lunes, 29 de julio de 2013
**El Cielo y La Tierra**
**El Cielo y La Tierra**
Antes de la última palada, ya nadie quedaba, se fueron vecinos, amigos y parientes, que
estuvieron ausentes.
Mi dolor se quedó, esperando a su amo. Mis lágrimas, mojaron mi rostro y al llegar a mis
labios, bebí la sal de las mismas y con gran sorpresa, comprobé, que no eran saladas, que
eran amargas. Como lo fuera mi vida, como lo fuera mi suerte.
Quedé solo, con ella, la tierra húmeda sobre su cuerpo. ¿ Era humedad o quizás mis lágrimas,
que a la tierra caía ?
Después de varias horas que la tarde huía, las flores que le había llevado, morían con ella, con
tristeza vi como se ponían mustias, marchitas, sus pétalos mancharon la tierra, en que ella
yacía, dejando una marca, que sólo yo veía.
Intenté despedirme y no podía, recordé los años, muchos de ellos felices, cuando formamos
nuestro hogar y llegaron los hijos, si hasta pareciera que habíamos unido el cielo con la tierra,
los árboles con el sol, la luna en los jardines, cupido con sus flechas, hacía más alegre nuestro
amor y nosotros, con nuestros dos retoños, íbamos orgullosos mostrando el fruto de nuestra
pasión, de nuestro sueño, de nuestro amor.
Los hijos, no son sueños, son realidades y sus padres, siempre esperan, que tendrán de ellos,
risas y alegrías y nunca sin sabores.
Vecinos y amigos estuvieron presentes, no así los parientes, los hijos, que fueron nuestro
orgullo...estuvieron ausentes.
¡ El cielo con la tierra no pueden unirse !
Mario Beer-Sheva