jueves, 19 de mayo de 2011

La naturaleza criminal de los palestinos

e hizo alusión a que la tierra le pertenece al Islam, y los palestinos, con la gracia de Alá, podrán residir donde quieran en el lugar que se constituirá en lugar de Israel, un Califato islámico.



La concretada fusión entre el grupo terrorista Hamas que gobierna Gaza y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), un desprendimiento de Al Fatah, que controla Cisjordania, de igual carácter y esencia extremista, pero más embozado que el primero, tiene por objeto bregar juntos para la creación de un Estado llamado Palestina -absurdamente reconocido en forma anticipada por muchos países de la comunidad internacional- antes del ineludible pronunciamiento por votación de la ONU y sin las indispensables negociaciones previas con Israel.

El acuerdo entre ambas facciones por el cual lograron un entendimiento sobre todos los asuntos en los que discrepaban, incluidos los referidos a la formación de un gobierno y elecciones, evidencia que los dos, más que pretender la paz y la creación de un Estado que conviva pacíficamente junto a Israel -como ingenuamente creen muchas naciones occidentales y necios organismos de izquierda- ansían la desaparición de éste.



El 11 de mayo de 2011, un miembro del parlamento de la Autoridad Nacional Palestina y clérigo, Yunis al Astal, explicó en un reportaje emitido por la emisora de Hamas, Al Aqsa TV, (en virtud del convenio con la ANP se puede ver ahora en Judea y Samaria) que dio a conocer El Instituto de Investigación de Medios de Información en Medio Oriente (MEMRI en su sigla en inglés), la visión esperanzada de la ANP sobre el genocidio y la aniquilación del pueblo judío. En la entrevista televisiva, para solaz de la audiencia, Al Astal atribuyó la congregación del pueblo judío en la tierra de Israel a un plan divino que posibilitará a los árabes tener el “honor” de exterminar el “mal de esa pandilla”. Vaticinó sin ambages que en pocos años, los sionistas comprenderán que fueron llevados allí, con el propósito de ser sacrificados en una “gran masacre”. Continuando con su invectiva nazi, dijo que los judíos son “más peligrosos que las aves de rapiña, los reptiles y bacterias letales juntos” e hizo alusión a que la tierra le pertenece al Islam, y los palestinos, con la gracia de Alá, podrán residir donde quieran en el lugar que se constituirá en lugar de Israel, un Califato islámico.


Otro testimonio que ayuda a comprender la mentalidad e idiosincrasia de gran parte de los palestinos, se puede ver en un video que el vigilante instituto MEMRI difundió. En él, una mujer árabe de 92 años, relata a la TV de Hamas con añoranza y orgullo, cómo los musulmanes de Hebrón, incluido su padre, masacraron a sus pacíficos vecinos judíos con los que habían vivido durante muchos años, sin que mediara provocación ni motivo alguno. Los crímenes a los que hace referencia la despreciable anciana palestina, evocan el pogromo del 23 de agosto de 1929 durante el Mandato Británico de Palestina, perpetrado por una masa de árabes armados de bastones y cuchillos que se agruparon para asesinar a los judíos de Jerusalén y sus alrededores, para desde allí extenderse al resto del territorio. Un día antes de la matanza, el líder árabe aliado de Hitler y Gran Mufti de Jerusalén, Amin Al-Husayni incitó abiertamente a los árabes de la región a salir a matar judíos, lo que efectivamente sucedió después de la plegaria de los viernes. Hebrón fue el epicentro de los hechos de mayor gravedad. Mientras la comunidad judía integrada por alrededor de 800 familias que convivían armoniosamente junto a miles de vecinos árabes, descansaba en el shabat, 67 miembros de la grey fueron asesinados brutalmente dentro de sus casas y sinagogas. Hebrón se convirtió en una ciudad de violaciones, terror y asesinatos. Vejaciones de toda índole, precipitaron la huída despavorida de la población judía, lo que constituyó un hecho calificado, de limpieza étnica.



Hebrón, ubicada a 32 kilómetros al sur de Jerusalén, en las montañas de Judea, es una de las ciudades más antiguas del mundo y la segunda de las cuatro más sagradas para el judaísmo. Precedida por la capital Jerusalén, le siguen en importancia Tiberíades y Safed.

En la Biblia se menciona al reino de Hebrón en el siglo XVIII A.C. y se afirma que antes de ser conquistada por los israelitas después del 1300 A. C. se la llamaba Kiryat Arba. El texto sagrado registra minuciosamente la primera adquisición de tierras de la que se tenga noticia. El capítulo 23 del Génesis relata que el patriarca Abraham, el primer monoteísta, cuando fallece su esposa Sara, decide adquirir al hitita Efrón, a un costo dispendioso, la cueva de Majpelá para sepultarla y asimismo para que ese lugar en Hebrón, fuese su propia y definitiva morada. Allí reposan también, sus descendientes directos, Isaac y Rebeca y Yacob (Israel) y Lea.

El Rey David estableció Hebrón como su primera ciudad capital. Allí, él “reinó sobre Judea por siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre Israel y Judea” (2 Samuel 5:5). En Hebrón, su hijo Absalom elevó el nivel de rebelión (2 Samuel.5 y 15). Yoham, el Rey de Hebrón, fue asesinado por Josué en la batalla de Ayalon durante la conquista de Canaán (Josué 10:3).

Estas sucintas referencias, demuestran inequívoca y taxativamente el ancestral carácter judío de Hebrón.

El historiador Paul Johnson considera a Hebrón un paradigma de la obstinación judía a lo largo de cuatro mil años. “Ningún pueblo ha mantenido durante tanto tiempo un vínculo tan emotivo con un determinado rincón del planeta”.
Ese conmovedor apego histórico-religioso no fue convalidado por el gobierno de Israel. El 17 de enero de 1997 se suscribió el Protocolo concerniente a la retirada de Hebrón que fue firmado por el terrorista Yasser Arafat y el entonces primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Fue la primera vez que el Likud apoyó la retirada de los territorios de Cisjordania, (en su origen primigenio conocidas como Judea y Samaria) asumiendo la posición que sustentaba exclusivamente el Partido Laborista.

El fútil renunciamiento de Israel a la milenaria Hebrón, en aras de la paz con sus belicosos vecinos árabes, obtiene como retribución que el día de la Independencia del Estado Judío, sea llamado Naqba (Catástrofe) por los palestinos que, mediante su mendaz y distorsionada propaganda, pretenden cubrir sus crímenes y corrupción históricos, creando su propio estado y azuzando la aniquilación de Israel, negando su existencia.
Rubén Kaplan
http://www.rkpress.com.ar/

VIDEO de TV HAMAS http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=9Fic15V8ChE#at=23

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