domingo, 27 de septiembre de 2015

Alegría de Sucot
"Hay que aprender a disfrutar, así como se aprendió a arrepentir. Hay que aprender a recibir, así como se nos enseñó a dar". La festividad de Sucot cae el 15 de Tishrei, cinco días después de haber terminado Yom Kipur. El contraste es significativo.

Acaba de terminar un día en el cual se afligió el alma, se pidió perdón, se curaron las heridas, se sanaron las enemistades, se manejaron los propósitos para el nuevo año. Principalmente se estuvo en juicio frente al Juez Supremo del Mundo y El emitió su veredicto. Ahora, es el momento de alegrar el alma, de no quedarse en el recogimiento de la pena y el arrepentimiento, esta celebración enseña que la vida hay que continuarla y hay que saber poner también buena cara. Hay que aprender a disfrutar, así como se aprendió a arrepentir. Hay que aprender a recibir, así como se nos enseñó a dar. Es la ley de la vida y de la naturaleza para la cual realizó Dios la creación, hay que aprender a sembrar y cuidar las siembras, y hay también que aprender a cosechar y disfrutar de la cosecha.

Sucot también es llamada en la Toráh: Jag Haasif: la Fiesta de la Recolección (Exodo 34:22). Se recolectan los últimos frutos del verano en Israel. El rabino Carlos A. Tapiero, (Director de Educación Unión Mundial Macabi) expresa en la página de Guysen internacional: "A pesar de los peligros existentes – especialmente para los agricultores de las tierras lindantes con la Franja de Gaza, amenazadas por los misiles asesinos de la organización terrorista Hamás -, nuestro país planta y cosecha, crea y prospera. La Sucá y la cosecha – ambas expuestas, ambas débiles – se transforman, con nuestra acción, en fuente de fortaleza y de expresión de vida, resistencia, compromiso y, en última instancia, continuidad judía y nacional – levantando con ello otro estandarte de los muchos de este milagroso Estado Judío".

La otra expresión utilizada para denominar ésta hermosa celebración de Sucot es: Zman Simjateinu: "Tiempo de nuestra alegría". Y la orden en la Toráh aparece como: "Vesamajta Bejagueja" (Deuteronomio 16:14): "y te alegrarás en tu fiesta". El Rabino Daniel Oppenheimer (Comunidad de Moldes en Buenos Aires, donde nació nuestro rav Goldschmidt), dice: "Asimismo, y unido al precepto de la Sucá, debemos no sólo estar alegres en la fiesta (VeSamajta BeJagueja), sino aprender a "ser" alegres en todo momento sin necesidad de algún estímulo especial y aun cuando la situación creara ansiedad, preocupación o incertidumbre en nosotros. El hecho de que la Toráh exija un período de siete días para esta fiesta frente a uno por Rosh HaShaná y Iom Kipur hace suponer que el aprendizaje de la alegría constante en la vida es sumamente dificultoso".

Los días intermedios de la celebración reciben el nombre de Simjat Beit Hashoevá: "Alegría de la recolección del agua". Durante estos días se juzga al mundo en lo referente al agua, si habrá lluvia o sequía. Antiguamente se acostumbraba a extraer agua del manantial del "Shiloaj" y arrojarla, cada día de Jol Hamoed, sobre el altar, para pedir así un año colmado de lluvias. Durante la existencia del Beit Hamikdash, una gran alegría acompañaba a este acto, la gente cantaba y bailaba mientras los levitas ejecutaban diversos instrumentos de cuerda y viento. Se recuerda esta alegría en las fiestas que se realizan durante las noches de Jol Hamoed con bailes y canciones alegóricas a la alegría del momento.


Fuente: Hashavúa

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