miércoles, 19 de diciembre de 2012
FIESTA
**Fiesta**
Me gusta, al morir la tarde y la luna, aún no ha asomado, arrimarme a los
carromatos, donde viven los gitanos y verlos como cada uno templa su
guitarra y ajustan sus acordes, afinando sus instrumentos, como llamando al
lucero; mientras las gitanas, con su parloteo esperan la señal de los guitarreros.
Ellas van tomando posición rodeando las fogatas, que inician sus chisporroteos.
Las de caderas más amplias, están a cargo de las panderetas y las más livianas
agilizan sus piernas, que llevará el taconeo.
En ese momento, el gitano mayor, con un sonoro acorde indica el instante de
iniciar el festejo, de haber terminado un día.
El baile ha comenzado; las gitanas dan el ritmo con sus hábiles taconeos, y las
polleras que se cruzan en las piernas, provocan la danza, como si fuera danza de
amor. Los gitanos, aferrados a sus guitarras, con cuerpo de mujer, rasgan, con sus
dedos y a las bordonas con más valor.
Las palmas, de distintos tamaños, se escuchan con un ritmo, como si fuera un coro,
que llama a la pasión; mientras algunos desenfrenados, dan pequeños gritos que
me llenan de emoción.
El vino, que es alegría por haber terminado un día, camina de mano en mano, es un
brindis general. Brindan por haber terminado un día y esperan, mañana otro igual.
Los leños se han consumido, a sus carromatos se van retirando, las guitarras se han
apagado, las panderetas descansan, las palmas también.
Mañana volveré y volveré a preguntarme:
¿ Saludan al día que comienza ? ¡ Despiden al día de ayer !
Mario Beer-Sheva