El Papa Francisco y el cumplimiento de su cometido en Tierra Santa
La estridente visita del Papa Francisco por tres días a la volátil y convulsionada zona de Medio Oriente, que comenzó en Jordania, continuó con el arribo en helicóptero al tradicional territorio de Judea y Samaria- Ribera Occidental o también llamada con el término neolatino Cisjordania- administrado por la Autoridad Palestina que preside Mahmoud Abbas y finalizó en el Estado de Israel, tuvo, tal como se esperaba, una gran repercusión mundial y trascendió su anunciada naturaleza estrictamente religiosa, al conllevar una enorme carga política.
El Papa, llegó en su primera escala el sábado 3 de mayo a Amán, la capital del Reino Hachemita de Jordania, donde fue recibido por líderes religiosos. Luego se reunió con el rey Abdalá II bin-al Hussein y la reina Rania al-Yassin.
Posteriormente se dirigió al centro de la capital del país árabe donde celebró una misa. Durante la homilía extendió su mano hacia los musulmanes y envió un mensaje para la paz en la región.
"La paz no se puede comprar, no se vende", manifestó ante miles de personas que lo escuchaban. “Esa paz un don que debemos construir mediante gestos grandes y pequeños en nuestra vida cotidiana".
Después de la ceremonia se reunió con los refugiados de la cruel guerra civil de Siria, con quienes tuvo palabras de ánimo y de aliento, recordando el gesto del gobierno jordano de recibirlos allí.
Ya en Belén, el lugar de nacimiento de Jesús, en el comienzo de su peregrinaje, el Papa Francisco habló durante una recepción oficial e hizo un llamamiento a la paz y dijo que “el prolongado conflicto entre Israel y Palestina se había vuelto inaceptable”. "Por el bien de todos, hay una necesidad de intensificar los esfuerzos e iniciativas para crear las condiciones para una paz estable basada en la justicia, reconociendo los derechos de cada individuo, y en la mutua seguridad”. Asimismo dejó en claro que era necesario un acuerdo negociado y pidió a los líderes de ambos lados que mostraran el necesario coraje para alcanzarlo.
Francisco se granjeó la simpatía de sus anfitriones refiriéndose directamente al "Estado de Palestina", ofreciendo su apoyo tácito a la petición de reconocimiento de estado en medio de un proceso de paz paralizado. La difícil solución de dos Estados que convivan pacíficamente uno al lado de otro, de ser alcanzable, sería un logro formidable para alcanzar la paz entre enemigos aparentemente irreconciliables. Mientras tanto, El Papa Francisco, incurre en un error, compartido por la mayoría de la prensa internacional al denominar a la Autoridad Nacional Palestina, como Palestina, puesto que éste estado aún no fue creado, no tiene reconocimiento de la ONU, tampoco fronteras definitivas, ni siquiera un gobierno homogéneo, que bien puede presidir en futuras elecciones por un acuerdo de unidad, el movimiento palestino terrorista Hamas que controla la Franja de Gaza y jura no reconocer nunca al Estado de Israel.
Otra prueba de la convalidación del todavía inexistente estado palestino por parte del Vaticano fue el despliegue de banderas y afiches con la leyenda "Estado de Palestina, mayo de 2014" que fueron colocados en la pared exterior de la Iglesia de la Natividad en Belén, que además mostraban a Abbas y el Papa, junto con el patriarca griego de Jerusalén. Este es un intento flagrante de promover a Palestina como un Estado soberano y asociar la visita del Papa como un reconocimiento de facto de su condición de Estado.
Cabe agregar, que con la excepción de Jerusalén Este, Cisjordania no ha sido formalmente anexada por Israel y según el derecho internacional, no pertenece de iure a ningún Estado, a partir que Jordania renunció a su soberanía tras su anexión ilegal en 1948, de modo que ése territorio en disputa tiene que resolver su estatus definitivo, en futuras rondas de conversaciones entre israelíes y palestinos.
En la misa celebrada en la iglesia de la Natividad en Belén, (en abril de 2002 terroristas palestinos tomaron el control y atraparon a varios clérigos, católicos, armenios y griegos ortodoxos) evento que se difundió en gran parte del orbe, había un gigantesco mural detrás de donde el Papa decía su homilía, donde se distinguía observándolo de frente, a la izquierda a los tres pontífices que visitaron con antelación Tierra Santa, Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, a su lado a la Virgen María extendiendo sus brazos al niño Jesús parcialmente cubierto con un pañuelo palestino, que hacía lo propio con ella, y a la derecha remedando a San José, un árabe con una kefía, seguido por una mujer con un atavío similar al de las mujeres islámicas, un fraile franciscano, en cuyo hombro reposa una paloma blanca y una monja católica.
