Libia, el refugio más seguro para los líderes del terrorismo yihadista
Fuente: Gatestone Institute- Traducido por El Med.io
Por Anna Mahjar-Barducci
24/4/14
El principal comandante yihadista Mojtar Belmojtar, también conocido como Jalid Abu al Abas, y por su apodo de Al Awar (“el Tuerto”) se esconde en Libia. Desde allí, según fuentes de seguridad citadas por informaciones de los medios, planea organizar atentados terroristas contra occidentales y contra sus intereses en toda la región africana del Sahel.
Belmojtar, nacido en Argelia en 1972, y ciudadano argelino, fue un miembro fundamental de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Tras una lucha interna de poder, en diciembre de 2012 decidió formar un nuevo grupo, conocido como los Firmantes en Sangre.
El 16 de enero de 2013, armado con fusiles AK-47 y lanzagranadas, encabezó un ataque contra una planta de procesamiento de gas de propiedad occidental en Amenas (Argelia). Durante el asedio de cuatro días a las instalaciones fueron asesinados 39 rehenes (entre ellos los ciudadanos estadounidenses Frederick Buttacio, Victor Lynn Lovelady y Gordon Lee Rowan). Tras el asalto, el Departamento de Estado ofreció una recompensa de 5 millones de dólares por Belmojtar.
Como antiguo soldado argelino con experiencia en los campos de entrenamiento de Afganistán, y como miembro del Grupo Armado Islámico (GIA) en Argelia, ascendió rápidamente al rango de emir (comandante). Posteriormente fue uno de los co-fundadores del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), que se convertiría en AQMI.
Como comandante de Al Qaeda en el Magreb Islámico, Belmojtar llevo a cabo operaciones de secuestro de occidentales. Posteriormente, mientras se encontraba en el norte de Mali, combatiendo contra la intervención occidental y africana en la región, formó su propio grupo.
Pese a que su carrera como terrorista pareció llegar a su fin ene marzo de 2013, cuando el Gobierno del Chad anunció que había muerto en combate en Mali, la inteligencia y los militares estadounidenses vacilaban en confirmar la muerte de Belmojtar.
Algunas fuentes de seguridad han confirmado que Belmojtar sigue vivo y que se ha trasladado, junto a sus tropas, desde Mali a una nueva base en el desierto de Libia. Fuentes de la seguridad maliense añaden que el terrorista pretende “controlar todo el Sahel desde territorio libio”.
En una entrevista con la agencia de prensa LANA, el presidente de Mali, Bubaker Keita, afirmó que Belmojtar supone una amenaza para la región:
Además, Libia atraviesa una etapa de incertidumbre y debilidad. El país se encuentra en un vacío político, incapaz de librar una guerra contra el terrorismo. Después de que, recientemente, unos hombres armados intentaran atentar contra miembros de la familia del primer ministro Abdalá al Zani, éste presentó la dimisión.
El medio egipcio Al Ahram Weekly señalaba que unas informaciones filtradas vinculaban el atentado a la presión ejercida sobre Al Zani en la elección de los miembros de su Gabinete. Según el artículo, la presión sobre el premier pretendía que éste designara a ciertas personas como ministros de Defensa, del Interior y de Finanzas, además de al Director de Inteligencia.
Una cosa es segura: Belmojtar tratará de aprovechar al máximo la actual inestabilidad libia. Conoce bien el terreno y puede contar con una red de apoyo local.
Además, al parecer el terrorista pasó algunos meses en Libia en 2011 y recibió ayuda logística de islamistas libios para el ataque a la planta de gas argelina.
La presencia de Belmojtar en Libia no sólo resulta alarmante; sobre todo testimonia que el país se está convirtiendo en un refugio seguro para los terroristas islamistas. Libia es, de hecho, el nuevo frente yihadista en el Mediterráneo, a tan sólo unas pocas horas de los principales centros europeos.
