martes, 29 de octubre de 2013
Cádiz homenajea a 'El Ángel de Budapest'
hija de Ángel Sanz-Briz, Adela, que vive en Cádiz
Adela Sanz-Briz Quijano nació en 1943, en Budapest. Vive desde hace más de tres décadas en la provincia de Cádiz. La mayoría de los españoles desconoce, si no ha visto la película o leído el libro de Diego Carcedo ("Un español frente al holocausto"), que el diplomático zaragozano Ángel Sanz-Briz figura, junto a Oskar Schindler y el sueco Raul Wallenberg, en el museo Yad Vashem de Jerusalén.
Allí se honra la memoria de los seis millones de judíos europeos asesinados por los nazis durante el III Reich. Schindler salvó a 1.200, Ángel Sanz-Briz a 5.200 gracias a salvoconductos españoles y la arriesgada colaboración del italiano Jorge Perlasca (que le sucedió en el cargo suplantándolo como cónsul en Budapest). Más de 40.000 fueron salvados por el diplomático sueco Raúl Wallenberg, que pidió ir a Hungría a salvar a todos los posibles.
La hija del 'Ángel de Budapest' tiene ahora 70 años y hoy estará en el homenaje que la comunidad sefardí gaditana organiza para recordar a su padre, Ángel Sanz-Briz, pero también a Moshé Yanai, fallecido el año pasado, uno de los niños judíos que salió del puerto de Cádiz con dirección a lo que, cuatro años después, sería Israel. "Moshé Yanai estuvo en Cádiz, en 2010 después de 60 años de su salida en un barco, llamado Niassa, junto con 455 judíos de España", dice Azucena Cigüela, una de las organizadoras del homenaje este viernes en la capital gaditana.
Ángel Sanz-Briz.
Yanai, que fue periodista y escritor, dijo en 2010 que pasó algún tiempo en el Hotel Playa de Cádiz, hasta que embarcó en un carguero portugués, el Niassa, con rumbo al puerto de Haifa. "Yo tenía 13 años, mi papá fue arrestado, aparentemente, por el hecho de ser judío", manifestó Yanai en la capital gaditana, donde la asociación Tarbut Sefarad rastrea los recuerdos de la comunidad sefardí en la provincia.
Un funcionario español ejemplar
"Mi padre era fantástico, un señor muy serio, con mucha voluntad, muy riguroso y era una persona con la conciencia muy clara de lo que tenía que hacer por los demás y que tenía que ayudar a los que lo necesitaban. Fue un funcionario español ejemplar", dice Adela Sanz-Briz.
"Estaban entrando los aliados, los rusos; habían mandado a Adolf Eichmann a acabar con todos los judíos
Y mi padre se hizo amigo de los húngaros para que le dejaran poner bajo la protección de la legación de España varias casas, donde se ponía una bandera española y se alojaban los judíos mientras salían o no de Hungría. Era algo heroico, se jugaba la vida. Incluso iba a los trenes, y a gentes que estaban embarcando en fila, como ganado, mi padre les decía: '¿hay alguien que tenga algo que ver con España?' y los sacaba de los trenes y camiones". Sanz-Briz salvó de una de las columnas de la muerte a treinta judíos "protegidos por España".
Adela recuerda que su padre salvó a 5.200 judíos de morir en los campos de exterminio nazis gracias a la singular interpretación que hizo de un decreto promulgado por Miguel Primo de Rivera en 1924 sobre los judíos sefardíes, herederos de la colonia expulsada por la Corona de España en tiempos de los Reyes Católicos, a los que se le reconoce el derecho a tener la nacionalidad española. Usando un subterfugio transformó 200 salvoconductos en 5.200.
Jugándose la vida
"Él empezó a dar pasaportes sabiendo que no eran sefardíes", afirma su hija. ¿Lo sabía Franco? "Mi padre, como todo funcionario español informaba de todo lo que hacía al Ministerio de Asuntos Exteriores, pero póngase usted en el año 1943. ¿De verdad cree que a alguien le importaba los judíos de una ciudad que se llamaba Budapest, donde había un niñato de 32 años jugándose la vida. Pues no, no le importaba a nadie, aquí teníamos lo nuestro, una posguerra malísima, otra que se estaba perdiendo por los nazis en Alemania, es que les importaba un rábano. Nunca le dijeron que lo hiciera ni que no lo hiciera. Tenían otras prioridades".
Adela Sanz-Briz tenía muy pocos meses cuando sucedió todo, pero su padre y su madre le contaron en vida muchas historias. Adela Quijano dejó Budapest en 1944, tras dar a luz a Adela, la mayor de sus cinco hijos. El diplomático Sanz-Briz permaneció allí solo. "Cuando tenía que ir a buscar a gente en un coche mientras que caían las bombas, supongo que tendría miedo. De hecho uno de los conductores de la embajada murió en un bombardeo mientras que entraban los aliados". Alquiló siete edificios en Budapest para alojar a sus protegidos.
Movimiento nazi
La hija del 'Ángel de Budapest' rechaza el resurgimiento en Europa del movimiento nazi: "Es intolerable, es lo peor, pero los comunistas mataron a miles de personas en gulags y campos de concentración y todo el mundo habla de ellos estupendamente. No comprendo por qué no se puede hablar de unos y sí de otros. No hay que hablar de nadie que sea malo para la Humanidad".
Ángel Sanz-Briz fue el primer embajador de España en la China de Mao-Tse-Tung, pasó por seis países en total, además por las Naciones Unidas. Finalizó su carrera en el Vaticano. "Lo más importante que hice en mi vida lo hice en Budapest", dice Adela que le solía comentar a menudo su padre. Un gesto que le valió que el gobierno de Israel le reconociera como 'Justo entre las Naciones'. En Hungría vivían más de 850.000 judíos. Ángel Sanz-Briz salvó a 5.200.
El silencio que mostró el régimen franquista a sus telegramas e informes le animó a tomar la decisión que ya figura en los libros de historia del Holocausto. Y en el informe que el 14 de diciembre de 1994 hizo llegar al gobierno de Franco detallando todo lo sucedido.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/10/17/andalucia/1382028904.html