domingo, 21 de julio de 2013
Nanobots, nano robots dentro del cuerpo humano.
El Doctor Ido Bachelet de la Universidad de Bar Ilan está desarrollando nanobots a partir de secuencias de ADN para tratar enfermedades. Miles de millones de robots construidos a partir de ADN dentro de una jeringa, pueden ser inyectados en el cuerpo, donde llevan a cabo misiones de búsqueda y destrucción programada.
También pueden realizan otras tares según sean programados, localizar tumores, liberar medicamentos de en el lugar correcto y en la dosis correcta, o se vinculan entre sí para crear un puente donde el que el tejido pueda crecer, y con sólo pulsar un botón, se “apagan” y se eliminan del cuerpo humano.
Esto no es ciencia ficción, son algunas de las aplicaciones desarrolladas por Bachelet, en la Universidad Bar Ilan. En algunos caso es como un arma, “que sólo mata a los malos”.
En su intervención en la conferencia TEDMED Israel, en abril pasado, Bachelet levantó una jeringa, y dijo: “Aquí hay 100 mil millones de robots diminutos, de 50 nanómetros de longitud. Fueron creados en mi trabajo conjunto con el profesor Shawn Douglas, en el laboratorio de Bar Ilan, hemos trabajado para que sean estables y seguros”.
¿Cómo se producen robots de nanómetros? En primer lugar, se produce una secuencia de ADN a elección, y luego se replica. El resultado es, por ejemplo, una secuencia de ADN en forma de una ostra, cuya perla es la medicación, pero el ADN incluye un código que se activa cuando entra en contacto con materiales particulares en el cuerpo.
Por ejemplo, es posible asegurar que la ostra recibe una señal para cambiar su forma y liberar el medicamento sólo cuando se encuentra con una célula tumoral.
Las moléculas también pueden recibir señales entre sí. Por ejemplo, es posible enviar dos ostras, cada uno de los cuales tiene un medicamento diferente, ambos de los cuales son esenciales, pero son tóxicos cuando se combinan. Los científicos pueden asegurarse de que una ostra se abre, mientras que la otra permanece cerrada.
En teoría, estos robots pueden cambiar su forma en respuesta a las señales del cuerpo y enlazarce entre sí. Cuando llegan a la zona de la herida, pueden unirse y convertirse en un puente sobre la herida y acelerar los factores de crecimiento para estimular la curación.
Otra posibilidad es enviar estos robots a través del cuerpo a tratar tejidos con características particulares, tales como tumores.
Esto no es todo. Es posible incluir en la molécula de ADN de tamaño nanométrico una antena en miniatura. Cuando la antena recibe una señal, se produce un pequeño cambio en la molécula, diciéndole que se abra o cierre, o se auto-destruya, o se junte a otra molécula. La señal se envía desde un transmisor fuera del cuerpo, y el proceso se podría controlar remotamente, incluso a través de Internet.
Los Nanobots de Bachelet ya se pueden realizar algunas de estas tareas, pero ¿qué pasa cuado tengan que actuar en el cuerpo? En el laboratorio, Bachelet ya están probando esto en animales de laboratorio “cucarachas”.
“Es fácil trabajar con ellas. Siete minutos en la heladera, y se duermen. Se inyectan los robots, se descongelan las cucarachas, y vuelven a la normalidad”, dice Bachelet. En este punto, es posible ver cómo y cuando el medicamento se inyecta dentro de la cucaracha, y resulta que se introduce en donde los investigadores planearon.