Belmojtar, nacido en Argelia en 1972, y ciudadano argelino, fue un miembro fundamental de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Tras una lucha interna de poder, en diciembre de 2012 decidió formar un nuevo grupo, conocido como los Firmantes en Sangre.
El 16 de enero de 2013, armado con fusiles AK-47 y lanzagranadas, encabezó un ataque contra una planta de procesamiento de gas de propiedad occidental en Amenas (Argelia). Durante el asedio de cuatro días a las instalaciones fueron asesinados 39 rehenes (entre ellos los ciudadanos estadounidenses Frederick Buttacio, Victor Lynn Lovelady y Gordon Lee Rowan). Tras el asalto, el Departamento de Estado ofreció una recompensa de 5 millones de dólares por Belmojtar.
Como antiguo soldado argelino con experiencia en los campos de entrenamiento de Afganistán, y como miembro del Grupo Armado Islámico (GIA) en Argelia, ascendió rápidamente al rango de emir (comandante). Posteriormente fue uno de los co-fundadores del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), que se convertiría en AQMI.
Como comandante de Al Qaeda en el Magreb Islámico, Belmojtar llevo a cabo operaciones de secuestro de occidentales. Posteriormente, mientras se encontraba en el norte de Mali, combatiendo contra la intervención occidental y africana en la región, formó su propio grupo.
Pese a que su carrera como terrorista pareció llegar a su fin ene marzo de 2013, cuando el Gobierno del Chad anunció que había muerto en combate en Mali, la inteligencia y los militares estadounidenses vacilaban en confirmar la muerte de Belmojtar.
Algunas fuentes de seguridad han confirmado que Belmojtar sigue vivo y que se ha trasladado, junto a sus tropas, desde Mali a una nueva base en el desierto de Libia. Fuentes de la seguridad maliense añaden que el terrorista pretende “controlar todo el Sahel desde territorio libio”.
En una entrevista con la agencia de prensa LANA, el presidente de Mali, Bubaker Keita, afirmó que Belmojtar supone una amenaza para la región:
Si estas noticias [de que está vivo] son ciertas, estamos ante una grave amenaza. Belmojtar es un personaje muy peligroso. Siento que no le hayan matado en mi país, como se anunció anteriormente, y que haya logrado trasladarse a Libia. No habrá paz en toda la región del Sáhara mientras esté vivo.La noticia de que ha logrado eludir una intensa caza del hombre por parte de las Fuerzas Armadas internacionales presentes en el Sahel contribuye, sin duda, a convertirlo en una leyenda y a que atraiga a más jóvenes al yihadismo.
Además, Libia atraviesa una etapa de incertidumbre y debilidad. El país se encuentra en un vacío político, incapaz de librar una guerra contra el terrorismo. Después de que, recientemente, unos hombres armados intentaran atentar contra miembros de la familia del primer ministro Abdalá al Zani, éste presentó la dimisión.
El medio egipcio Al Ahram Weekly señalaba que unas informaciones filtradas vinculaban el atentado a la presión ejercida sobre Al Zani en la elección de los miembros de su Gabinete. Según el artículo, la presión sobre el premier pretendía que éste designara a ciertas personas como ministros de Defensa, del Interior y de Finanzas, además de al Director de Inteligencia.
Una cosa es segura: Belmojtar tratará de aprovechar al máximo la actual inestabilidad libia. Conoce bien el terreno y puede contar con una red de apoyo local.
Además, al parecer el terrorista pasó algunos meses en Libia en 2011 y recibió ayuda logística de islamistas libios para el ataque a la planta de gas argelina.
La presencia de Belmojtar en Libia no sólo resulta alarmante; sobre todo testimonia que el país se está convirtiendo en un refugio seguro para los terroristas islamistas. Libia es, de hecho, el nuevo frente yihadista en el Mediterráneo, a tan sólo unas pocas horas de los principales centros europeos.
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