La peculiar mixtura en el óleo de la Iglesia de La Natividad, es funcional con la absurda narrativa de los palestinos, quienes desesperados por evidenciar alguna ligazón islámica con la historia y poseer algún vínculo que los una con la milenaria tierra de Israel, en otra burda y delirante distorsión de la Biblia, que ofende y pretende quitar legitimidad a las religiones judía y cristiana, alegan que el patriarca Abraham, el primer monoteísta, era islamista y la Virgen María y Jesús de Judea eran palestinos. Sin pretensión de reivindicar a los iconoclastas, surge el interrogante de por qué la obra pictórica no mereció objeciones de la jerarquía eclesiástica de Belén. Otra licencia artística del autor de la pintura es que La Orden de de San Francisco u Orden Franciscana, fue fundada por San Francisco de Asís en el año 1209. La capitalización política de la visita del Papa Francisco por parte de los palestinos, fue ideada con mucha antelación y se utilizó el “arte” como vector propagandístico. La gira del Santo Padre, incluyó una exhibición especial de arte que el Vaticano describió como “una visita privada a la gruta de la Natividad de Belén”, que publicó el diario oficial de la Autoridad Palestina, Al-Hayat Al-Jaddida.
Además del cuadro de marras, la exposición consistió en una colección de fotos que mezclan algunas pinturas clásicas con la fotografía moderna. Sin embargo, en rigor a la verdad es un ejemplo de lo que puede describirse como una profanación de los hechos por parte de los palestinos.
Como señaló en un artículo publicado en Ynetnews el escritor Dan Calic, las fotos incluyen pinturas de renombrados artistas europeos que concuerdan con trozos de fotografías que retratan el sufrimiento de los palestinos bajo la "ocupación". Se presentan en forma de pantalla dividida - la pintura en un lado y la foto en el otro lado.
En una foto, por ejemplo, tomada de la pintura de Rafael de Sanzio "El Descendimiento" puede observarse que en el lado izquierdo, muestra la parte superior del torso del cuerpo de Jesús conducido a la tumba después de la crucifixión. La parte más baja de lo que se supone que es el torso de Jesús está en el lado derecho de la pantalla dividida. Sólo que en lugar de mostrar su torso, es la sangrienta parte inferior del tronco del cuerpo de un palestino llevado a la fosa mientras un soldado israelí observa. El mensaje es claro: se describe a Jesús no como un judío, sino como un "palestino", que fue ejecutado a manos de los judíos.
Otra foto sacrílega muestra "El sacrificio de Isaac", de Rembrandt. En este caso, el lado de la pintura muestra a Isaac que se acuesta con las manos atadas, preparado para el sacrificio. Sin embargo, en vez de la mano de Abraham que lo mantiene presionado, la edición en pantalla dividida tiene una foto de un soldado israelí que sostiene la cabeza de Isaac, en preparación para el sacrificio. Una vez más, una violación flagrante de la verdad.
La muestra irreverente también trata de vincular el sufrimiento de los palestinos con el de Jesús. Con aviesa intencionalidad, las fotografías están diseñadas para retratar a los judíos como los responsables de su muerte. La acusación a los judíos de deicidas, promovida por la iglesia, ha sido durante siglos la raíz del antisemitismo. Tales manifestaciones de "arte" sólo avivan este fuego nunca extinguido.
Quien proporcionó las obras de arte, de acuerdo a lo publicado por el diario Al-Hayat Al-Jaddida, fue la UNRWA, (United Nations Works and Relief Association), el organismo de la ONU, antiisraelí enconado, que despilfarra dispendiosas sumas de dinero en ayuda a los refugiados palestinos proveniente de donaciones internacionales y criticado por promover la yihad en las escuelas que dirige.
Una actitud de Francisco, hirió la susceptibilidad de los israelíes, especialmente la del primer Ministro Binyamín Netanyahu, cuando el Papa apartándose del protocolo, inesperadamente se bajó del automóvil que lo conducía, para orar en silencio frente al muro de hormigón gris que Israel levantó por razones de seguridad hace 10 años y que divide Belén y otras localidades, de la adyacente Jerusalén. El lugar que eligió el papa para su rezo fue emblemático, se podían leer grafitis con el texto, “Palestina libre, Papa, necesitamos que alguien hable de justicia. Belén luce como el gueto de Varsovia. Liberen a Palestina”. La ofensiva comparación del ominoso gueto de Varsovia con Belén, demuestra con elocuencia, la falacia y manipulación de la historia a la que son proclives los palestinos.
Juzgando favorablemente al Papa, se puede interpretar su gesto de orar frente al muro- que coadyuvó desde que se erigió, a evitar atentados terroristas y salvar innumerables vidas- como el deseo sincero que no haya divisiones entre los pueblos.
Esforzándose por ser imparcial, en Israel, Francisco rezó en el Muro de los Lamentos en Jerusalén, uno de los sitios judíos más importantes y el único resto del sagrado Segundo Templo, destruido por los romanos en el 70 después de la era común. Como muchos visitantes, él puso un pequeño mensaje escrito entre las antiguas piedras antes de irse. Dejó una nota con el texto del "Padre Nuestro" escrito en español, su lengua nativa, en una de las aberturas entre las piedras. "Vine aquí para pedirle a Dios que la paz prevalezca”.
