miércoles, 5 de diciembre de 2012
la tierra de todos
**La Tierra De Todos**
Con sus espaldas derechas y mostrando el pecho, sus piernas rígidas y sus botas
lustradas, sus tacos de acero, que como un tambor replican sobre el suelo. Sus
armas que brillan, opacando el sol de la mañana, sus jóvenes y esbeltos cuerpos
hacen más bellos sus uniformes; al marchar, la gente reunida, les obsequia aplausos
y algarabía, les regalan besos de despedida y otros les tiran flores, como mensajes
a los dioses de la mitología.
Son los soldados que marchan a tierras enemigas; pensando en medallas, trofeos y
gozando en el regreso: se van como soldados y volverán como héroes. Todos alegres,
sonrisas en sus bocas y mostrando sus blancos dientes; gallardos y altaneros…
Y cuando los días se volvieron semanas y meses, los soldados volvieron, con sus armas
arrastrándolas, sus cuerpos vendados, sus botas sin lustre, sin medallas, sin galones, sin
banda ni honores; muchos de ellos lloraban por haber regresados vivos…
Sin aplausos, sin besos, sin flores. Las ventanas y puertas cerradas no pudieron verlos en la triste llegada; pero todos ellos habían aprendido, en la tierra lejana, algo que nunca
olvidarían en su vida y juraron transmitirlos a sus hijos y nietos:
No hay tierra enemiga, la tierra sólo quiere amigos que abran surcos, dejen las semillas
caer en sus acequias, para que germinen y sus frutos alimenten a todos.
¡ Amigos y enemigos !
Mario Beer-Sheva