viernes, 4 de octubre de 2013
PERASHAT NOAJ
PERASHAT NOAJ
01 de Jeshvan de 5774 / 05-10-2013
Encendido de velas de Shabat
18:38 hs. en Buenos Aires
HAY QUE APROVECHAR LAS BONDADES DE HASHEM
En esta Perasha hemos visto cómo, inmediatamente después de concluído el diluvio, salió Nóaj del arca y plantó una viña. El Midrash detalla que, pudiendo haber hecho algo más constructivo, Nóaj optó por plantar una viña, y milagrosamente en ese día creció; en ese día la cosechó; en ese día tomó de su vino, y en ese día se emborrachó, acarreándole trágicas consecuencias.
Llama la atención el hecho de que Nóaj haya encontrado éxito en algo tan carente de importancia, y cómo lo ayudaron para ello desde el Cielo. La explicación podremos tenerla a través de una parábola:
Un hombre que andaba por el camino, divisa a lo lejos a un Rabino, conocido por sus bendiciones infalibles; todo lo que sale de la boca del Jajam, se cumple. Se acerca y le pide una Berajá. El Rabino le coloca sus manos sobre su cabeza y le dice:
- Que lo primero que hagas al llegar a tu casa, se multiplique durante este año.
El hombre, entusiasmado, mientras está corriendo a su casa, piensa que al llegar lo primero que hará será contar dinero. Abre la puerta y comienza a llamar a su esposa.
- ¡Pronto, pronto! – Gritaba - ¡Dame mi bolsa de las monedas ahora mismo!
La mujer lo miró extrañada y pensó que ya había perdido la razón, debido a tantos problemas económicos que lo aquejaban.
- No. No te la voy a dar. Quién sabe qué traes entre manos…
- Tú dame esa bolsa, no te preocupes.
- Sí me preocupo. Seguramente querrás jugártelo…
- ¡No me lo voy a jugar! ¡Sólo dámelo y...!
- ¡A mí no me grites! ¿¡Qué te crees…!?
- ¡Yo te voy a gritar todo lo que quiera! ¡Porque tú eres...!
Y la discusión se hizo pelea. Y la pelea un conflicto… Y así estuvieron todo el año, cumpliéndose la “bendición” del Jajam, de que lo primero que haga al llegar a su hogar, se reproducirá con creces…
Eso fue lo que pasó con Nóaj: Cuando acabó el diluvio, Hashem se disponía a reconstruir el mundo desolado. Ese era un instante de Voluntad muy especial por parte del Creador. Todo lo que le pidiera Nóaj se lo concedería, y cambiaría las leyes de la naturaleza para complacerlo. Pero Nóaj desaprovechó la oportunidad. En lugar de dedicarse a algo espiritual y productivo, plantó una viña. El éxito y la abundancia fueron desperdiciados en una trivialidad, y las trágicas consecuencias no se hicieron esperar.
Aquel episodio de Nóaj se repite cada semana con cada uno de nosotros. En el libro del Zóhar figura que todos los días de la semana reciben la influencia del Shabat Kodesh (Sagrado). Al cabo de los seis primeros días de la Creación, “Bendijo Hashem al día Séptimo”. Y esa Bendición se extiende cada semana, al resto de los días subsiguientes.
En Shabat, Hashem está en la plenitud de su Voluntad y Misericordia. Es nuestro deber tratar de aprovechar esa Benevolencia, prodigando al Shabat con toda clase de actividades espirituales. Incrementar nuestras Tefilot (Oraciones); estudiar Torá todo lo que podamos; celebrar con banquetes abundantes; cantarle al Eterno… Todo eso, nos traerá un sinfín de Bendiciones, en el transcurso de la semana que se iniciará a continuación del Shabat Kodesh.
Mishlé Yaacob – Nóaj
Extraído del Libro Hamaor - Tomo 2