miércoles, 16 de octubre de 2013

¿Por qué el régimen de los Ayatollahs no puede renunciar al programa nuclear?

Irán nuclear Los dichos expresados ante Obama y en su discurso ante Naciones Unidas, Netanyahu los fundamentó en un buen conocimiento de la realidad, sobre el poder de los ayatollahs en Irán. Eso es exactamente a lo que occidente pretende presionar, con la esperanza de que “ocurra un milagro” y los hombres de fe iraníes, se vuelvan liberales, amantes de la democracia y los derechos humanos. Pero, eso no ocurrirá. La ideología del régimen chiita extremista, los montos enormes que destinaron los ayatollahs al programa nuclear y la puesta en funcionamiento del terror internacional, representan una barrera absoluta para la renuncia al programa nuclear. Bases del régimen iraní: un gobierno de leyes religiosas y una revolución islámica constante en el mundo. El régimen en Irán se basa en “el pensamiento de Ruholla Khomeini que generó la revolución islámica en Irán en 1979, sembró los principios y su heredero fue Ali Jamenei. Los dos principales principios son un gobierno de leyes religiosas y una revolución islámica constante. Estas son las bases ideológicas del régimen iraní. El sentido de un gobierno regido por leyes religiosas es que la conducción del estado estará en manos de un sabio religioso (origen de la autoridad religiosa), incluso sin que sea un prodigio de la religiosidad (tal como fuera Khomeini). El sabio religioso, como líder supremo por sobre el presidente electo y el parlamento, dirigirá el estado, con un Consejo de guardianes de la ley, cuya función será ocuparse que los imperativos y leyes del estado, no sean desviados de la Sharia. La revolución islámica continua significa la continuidad del gobierno regido por las leyes religiosas por siempre y la exportación del modelo iraní de gobierno chiita religioso, en su primera etapa, a los países de la región, y luego la lucha contra Estados Unidos, que simboliza la degeneración de occidente, que corrompe al mundo y es el gran Satán. La revolución continua es un concepto acuñado en su momento por Trotski, que no quiso conformarse con la llegada del comunismo al poder en Rusia, sino que sostenía que debía ser exportado al gran mundo, debido a que no se sostendría en un mundo hostil, sería aislado y caería. Khomeini creyó que el tema era vigente también con respecto a la revolución islámica chiita que él promoviera, dentro de un mundo árabe-musulmán, sunita en su mayor parte y ese ese el motivo por el que actuó en 1982, para la creación de Hezbollah, destinado a garantizarle a Irán un pie en el Medio Oriente árabe-sunita y sobre las fronteras de Israel. Para conservar su poder y fundamentarlo, los ayatollahs no abundaron en la realización de reformas económicas-sociales, tal como esperaba el pueblo que se haga tras la caída del Shá y tal como lo prometiera Khomeini, pero crearon la Guardia Revolucionaria –marco militar especial, separado del ejército y leal al gobierno, para proteger la revolución islámica. Le permitieron a esa fuerza controlar una gran parte de la economía y los servicios de seguridad e inteligencia. Luego, durante la guerra Irán-Irak, se creó una milicia para-militar iraní, conformada por lo menos por un millón de activistas y que representa una fuerza importante para la protección del gobierno de los ayatollhas. Programa nuclear: principal recurso para garantizar la continuidad del poder de los ayatollhas 10 Oct 2013 Escrito por Zvi Mazel publicado en Cidipal. El principal recurso que garantizaría su poder, imponer el temor a sus vecinos sunitas como Arabia Saudita y los países del Golfo y promover la exportación de la revolución islámica, sería el programa nuclear. Ese programa comenzó durante el período del Sha, pero fue interrumpido tras el ascenso de Khomeini al poder debido al freno de la ayuda occidental y debido también, según parece, a que el propio Kohmeini se oponía entonces a su desarrollo. La guerra de Irán-Irak, en el transcurso de la cual, Saddam Hussein empleó armas químicas, dejó en claro a los iraníes, la importancia de contar en su poder con armas nucleares para la defensa de la revolución islámica y su avance. En 2002, fueron descubiertos por la oposición iraní, los reactores en Natanz (para el enriquecimiento de uranio) y en Arak (producción de plutonio), construidos en secreto, contrariamente al Tratado de No Proliferación Nuclear, firmado por Irán. Quedaba claro que Irán avanzaba para la materialización de la opción nuclear. Luego, fueron descubiertos otros centros nucleares y entre ellos, Parchin, donde se hicieron experimentos en la ejecución de fusibles, capaces de provocar una respuesta en cadena para la activación de la bomba atómica. Parece que el programa nuclear iraní es el más grande del mundo. Al mismo tiempo, Irán desarrolló misiles capaces de portar ojivas nucleares a miles de km y llegar hasta Europa y luego también hasta Estados Unidos. Financiamiento del terrorismo alrededor del mundo en lugar de desarrollo local: En el mismo momento, Irán estrechó sus relaciones con Siria, que fuera su lazo con Hezbollah, Ese mismo Irán, equipó, rearmó y se volvió un factor de importancia estratégica en la región, incluso frente a Israel. Hamas sunita también, fue su aliado, por medio del amplio financiamiento y el suministro de grandes cantidades de armas y misiles. Además de toda esa intensa actividad, Irán también ejerció el terrorismo internacional a lo largo del mundo. Si sumamos los costos del programa nuclear y los misiles, la creación de la milicia de la revolución y las milicias para militares, la ayuda a Siria, a Hezbollah y Hamas y el financiamiento a las acciones del terrorismo internacional desde el sur de África y hasta Afganistán, pasando por Europa, entenderemos que se trata de un esfuerzo financiero enorme y casi inimaginable. Cabe destacar que se resume en cientos de miles de millones de dólares a lo largo de decenas de años, que se cobraron los principales e inmensos ingresos de Irán por el petróleo y golpearon gravemente su desarrollo. Programa nuclear: Piedra fundacional del régimen de los ayatollahs El gobierno de los ayatollahs, basado en la defensa de la revolución islámica y su exportación al mundo, no puede, de ninguna manera, renunciar a su programa nuclear. Se ha convertido en la piedra fundacional del régimen. Sin amenaza nuclear y el avance de la revolución, se reducirá Irán. El gobierno se verá exigido a permitir la concreción de libertades individuales y concentrarse en corregir la colapsada economía. Esa situación se contradice absolutamente con la ideología de los ayatollahs, que deberán también reconocer sus fracasos y explicar el terrible derroche de dinero del que son responsables. En otras palabras, su gobierno sucumbiría. Es por ello que no hay ninguna probabilidad para Obama de lograr la interrupción del programa nuclear, por lo que tiene razón Netanyahu cuando reitera su advertencia ante las dulces palabras de Rohani. El problema se encuentra en un cansado occidente que intenta depender de toda declaración iraní “moderada”. Irán lo sabe bien, dado que lleva adelante una negociación desde hace 15 años sobre el tema. Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs http://www.cidipal.org/noticias/israel-hoy/11914-2013-10-04-15-15-56.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+Cidipal+%28CIDIPAL+%29