viernes, 26 de julio de 2013
Ekev(Deuteronomio 7:12-11:25)
Ekev(Deuteronomio 7:12-11:25)
Estatus Especial
La parashá Ekev habla acerca del precepto de amar a los conversos. Los conversos cuentan con un estatus especial en el judaísmo, ya que ellos hicieron el heroico acto de abandonar su entorno familiar para unir su destino con el del pueblo judío.
Muchos de nuestros ancestros - Abraham, Sara, Rivka, Rajel - ¡eran conversos! Los sabios talmúdicos Shemaiá y Avtalión también eran conversos, al igual que Onkelos, el autor de la traducción al arameo que se encuentra impresa en prácticamente todos los jumashim (ediciones impresas de los 5 libros de Moshé).
Siendo así, ¿por qué la Torá requiere especialmente que seamos amables con los conversos? Los comentaristas explican que una persona que nació judía tiene parientes que lo defenderán ante cualquier situación; el converso no, lo cual hace que éste sea particularmente vulnerable.
Sin embargo, en un nivel más profundo, Dios mismo protege de forma directa a los conversos. Es por eso que en esta parashá está dicho que debemos amar al converso “porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto”. Tal como Dios nos protegió y rescató de Egipto, asimismo Él defiende a los conversos.
Hay una fascinante idea cabalística que dice que los conversos ya tienen un alma judía, e incluso estuvieron con el pueblo judío en el Monte Sinaí. Pese a que las naciones del mundo rechazaron la Torá, algunos individuos de dichas naciones sí querían aceptarla, y las almas de estos individuos aparecen en cada generación como conversos.
A propósito, esta idea de que “los futuros conversos estuvieron presentes en el Monte Sinaí” ayuda a explicar por qué uno de los requerimientos esenciales para convertirse al judaísmo es el compromiso de aceptar las 613 mitzvot – tal como hicieron los judíos en el Monte Sinaí