viernes, 26 de julio de 2013

Europa provoca un daño irreversible al proceso de paz

Danny Ayalon Honorable Canciller Ángela Merkel: Tuve el honor de reunirme, con usted, dos veces, en el marco de mis diversas funciones al servicio del Estado de Israel y siempre me impresionó el profundo compromiso de Alemania, bajo su conducción, por la seguridad y el bienestar del Estado de Israel y en nuestra región, a pesar de los muchos peligros e incertidumbres. Entre Israel y Alemania persisten relaciones especiales y, usted, es una verdadera amiga de Israel y del pueblo judío, tal como lo demostró, en el pasado, en muchas oportunidades. Bajo su conducción, Alemania se convirtió en un estado líder de la Unión Europea, en el área económica y gracias a su capacidad para superar sensibilidades históricas; incluso en el área militar y política. En el presente, Alemania es el estado más influyente de la Unión Europea con una amplía influencia en el ámbito mundial. Estoy convencido que la decisión adoptada ésta semana por la Unión Europea en Bruselas (de imponer sanciones económicas contra Israel) la sorprendió. Eso, no solo debido a su amistad con Israel, sino, y en particular, por lo injusta que es y por la falta de lógica política. En la historia moderna no se recuerda un solo caso en el que estados democráticos hayan impuesto sanciones contra otro estado democrático, en el cual se cumple con la autoridad de la ley, transparencia de gobierno y cumplimiento de los derechos a las minorías. Tampoco se recuerda un caso de imposición de sanciones partisanas, por fuera del marco de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Incluso países dictatoriales ( como Irak de Saddam Hussein, Sudáfrica durante el Apartheid e Irán en la actualidad) fueron castigados con sanciones solo después de agotar la ley internacional en el marco del mandato del Consejo de Seguridad. ¿Y qué sucede con las sanciones contra Hezbollah? La injusticia en la imposición de sanciones internacionales contra Israel, sin defensa legal, golpea, en particular, a causa de la negativa europea a imponer sanciones contra organizaciones terroristas como Hezbollah, que perpetró acciones asesinas sobre el suelo de Europa, tal como quedara evidenciado en Burgas (Bulgaria). La imposición de sanciones contra Israel, que enfrenta un amargo conflicto por su existencia con los palestinos, constituye una grave intervención en un proceso que debería ser directo entre las partes y sin condiciones previas. El alistamiento activo a favor de una de las partes provocará un daño irreversible. Un procedimiento de ese tipo representa un error político grave, que rigidizará las posiciones palestinas, despertará reacciones contrarias indeseables para Israel y alejará las probabilidades de conciliación por medio de la negociación. Israel, siempre vio en Europa un socio de ruta en base a sus valores democráticos y de libertad y los intereses económicos y de seguridad comunes. El destino de Europa, Israel y demás estados democráticos occidentales, se relaciona en conjunto a la lucha común contra el terrorismo internacional y el extremismo. Siempre aspiramos a ver en Europa un modelo a imitar y un factor, objetivo y lógico, que pueda acercar ( y no alejar) a las partes en Medio Oriente. Europa debe incentivar una solución de paz y no perpetuar el conflicto. El procedimiento unilateral y brutal, planificado por la representación europea, no solo es contrario a la moral y la lógica política, sino que afecta la confianza de Israel en sus aliados de Europa. Espero, Sra. Canciller, que encuentre a bien materializar la gran responsabilidad que le cabe a Alemania como estado líder de la Unión Europea y como aliado de Israel, para intervenir y frenar de plano, el dañino e irracional acontecimiento que se va gestando en Bruselas. Con todo mi respeto Danny Ayalon