Eutanasia activa. Nuevo tema de controversia para la sociedad israelí
Israel ha superado el primer paso formal para impulsar una ley que permita la eutanasia activa en el país. La norma dará permiso a los médicos para que prescriban medicamentos que pongan fin a la vida del paciente sin que haya repercusión legal alguna en su contra, una regulación que hoy solo tienen Bélgica y Holanda. Las presiones de los partidos ultraderechistas y religiosos judíos, semejantes a las que ejerce la Iglesia en los países católicos, amenazan con complicar el proceso, aunque a día de hoy la aritmética parlamentaria permitiría sacar adelante el proyecto con mayoría suficiente.
El texto fue votado el domingo por el gabinete del primer ministro, Benjamín Netanyahu, solo con la oposición de HaBayit HaYehudi (Casa Judía, ultraderechista, segundo socio en importancia con 11 escaños). La iniciativa partió de Yesh Atid (Hay Futuro, centrista, primer aliado de Netanyahu, con 19 diputados). “Lo que queremos es darle al paciente el control sobre su vida sin que el doctor tema ninguna consecuencia legal por la muerte del paciente”, justifica Ofer Shelam, parlamentario de esta última formación y redactor de la norma.
Esta eutanasia activa se aplicará solamente a los pacientes que entren en la catalogación de “terminales”, es decir, con una esperanza de vida menor a seis meses, como ha afinado un comité público comandado por un rabino, Avraham Steinberg. El enfermo tiene que haber manifestado su deseo de acabar con su vida dos veces al menos, con dos semanas de diferencia y ante dos testigos. Luego firmará su consentimiento y el médico podrá administrarle un fármaco que le causará una muerte indolora. La norma, por ahora, no aborda el caso de los pacientes que se encuentren en estado vegetativo. “No es una prescripción general, sino que se aplicará en una etapa en la que el sufrimiento y el dolor sean insoportables”, recoge el borrador.
Shelam argumenta en su exposición de motivos que el crecimiento de las expectativas de vida y la mejora tecnológica para mantener un corazón latiendo “obligaban” a plantearse una nueva realidad, las “necesidades” generadas en una época diferente. “Israel quiere estar en cabeza de los países más liberales”, abunda.
La “muerte por prescripción médica”, que es el título dado a la ley, lleva el sello de la ministra más progresista del Gobierno, Yael German, que ya prometió en campaña, hace año y medio, abordar este asunto. Hasta hoy Israel tiene regulada la eutanasia pasiva, aprobada en 2005 tras seis años de debate en la Knesset (Parlamento). Incluye la posibilidad de renunciar a un respirador siempre que se haga en pleno uso de facultades y de redactar un testamento vital. La norma no está aún plenamente implementada, reconocen en el Ministerio de Salud. Avinoam Reches, neurólogo jefe del Hospital Universitario Hadassah de Jerusalén, explica a la agencia Reuters que está en vías de aplicación.
Tanto en la pasiva como en la activa, defiende el doctor, lo importante es dar la oportunidad de elegir al paciente. “Nadie fuerza a nadie a tomar la decisión. Si un religioso no quiere tomar el fármaco, no pasa nada. Pero no tiene derecho a mandar sobre los demás”, recuerda. Pone un ejemplo: en Oregón, Estados Unidos, donde la eutanasia activa lleva regulada desde 1998, solo se ha recetado la mezcla de medicamentos a entre 100 y 120 pacientes, de los que entre 60 y 80 lo han tomado efectivamente.
Naftali Bennett, el líder de Casa Judía, ha anunciado hoy que va a apelar la decisión del gabinete israelí. Pondrá entonces al primer ministro Netanyahu en la tesitura de decidir si envía o no el articulado al Parlamento. Su partido, el Likud, votó a favor. Sin el apoyo de Bennett podría sacar adelante la votación, gracias al apoyo manifiesto de los laboristas. El rabino jefe ashkenazi, David Lau, ha manifestado su “fuerte oposición” a una norma que, a su juicio, va a “legalizar las muertes misericordiosas”. “Los médicos tienen el derecho de tratar a la gente y hacer que estén saludables, pero no tienen el derecho de matar a la gente”, dijo el domingo en Radio Israel.
En la misma línea se han expresado otros partidos confesionales como el Shas o Judaísmo Unido de la Torá, que afirman que la ley “destroza los valores judíos”, “pierde el respeto a la santidad de la vida” e incluso “recupera de modo escalofriante, 70 años después, el concepto de los alemanes de muerte por compasión para cojos, enfermos o ancianos”. Frente a ellos, una mayoría de ciudadanos que defiende la ley —entre el 60 y el 70% de apoyos, según los medios locales— y que no quiere tener que viajar al extranjero para lograr una muerte digna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.