viernes, 12 de julio de 2013
Creando una atmósfera propicia para las verdaderas negociaciones
Por Alan Baker
The Jerusalem Post
10 de Julio, 2013
Claramente, la atmósfera actual no parece estar alentando ningún tipo de negociación genuina.
Siempre y cuando Israel y los palestinos logren superar – para entrar en negociaciones- el persistente obstáculo de las precondiciones, que aún son presionadas, en principio, por parte del liderazgo palestino, el interrogante que surgirá es si la atmósfera prevalente, tanto entre Israel y los palestinos así como entre Israel, la Unión Europea y las Naciones Unidas, posibilitará negociaciones genuinas, sin trabas y fiables.
Claramente, la atmósfera actual no parece estar alentandolas.
Mientras el líder palestino Mahmoud Abbas intenta, en repetidas ocasiones, cuestionar y socavar el legado judío de Israel en el área, yendo a las Naciones Unidas e pretendiendo evitar las negociaciones, amenazando la persecución contra líderes de Israel y, mientras el negociador Saeb Erekat, una y otra vez y de manera regular, busca cualquier medio de comunicación o cualquier organización internacional con el fin de vociferar contra de Israel y su liderazgo, y manipula a los medios internacionales con mentiras y falseando deliberadamente interpretaciones de los temas de negociación – debería asumir, correctamente, que esa gente simplemente no quiere ( ni tiene la intención) de comprometer a los negociadores israelíes en ninguna negociación genuina.
¿Cómo es posible, con toda sinceridad, que Saeb Erekat pueda presumir enfrentar a sus contrapartes israelíes frente a la mesa de negociaciones luego de sus vociferaciones demagógicas diarias en su contra?
Sin embargo, no sólo los palestinos están actuando para socavar cualquier atmósfera potencial de negociaciones. La Unión Europea y, en especial, su Representante de Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, apoyada por varios líderes y ministros de la UE, están comprometidos en predeterminar los asuntos de negociación, promoviendo su política de etiquetar los productos agrícolas y otras mercancías de los asentamientos de Israel, y financiando a grupos internacionales y locales que son abiertamente hostiles con Israel, que propugnan, sin ambages, el boicot y las sanciones contra Israel.
Las Naciones Unidas no son – como plataforma - menos activas para las acciones tendenciosas apuntando a Israel y prejuzgando algunos de los temas centrales de negociación, como el intento de predeterminar (como fronteras) los límites de 1967 y el asunto de estatus definitivo de los territorios.
Israel mismo debe darse cuenta que, un ambiente genuino de negociación, requiere plena confianza de su parte, incluyendo, una vez que se proceda a las negociaciones, un estricto control sobre las actividades que afectan los asuntos que se encuentran bajo negociación activa, incluyendo la construcción de nuevos asentamientos.
Incluso las pistas solapadas del Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, sobre una fecha límite (septiembre) para las negociaciones, sólo siembran expectativas falsas e irreales, como si en septiembre el ritual anual de relaciones públicas palestinas de Abbas ante Naciones Unidas, pudiera cambiar algo sustancialmente. Esa ilusión de septiembre debe ser frustrada antes de iniciar cualquier negociación.
Claramente, antes de cualquier posible retorno al modo de negociaciones, es necesario que se acepten una serie de principios clave, en forma de un código de comportamiento o reglas de negociación, por las partes negociadoras así como por los sectores conectados con la negociación, como la UE, las Naciones Unidas, los Estados Unidos y otros. (o sea, “las partes acompañantes”). Sin una clara aceptación de ese código de conducta, resultará imposible establecer o restaurar hasta una mínima base de confianza y respeto mutuo, a fin de llevar a cabo negociaciones genuinas y de buena fe, en un ambiente razonable de negociaciones.
Ese “Código de Conducta” debería interpretarse de la siguiente manera: Con el fin de garantizar una continua buena fe y confianza mutua para el proceso de negociación, ambas partes negociadoras, así como las partes acompañantes (Naciones Unidas, Unión Europea, Estados Unidos y otros), emprendan los siguientes principios de conducta negociadora:
1. Los líderes y negociadores de ambas partes asumen el cese de todas las apariciones mediáticas, entrevistas, declaraciones públicas y mensajes en medios sociales relacionados al contenido y progreso de las negociaciones, incluyendo comentarios despectivos, críticas de los otros, su liderazgo, políticas, y posiciones de negociación y negociadores.
2. Durante el proceso de negociación ninguna de las partes iniciará alguna acción o sanción en cualquier organización internacional, gubernamental o no- gubernamental, comités, tribunales, u otros organismos con el objetivo de evitar, prejuzgar o socavar los temas bajo negociación o prejuzgando a los líderes de la otra parte.
3. Ninguna parte iniciará, apoyará o alentará ningún boicot económico, sanción o actividad contra la otra parte, y las partes acompañantes actuarán para defender este principio dentro de sus dominios públicos y gubernamentales.
4. Al negociar cualquier asunto en particular, cada parte evitará acciones, decisiones, resoluciones o determinaciones que podrían perjudicar o prejuzgar el resultado de la negociación sobre ese asunto.
5. Las partes acompañantes se abstendrán y evitarán cualquier acción política o económica, iniciativa, resolución, sanción, declaración o cualquier otra medida que pudiera influenciar en el resultado de la negociación, prejuzgar un asunto a negociar o perjudicar a una parte negociadora.
6. Ambas partes negociadoras evitarán, a lo largo del proceso de negociaciones, demandar o dictaminar precondiciones para entrar, continuar o cumplimentar las negociaciones de cualquier tema o en general.
7. Ambas partes negociadoras así como las partes acompañantes, buscarán a través de sus declaraciones públicas, entrevistas y publicaciones, garantizar el constante apoyo público para alentar las negociaciones.
8. Las partes negociadoras garantizarán el libre movimiento y sin trabas de los representantes de la otra parte, a todas las localidades donde las negociaciones tengan lugar.
9. Se realizará, desde ambas partes negociadoras, todo esfuerzo para evitar el cese unilateral de las negociaciones, y cualquier asunto que pudiera causar potencialmente ese cese será tratado y clarificado entre ellas, junto con las partes acompañantes.
Sin un solemne acuerdo de todas las partes involucradas en cumplir ese código de conducta, y por tanto, de generar el ambiente necesario para negociaciones genuinas, sinceras, serias y de buena fe, las posibilidades de éxito serán escasas.
El tiempo dirá.