En un gesto cargado de simbolismo, el Papa, luego de dejar una corona de flores en la tumba de Theodor Herzl, el fundador del sionismo moderno- que llevó a la fundación del Estado de Israel- y de visitar el memorial de víctimas del terrorismo de Israel, (también fuera de programación y a pedido de Netanyahu) honró las memorias de los seis millones de judíos asesinados durante el Holocausto en el museo Yad Vashem de Jerusalén.
Acompañado por el primer ministro israelí, Biniamín Netanyahu, y el presidente de Israel, Shimon Peres, Francisco rezó ante la cripta con cenizas de las víctimas y dejó una corona de flores amarillas y blancas en el "Hall de la Recordación".
Y luego, uno por uno, en una actitud de humildad que lo honra, besó las manos de media docena de sobrevivientes del Holocausto mientras escuchaba sus historias y las de sus seres queridos asesinados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. "Nunca más Dios, nunca más. Estamos aquí, avergonzados de lo que el hombre – creado a tu imagen y semejanza – fue capaz de hacer", dijo el Papa emocionado.
El coraje y la valentía del Papa Francisco deben ser resaltados, considerando que desde que fue establecida la Iglesia de San Pedro hace casi dos mil años, sólo 3 Papas de los 266 que ha habido han producido cambios significativos en la relación entre la religión más antigua del mundo y el cristianismo. Como antecedente destacable, hay que rescatar al Papa Juan Pablo II, quien visitó y rezó en el Muro de los Lamentos en el 2000 y dejó una nota pidiendo perdón por el sufrimiento inflingido por los cristianos a los judíos en el curso de la historia. Durante su pontificado, en 1994 el Vaticano estableció relaciones diplomáticas con Israel, a pesar que inicialmente la iglesia católica estaba en contra de la creación de un Estado Judío. Por su parte, el Papa Benedicto XVI rezó por la paz entre cristianos, musulmanes y judíos en mayo de 2009. Sin embargo el discurso sobre el Holocausto que perpetraron los nazis pronunciado por el papa Benedicto XVI en Jerusalén, generó decepción y creó polémica en Israel, donde se le reprochó la frialdad y la abstracción de sus palabras."Omitió mencionar que los alemanes o los nazis participaron en la matanza, y no tuvo una sola palabra para pedir perdón o por lo menos expresar remordimiento o compasión por las víctimas", lamentó por aquel entonces el rabino Meir Lau, presidente del Memorial del Holocausto de Jerusalén.
El 25 de mayo, en el segundo día de su estadía en Tierra Santa, el pontífice argentino antes de iniciar el rezo, en la plaza del Pesebre en Belén, delante de miles de fieles que acudieron a escuchar al máximo representante de la Iglesia católica, ofreció "su casa" en la Ciudad del Vaticano al Presidente de Israel Shimon Peres y al Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas para orar juntos por la paz. Según confirmó entonces el portavoz del Vaticano Federico Lombardi, se trata de una invitación formal para hablar de paz "en un sentido religioso". "Un encuentro de oración", insistió el papa a su llegada a Roma, que en ningún caso "servirá para hacer una mediación". Bergoglio exhortó a las autoridades de Israel y la Autoridad Palestina a "encontrar una solución al conflicto" y lograr la paz. Una paz que, “se hace artesanalmente" y "con el corazón abierto”.
Durante la audiencia ofrecida en la Plaza de San Pedro del Vaticano, Francisco recordó que uno de los objetivos de su viaje fue “alentar para que se recorra el camino hacia la paz, que es al mismo tiempo un don de Dios y un compromiso de los hombres”.
"El encuentro de oración por la paz al que el papa Francisco invitó al presidente de Israel, Shimon Peres, y al de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, fue confirmado para el día domingo 8 de junio, durante las primeras horas de la tarde en el Vaticano. Esta fecha ha sido la aceptada por ambas partes", precisó la Santa Sede.
Los antecedentes del Papa Francisco, sus declaraciones, gestos y actitudes inducen a creer que va a ocupar un lugar preponderante en la historia de la Iglesia hacia el judaísmo en 2.000 años. "Le tenemos especial consideración al pueblo judío debido a que su pacto con Dios nunca fue revocado... Ambos creemos en un solo Dios que actúa en la historia y ambos aceptamos su palabra revelada". Papa Francisco, Evangelli Gaudium (La alegría del Evangelio) 2013.
En lo que respecta a su convocatoria a rezar por la paz en su casa en el Vaticano, hay que agradecer y felicitar al Papa Francisco, que como líder religioso que aglutina a más de 1.165.000.000 de católicos en el mundo, haya cumplido holgadamente con su obligación moral, sin considerar que tenga éxito o fracase en su misión. De los israelíes y los palestinos y la superación de sus recelos y odios recíprocos, políticos y religiosos, dependerá que el logro de la paz y la creación de un Estado palestino que conviva pacíficamente con el Estado judío de Israel, deje de ser una utopía y se pueda materializar.
Rubén Kaplan
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