jueves, 29 de agosto de 2013
Sucedió hace 60 años:
ucedió hace 60 años:
Israel acababa de celebrar el quinto aniversario de su existencia pero había pocos motivos de alegría: Las amenazas externas eran incesantes, una recesión económica acechaba y había dificultades para absorber las sucesivas olas de inmigrantes.
Políticamente muchos países no reconocían aún a Israel y había ansiedad y preocupación por un futuro incierto.
Las dificultades económicas incidían en muchos aspectos de la sociedad israelí, como la marina, en proceso de creación y formación para lograr convertirse en una fuerza naval profesional.
A primeros de agosto realizaron unos ejercicios intensivos en el Mar Egeo, cerca de las costas griegas -cuyo país no había querido reconocer a Israel-. El 12 de agosto, estas maniobras se dieron por finalizadas y la marina emprendió rumbo a la costa israelí.
De repente sonaron todas las alarmas: Fuertes terremotos de magnitud 7,5 asolaron las islas griegas de Cefalonia, Itaca y Zante. Las armadas inglesa y norteamericana, con buques de grandes dimensiones tenían dificultades para llegar a la zona afectada. La flota israelí, a 15 horas de distancia de la tragedia dió la vuelta y se dirigió a la isla de Cefalonia, para prestar asistencia a sus ciudadanos. Durante tres días y tres noches, los 450 miembros de las tripulaciones israelíes, junto con ingleses y americanos que llegaron después, salvaron la vida a cientos de personas, transportaron a 400 heridos graves a hospitales en zona continental, y prestaron socorro médico a los 16.000 habitantes locales.
El Rey de Grecia se trasladó personalmente a Cefalonia para agradecer a los israelíes todo lo que habían hecho y condecoró a los comandantes de la flota. LA prensa griega llamó a la flota israelí "flota de amor y esperanza". A medida que la flota israelí se alejó de Cefalonia todos los buques que participaron en la misión de rescate hicieron sonar sus sirenas para despedirles en un prolongado homenaje.
Aquí nació la tradición de ayuda humanitaria israelí en zonas de desastre como años después comprobaron y agradecieron en Japón, Haití, Turquía y otros lugares.