Semana Santa esperando al Papa
Peregrinos nigerianos en el Santo Sepulcro
Pasión, procesiones, peregrinos, tensión, turismo, pan ácimo (Matza), vacaciones y mucha fe. Las callejuelas del casco antiguo de Jerusalén son un hervidero de palestinos, israelíes y turistas. Con los Lugares Santos como emblemáticos escenarios, centenares de miles de personas protagonizan unos días muy especiales.
Semana Santa en Jerusalén. Este año más concurrida que nunca ya que la católica y la ortodoxa coinciden en el calendario mientras los judíos celebran la festividad de Pesaj. Llamada también "Fiesta de la Libertad", recuerda la liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto.
Se calcula que más de 120.000 turistas han llegado para celebrar la Semana Santa y Pesaj. "Es una enorme emoción recorrer el camino de Jesucristo en Jerusalén y además pensar que en pocas semanas vendrá el Pontífice", nos dice Antonio, un peregrino de Zaragoza, en alusión a la primera visita del Papa Francisco en Tierra Santa, prevista a finales de mayo.
Antes de entrar en el Santo Sepulcro-donde la tradición cristiana sitúa el lugar de la muerte de Jesús- un grupo de peregrinos nigerianos atiende las explicaciones del guía. "Estamos aquí ante la llamada del Señor", explica uno de ellos antes de añadir: "Es nuestra primera visita a Israel y estamos un poco sorprendidos por la modernidad de este país. Desgraciadamente, yo no podré estar aquí cuando venga el Papa".
La tradicional procesión de las palmas en Betfagé inició el domingo la Semana Santa con la participación de la comunidad cristiana de Jerusalén (en su gran mayoría palestinos) y peregrinos llegados de todo el mundo.
Como la venezolana María Yolanda que no oculta su emoción. "Mi sentimiento de estar por primera vez en Jerusalén es bellísimo. Lo máximo. Es un lugar donde papito Dios estuvo y vivimos, no como él sino como pecadores que somos todos los seres humanos. Tenemos que encaminar más a la oración, purificarnos, acercanos más a nuestros hijos y familia", nos comenta ante el impresionante paisaje que se divisa desde el Monte de los Olivos.
Antes de despedirse, tiene un deseo: "Que la juventud de Venezuela, España y de todos los países siga nuestro camino y del Señor".
En el kilómetro más sagrado del mundo, no faltan estos días deseos, plegarias...y disturbios. La Explanada de las Mezquitas fue cerrada ayer al público no musulmán después de que un grupo de palestinos lanzara piedras y petardos contra agentes israelíes. La Policia respondió con material antidisturbios en el complejo que alberga uno de los recintos más sensibles del mundo. Lugar sagrado para los musulmanes (el tercero después de La Meca y Medina) y para los judíos que lo consideran y llaman el Monte del Templo.
Mientras Israel acusa a los palestinos de querer "provocar violentos enfrentamientos al atacar a judíos y turistas extranjeros" en los aledaños del santuario religioso, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) denuncia que "Al-Haram al-Sharif (Noble Santuario) está acosado por extremistas que atentan contra el Islam y ponen en peligro el status quo bajo la complicidad de Israel".
Algunos religiosos judios, por su parte, critican al Gobierno israelí por negarles la posibilidad de rezar en el recinto sagrado-citan la historia del sacrificio de Isaac en el Monte Moria,el Templo destruido,etc - y acusan a su Gobierno de "entregar el Monte del Templo a los palestinos que van con banderas de Hamas".
Esta tensión religiosa, política e histórica acompañará la visita del Papa. En varios mensajes desde el Vaticano, Francisco ha urgido a la paz entre israelíes y palestinos. Una petición que repetirá en Tierra Santa aunque las dos partes parecen condenadas a romper las negociaciones el próximo 29 de abril. De momento, las palabras del Papa Francisco y la mediación del sacerdote John Kerry no consiguen acercar posturas.
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