jueves, 1 de octubre de 2015

Un brasileño une a niños israelíes y palestinos a través de un arte marcial
JAI – El sociólogo carioca Marcos Gorinstein emigró a Israel en el año 2010. Uno de sus objetivos era dar clases del arte marcial jiu-jitsu para poder lograr que niños israelíes y palestinos pudieran establecer relaciones entre sí.

Al final del último conflicto en Gaza, en el año 2014, él pasó por la puerta del Colegio Max Rayne, de Jerusalem, y vio el siguiente cartel: “Nos rehusamos a ser enemigos”. Acto seguido, ingresó al establecimiento y propuso su proyecto de convivencia pacífica a través del deporte. El ofrecimiento fue inmediatamente aceptado.

Según Gorinstein, “la única solución para el conflicto israelo-palestino es a través del diálogo” y el “proyecto hace que los niños israelíes y palestinos tengan contacto”.

Cuando le consultaron por qué eligió un proyecto que implica la lucha, explicó: “Entreno desde hace 20 años. Existe la cuestión del toque, de hacer caer al otro, pero también hay límites, hay que respetar al cuerpo del otro para no lastimarlo. El rango etario oscila entre los 14 y 15 años, y el deporte es más eficiente, a esa edad, que ponerlos a conversar, sin tener nada en común”.

El entrenador reconoce la resistencia que existe en ambos lados y entiende “no se podría esperar otra cosa”. Procurando asumir una posición neutral, asegura: “Tengo mi visión personal sobre el conflicto, pero eso no es lo importante. Los niños deben discutir entre ellos”.

“No quiero que esto sea visto solamente como el proyecto de un israelí, por lo que invita a una mujer de palestina para que sea mi compañera”, explicó. A la vez, agregó que su objetivo es que los chicos mantengan el contacto y que puedan seguir practicando el jiu-jitsu.

Fuente: Conib 

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