viernes, 25 de octubre de 2013
Iton Gadol, por Daniel Groisman Significado del Shabat
Shabat en hebreo quiere decir: "Cesar de crear". Algunos piensan que el Creador del mundo, en Shabat, cuando llegó el séptimo día descansó, otros explican que además reposó. La explicación verdadera es que dejó de crear. La creación se hizo en seis días y en el séptimo día- de hecho en hebreo Shabat Shbita significa huelga- es un día donde se deja de crear materialmente para que sea una jornada dedicada exclusivamente al crecimiento verdadero de la persona que es el espiritual.
Nuestra Torá Kedushá nos enseña que durante los seis días de la semana, el hombre tiene el desafío de vincularse con la creación y transformar la materia existente en lo que él considere necesario para lograr su sustento económico. Cuando llega el séptimo día se requiere hacer un impasse, es decir, cortar en forma total su vinculación con lo material y dedicarse al regocijo espiritual.
El Shabat es como el objetivo de la semana, porque el hombre no nació para comer o pasear, sino que está en este mundo para vincularse con la creación y tener una vida inspirada y crecer espiritualmente, por eso muchos que no conocen el Shabat, lo ven como un día que no se pueden hacer ciertas actividades. Si bien es verdad que pueda ser una forma de definirlo, es un error entenderlo así. El Shabat es quizás uno de los regalos más hermosos que HaShem le dio a Am Israel, por lo que se puede hacer y no por lo que no hay que hacer, porque el Shabat es un día donde la persona está como si fuera un día de fiesta.
En Shabat, la persona se conecta con su creador, sus hijos, canta, reza, estudia, observa la creación, tiene la oportunidad de mirar su vida de forma más profunda y ver por dónde deberían pasar sus iniciativas, cuáles son sus desafíos, poder reflexionar y repensar hasta qué punto está la persona preocupada por lo trascendente y no está obsesionado y preocupado por lo accesorio.
El Shabat es una oportunidad excelente para que la persona se dé cuenta que quizás no se está dedicando al regocijo espiritual ni a preocuparse porque sus acciones sean fuente de bendición en este mundo, y quizás está sumido en la vida material. Lo peor que le puede pasar a una persona es llevar una vida exclusivamente material, y la manera de tener éxito en su vida es comprender, cuál es el motivo de su creación, el objetivo de su vida y tratar de que su accionar esté en consonancia con este objetivo.
Por eso yo invito a las personas que no tuvieron la oportunidad de vivenciar un Shabat que se acerquen a estudiarlo y vivirlo, se acerquen a casas donde lo respetamos. Para que se den cuenta que los que respetamos el Shabat nuestra vida pueda tener sentido sin éste. Es nuestro peor castigo que nos lo saquen, porque es el día en el que tenemos el cable a tierra, nos vestimos de fiesta y cantamos a pesar de todas las circunstancias negativas que una persona pueda vivenciar, nos conectamos con el Creador, entendemos la vida y los desafíos y así podemos empezar la semana desde otro nivel y si esa semana se vive bien, cuando llega el otro Shabat estamos en una categoría más alta, de más conexión, de más plenitud y así la persona puede acceder a tener una vida elevada y transformarse en un verdadero protagonista de la creación, intermediario de la salud, contribuir a la paz y de esta manera iluminar este mundo como se necesita.