Haifa y Acre, la costa norte de Israel
Más allá de los tópicos israelíes, este pequeño y turbulento país esconde dos tesoros en su costa mediterránea, a poco más de una hora en coche al norte de la bulliciosa Tel Aviv. Dos ciudades enfrentadas en torno a una bahía, Haifa y Acre, que ofrecen dos mundos distintos entre sí, y a su vez, distintos al resto de Israel.
Modernidad y bahaísmo en Haifa
A los pies del monte del Carmelo se expande la moderna ciudad de Haifa. La tercera metrópolis de Israel es una importante ciudad portuaria cuyo bullicioso centro, conocido como la “Colonia Alemana”, ofrece al visitante multitud de restaurantes, tiendas y cafeterías en la que disfrutar de un malabi (crema típica de Oriente Medio) a la brisa del Mediterráneo.
El bulevar principal de la “Colonia Alemana”, Sderot Ben Gurion, cuyo nombre honra al primer presidente del Estado judío, se encuentra dominado por los impresionantes jardines bahaíes, centro de la religión fundada por Báb a principios del siglo XX, eligiendo este lugar como centro de peregrinación mundial. Por si faltaba alguna, una nueva religión para Tierra Santa.
Tradición y sabor medieval en Acre
También conocida como Akko, esta pequeña localidad cuya población es un maravilloso ejemplo de convivencia entre árabes y judíos, supone la antítesis de Haifa. Frente a las avenidas y bulevares de su vecina, la ciudad vieja de Acre es una maraña de retorcidas callejuelas que serpentean dentro del perímetro que marca la antigua muralla. Fundada en tiempos inmemoriales, y tras idas y venidas de civilizaciones, fueron los cruzados en la Edad media quienes le otorgaron a este puerto fortificado su apariencia actual.
Dentro de la ciudad vieja, además de sus importantes -aunque algo dejados- monumentos, maravilla y cautiva su mercado diario en el que los pescaderos venden su género además de especias, juguetes, muebles y todo lo que uno se pueda imaginar. Déjate perder, es la mejor manera de recorrer el entramado urbano y descubrir sus principales monumentos entre los cuales destacan la mezquita de Sinan Basha, la iglesia de San Andrés o el caravansar de los Pilares o Jan al-Umdan, el más grande de su tipo en todo Israel.
La verdadera magia de Acre se deja ver al atardecer. Con la caída del sol, los acreanos se pasean por las murallas y los pescadores sacan sus cañas en el antiguo puerto cruzado bajo una luz que tiñe de naranja los viejos edificios medievales mientras al fondo de la bahía, la moderna Haifa se yergue orgullosa con su puerto y rascacielos.
Más en la costa norte de Israel…
Si cuentas con más tiempo para recorrer la costa norte de Israel, no te pierdas el puerto romano de Cesárea y el Parque Nacional Monte Carmelo.
Por Daniel Galán, del blog Elviajedelmapache.com
Fuente: El Economista
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.