domingo, 13 de abril de 2014

TESTIMONIOS

Guerra de Malvinas. Entrevista a uno de los rabinos que acompañó a los combatientes judíos

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32 años del inicio de la Guerra de las Malvinas, el rabino Efraim Dines, uno de los religiosos que visitó a los conscriptos judíos en el sur, dialogó con la Agencia Judía de Malvinas, para recordar su asistencia espiritual a los combatientes judíos. "En la soledad e incertidumbre de una batalla tan incierta, una palabra de consuelo era muy necesaria. Había muchachos soldados judíos que nunca habían estado con un rabino y era su primer contacto con la Torá, algunos hicieron tefilá", recordó.
Hoy se cumplen 32 años de la Guerra de las Malvinas. Efraim Dines, unos de los pocos rabinos argentinos que pudo viajar al sur para acompañar y brindar apoyo espiritual a los conscriptos judíos dialogó hoy, miércoles, con la Agencia Judía de Noticias (AJN), y repasó aquellos oscuros días en la historia argentina.
"Me desempeñaba en el rabinato de la AMIA y el gran rabino Ben Hamú, me comunicó que había una inquietud por parte de la DAIA para dar un tipo de capellanía judía a los conscriptos judíos. Entonces me preguntó si yo estaba dispuesto", contó Dines, en lo que era el principio de lo que luego fue un hito en la historia argentina, la presencia de rabinos en el ejército argentino. "El gobierno militar estaba interesado porque era un marco de presitigio y la DAIA y la comunidad también porque era una incertidumbre muy grande el estado de nuestros jóvenes", expresó. "Si bien eran soldados argentinos, la realidad para ellos era otra, eran judíos dentro del ejército argentino y queríamos saber si había discriminación y en el caso de que hubiese bajas si recibían sepelio judío", agregó.
"Salimos hacia el sur sin un plan o programa previo, solo con buena voluntad para el encuentro con los conscriptos judíos argentinos", relató el religioso. Si bien en el ejército argentino hubo aceptación, Dines destacó que en la Armada Argentina la respuesta fue diferente. "Para poder hablar con los soldados hubo que inventar la confesión judía, cosa que no existe en nuestra religión. En el judaísmo la relación con Dios es directa, así que inventamos la confesión porque era la única forma de poder estar en contacto directo con los soldados", explicó. "En el ejército me lo respetaron y pude hablar a solas, pero en la Armada no. Siempre contábamos con la presencia de un oficial del ejército", espetó.
Dines contó que una vez hablado con los soldados, se comunicaba con un contacto en Buenos Aires, para transmitirle las novedades sobre los soldados, para calmar a los padres. "Un militar de apellidos Solís, de Inteligencia, que se encargaba del TOAS, Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, me dijo que los teléfonos estaban pinchados y que me cuide lo que hablaba", relató para dar testimonio del clima tenso de aquellos días.
Consultado sobre algún caso de antisemitismo, el rabino contó: "A un soldado judío, un superior le había dicho 'qué haces acá si vos sos judío', a lo que le contestó: "Recién ahora me entero. Yo dejé a mi familia en Buenos Aires porque tengo que defender al país y ahora me dice que yo no soy argentino". La respuesta fustigó al militar quien lo recriminó. "Así que te insolentas. A este me lo mandas a las Islas", le indicó a otro militar. "Ahí el judío le dijo: 'Creía que ir a luchar a las Islas es un honor y usted me lo toma como un castigo", contó Dines.
Para el religioso, fue importante la presencia de los rabinos porque "al estar solos y discriminados los soldados en la soledad e incertidumbre en una batalla tan incierta, una palabra de consuelo era muy necesaria". "Había muchachos que nunca habían estado con un rabino y era su primer contacto con la Torá, algunos hicieron tefilá", recordó.
Actualmente mantiene contacto con algunos veteranos de guerra a raíz del libro Los rabinos de Malvinas, de Hernán Dolbry, que juntó- entre otros- a rabinos y ex soldados para testimoniar.
Por último, como mensaje, el rabino Efraim Dines dijo: "Lo isa goi el goi jerev ve lo ilmedú od miljama, las palabras de Isaías, que están grabadas en las paredes de las Naciones Unidas. Ojalá esto no sea solamente en las paredes sino también en los corazones", dijo en referencia a la frase profética "No levantará espada nación contra nación, ni se van a adiestrar más para la guerra".
El religioso deseó: "Qué tengamos todos los mejores auspicios. Con la gracia de Dios, ahora se acerca la festividad de Pésaj, la salida de Egipto, qué cada uno de nosotros pueda salir de nuestro Egipto personal".
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