubieran perdido. No habria refugiados ni pretexto para ininterrumpido descontento.

Lo mismo corre para sus molestias en los controles camineros y su angustia en Gaza. Si no hubiesen lanzado una guerra de terror, ningun puesto de control, barrera o limitaciones sobre los cruces a Gaza hubieran sido necesarias. Estos se originaron de la necesidad de proteger a los israelies de los terroristas que vagaban libremente. Los arabse infligieron esto tambien sobre si mismos, aunque los espectadores de afueera- principalmente Obama- aceptan y promueven la postura "pobre digno de lastima desvalidos palestinos."

Comparando a los palestinos con los esclavos negros de America, Obama inculco una chocante mentira en las mentes de su adulador publico. El no critico las motivaciones profesadas por los terroristas (o "extremistas" en su idioma), solo la inefectividad de sus metodos. "Resistencia a traves de violencia", el entono, "no tiene exito". Si lo hubiese tenido podria quizas recibir su bendicion.

Obama presto a la percepcion de los terroristas como luchadores de la libertad una premisa axiomatica. El amplifico este postulado clave de la propaganda arabe- que el terror fue provocado por la Nakba, la "calamidad" de cosecha propia arabe y sinonimo insidioso para la auto-determinacion judia. La Nakba la entrada principal en el lexico arabe de la deslegitimizacion de Israel, y su efecto actual en la psique arabe es potente.

Los arabes demandan confesion del crimen y autodemonizacion de Israel. En lo sucesivo, probablemente, los aspirantes a exterminadores arabes podrian dejar a algunos judios subsistir como intrusos contaminados en su esfera (lo que el Tercer Reich llamo lebensraum). Jugando a lo largo de esto, Obama disminuyo drasticamente los proyectos de paz mas que realzarlos. Porque la vehemencia contra Israel amainaria cuando el lider del mundo libre la valida?

Esencialmente, Obama requiere que los Israelies reconozcan la culpabilidad o sean llevados a la picota como obstruccionistas. Todavia no serviria la auto-denunca israeli como justificacion para la eventual eliminacion de Israel? La admision de culpa a duras penas haria amainar el odio fanatico. Por si acaso, alentaria a millones de arabes con lavado de cerebro, afirmando espuriamente tener status de refugiados, a inundar y erradicar el estado judio.

Si Obama intento ansiosamente convertirse en agorero de cambio, la ultima cosa que el hubiera afirmado era que Israel engendro el problema palestino. El hubiera explicado que el odio precedio a Israel, que los arabes fulminaron con antagonismo genocida incluso mientras los judios comenzaban a arruinar la perfeccion de un desierto despoblado rodeado por unos putridos pantanos con malaria. "Masacren a los judios" fue el llamado del clarin- ya a principios de los años 20- del reverenciado posible fürher pan-arabe Haj Amin el-Husseini, el que pronto se convertiria en un avido colaborador nazi, complice del Holocausto residente en Berlin y buscado criminal de guerra.
Obama debio haber enfatizado el infortunio de los asi-llamados palestinos fue engendrado por las letales mentiras arabes- desde la cinica incitacion a la matanza en 1929 porque los judios supuestamente planeaban la dominacion del Monte del Templo (con el cual, de acuerdo a descarada mentira arabe, los judios de todas formas no tienen lazos historicos ni religiosos) a la ultima oleada de intifadas alimentada por las calumnias identicas.
El cambio no es adulacion, sino la valentia para declarar la verdad: Palestina es una maquinacion irredentista. Los arabes solo descubrieron (e inicialmente rechazaron) la apelacion europea (de origenes romanos anti-judaicos) despues que el Mandato Britanico comenzo.
Pero cuanto mas se le permite a una mentira enconarse, mas toma posicion. Con el tiempo se vuelve un hecho, no solo en el hirviente Medio Oriente sino tambien entre los intelectualmente indolentes pueblos en otras partes. La verdad es fragil. Obama fracaso en sostenerla. Por si acaso, el la recorto severamente. El concedio falsedades y semi-falsedades del tipo de resonancia incomparable que no prevendria el choque de civilizaciones, sino que lo aceleraria.

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