viernes, 2 de agosto de 2013

EL PADRE DEL GENOCIDIO

Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba 23/7/13 por Yascha Mounk Durante la Primera Guerra Mundial, Soghomon Tehlirian, un civil armenio, observo con impotencia cuando tropas otomanas dispararon a su madre, violaron a sus hermanas y machetearon a su hermano hasta matarlo. Seis años mas tarde, en una calle de Berlin, Tehlirian se aproximo a Talaat Pasha, un gran visir del Imperio Otomano que habia coordinado la matanza de armenios. "Esto es por mi madre", dijo a Pasha mientras le disparaba mortalmente. La prensa saludo a Tehlirian como un heroe. Pero legalmente su situacion era un desastre. Mientras Pasha nunca tuvo que enfrentar un tribunal, Tehlirian fue llevado a juicio como un asesino comun. Al final el fue puesto en libertad, pero solo debido a que un tribunal de Berlin estuvo dispuesto a fingir que el habia actuado bajo "compulsion psicologica." Raphael Lemkin, entonces un joven estudiante de derecho en la Universidad de Lvov, no estuvo satisfecho con el subterfugio. El estaba revolucionado porque alguien que habia "sostenido el orden moral de la humanidad" deba ser "clasificado como insano." Y asi Lemkin se propuso persuadir al mundo a adoptar una ley contra el tipo de "asesinato racial o religioso" que se habia reclamado las vidas de los parientes de Tehlirian. Contra los pronosticos, el tuvo exito. "Totalmente No Oficial," la autobiografia postuma de Lemkin, cuenta la historia de sus destacables logros. Nacido en 1900 de padres judios polacos de medios modestos en un rincon remoto de la Ucrania occidental, su ascenso fue meteorico. En corta sucesion, el se establecio como un prominente abogado en Varsovia, escapo a la invasion nazi de Polonia, acuño el termino "genocidio", se desempeño como un asesor del Departamento de Guerra de Estados Unidos y se convirtio en profesor de derecho en Yale. Gracias a los esfuerzos de Lemkin, el 9 de noviembre de 1948, el 10º aniversario de Kristallnacht , la Asamblea General de Naciones Unidas adopto en forma unanime una "Convencion sobre la Prevencion y Castigo del Crimen de Genocidio." Cortando cerca de su propuesta, describia al genocidio como "actos cometidos con intencion de destruir, en todo o en parte, a un grupo nacional, etnico, racial o religioso, como tal." Los horrores del Holocausto habian ayudado a influenciar a la opinion mundial en favor de la causa de Lemkin. Y aun asi el puso enfasis en que—desde la persecucion a los cristianos por parte de Neron a las masacres de europeos orientales por parte de los mongoles en el siglo XIII—el genocidio habia ocurrido muchas veces a traves de la historia. Fue ante su insistencia que la definicion de la ONU cubrio todos los casos—pasados, presentes o futuros—en los cuales un grupo etnico o religioso fuera marcado para destruccion. Gracias a esta adaptabilidad, el termino ha obtenido duracion politica tanto como relevancia legal. En las decadas desde que Lemkin murio de un ataque al corazon en 1959, el termino que el invento se ha vuelto el foco de un extraño tira y afloje: Los activistas esperan que la poderosa etiqueta del genocidio podria mover a publicos reticentes a detener las atrocidades; los politicos temen que podria forzarlos a aventuras extranjeras costosas o excluir acuerdos negociados. En casos como Darfur, la pregunta de si atrocidades dadas equivalen a "genocidio" ahora juegan un rol clave en determinar como actuara la comunidad internacional. Inconclusa a su muerte, y publicada ahora por primera vez, la autobiografia de Lemkin da un relato detallado de su incansable activismo. Esta probara ser util para generaciones de historiadores. Pero, como la mayoria de las autobiografias por parte de figuras historicas, tambien se propone proyectar a su protagonista en una luz halagadora. En esa medida, es en el mejor de los casos un exito desigual. "Totalmente No Oficial" sufre de grandes saltos cronologicos y prosa desigual. Aunque Lemkin es franco en partes, el con frecuencia se desvia dentro de la petulancia o arrogancia. La mayoria de sus contemporaneos en la ONU lo respetaban; pocos lo encontraban ganando. Su autobiografia hace facil ver por que. En los ultimos años, Lemkin ha sido agasajado como un luchador solitario que se las arreglo para hacer del mundo un lugar mejor. (El mejor ejemplo es "Un Problema del Infierno", el libro muy vendido del 2002 que lanzo la carrera de Samantha Power, nominada del Presidente Barack Obama para la embajaduria americana en la ONU). Esta es en gran medida la lectura que alienta el propio Lemkin, prometiendo mostrar a sus lectores "como un individuo privado puede casi por si solo tener exito en imponer una ley moral sobre el mundo." La verdad es mas complicada. Lemkin fue claramente un hombre de raros talentos y devocion resuelta. Para promover la "idea salvadora de vidas" para la cual, el creia, la providencia lo habia elegido como un "mensajero", el permanecio soltero, renuncio a una lucrativa carrera legal y literalmente trabajo hasta la muerte. De acuerdo con los detalles—como su pobreza y su impaciencia de una vida con las conversaciones mundanas—el hace un excelente santo laico. Y aun asi su influencia puede no haber sido tan transformadora como el pensaba. La convencion del genocidio nunca hubiese sucedido de no haber sido conformable a los intereses de las superpotencias de la epoca. Encerrados en una batalla por la supremacia ideologica, Estados Unidos y la Union Sovietica tenian fuertes razones propias para manejar a la opinion mundial condenando el genocidio. Eso explica tambien por que la estrella de Lemkin se desvanecio rapidamente cuando el comenzo a hacer campaña para que un tribunal internacional juzgue a funcionarios estatales por crimenes de guerra. Aun cuando las grandes potencias estaban felices de parlotear de sus elevados ideales, ellas no estaban dispuestas a comprometer su soberania. Al final, entonces, Lemkin no se ajusta bien al rol del individuo extraordinario inclinando la historia a su voluntad. Su vida es interesante en una forma bastante diferente: Es emblematica tanto de la amplia promesa como de la decepcion real del derecho internacional. En las propias palabras de Lemkin, el sentido de la convencion del genocidio habia sido nada menos que ser "un punto de inicio para una nueva consciencia." Con el tiempo, el esperaba, "una combinacion de castigo y prevencion" ayudaria a evitar las atrocidades. Hoy, ONGs bien financiadas encienden la alarma tan pronto como el genocidio se cierne en cualquier parte del globo. Bajo el Sr. Obama, la Casa Blanca incluso ha instituido una Junta de Prevencion de Atrocidades. (Su primera directora: Samantha Power.) Pero las atrocidades persisten. Cantidad de asesinos en masa siguen existiendo en general. En los ultimos años, una cantidad de paises han aceptado que la Corte Penal Internacional juzgue a sus ciudadanos por crimenes de guerra, incluyendo el genocidio. Pero en realidad solo los lideres genocidas de pequeñas potencias tienen que temer a la justicia. Si Tehlirian hubiese estado vivo hoy, el tendria tantas razones para convertirse en un asesino como las que tuvo en 1921.