martes, 15 de octubre de 2013
¿Son corruptos los políticos en Israel?
Centro de I&D de Marvell en Petah Tikva.
No sé si los políticos son corruptos en Israel. Allí están pasando cosas más importantes. Se está gestando la industria del futuro. La que la mayor parte del mundo demandará, más antes que después.
Agua, drones, medicina basada en nanotecnología, con nanorobots que entre otras funciones, limpiarán nuestros vasos sanguíneos.
Nuevos medios de comunicación que en segundos transforman noticias escritas en vídeos de tres o cuatro minutos de duración, hurgando en la inmensa base de datos documental que está a disposición de todos.
Nadie espera que el gobierno de turno les facilite un empleo, nadie culpa a ningún político en caso de no tener una actividad, nadie aguarda horas en casa a que surja algo y menos teniendo conexión a Internet.
Las portadas de los principales periódicos hace algunas semanas destacaban la adquisición de la empresa Waze por Google. Lo celebraban, los emprendedores en Israel son héroes admirados por la sociedad.
El germen emprendedor se contagia. La cuestión en la prensa era; ¿quién será el próximo Waze? Y no faltaban candidatos.
Tres pilares sostienen este oasis económico, inversión, educación y libertad. Y además de nuevos candidatos a la lista Forbes vía venta de Startups, hay otra consecuencia, en Israel no hay paro. Bueno, un 5% que se considera ocupación plena.
Ni que decir tiene que los vecinos geográficos no son lo que se dice un ambiente propicio para una economía saneada, pero algunos de los emprendedores argumentaban que esa tensión constante era un buen aliciente para emprender, para investigar y para innovar.
España tiene vecinos no hostiles, pero no tiene los tres pilares. Jóvenes que se han criado con una vídeo consola y son expertos usuarios de teléfonos inteligentes, se pasan las horas en casa esperando a que surja una oportunidad y maldiciendo a los políticos de turno porque no llega. Ni llegará, incluso teniendo Internet en casa. Muchos de ellos abandonaron el instituto para poner ladrillos y poder comprarse un coche de altas prestaciones. No importa, son nativos digitales y por tanto, reciclables para trabajar en la industria de las nuevas tecnologías.
Pero necesitamos más para poder ser un destino preferido por el talento, para no desangrarnos como país cada vez que profesionales formados y competentes deciden emigrar para buscar oportunidades lejos. Sería maravilloso que la sociedad empiece a apreciar y valorar a los creadores de empresas. Sí, emprendedores. Ahora se discute incluso el porqué de esa denominación.
Muy fácil, porque no heredan empresas, no las gestionan, las construyen desde cero.
En Twitter: @sixtoarias
http://www.intereconomia.com/blog/hiperpersonal/israel-20131001