miércoles, 4 de diciembre de 2013

Rebeldes islamistas secuestraron a 12 monjas ortodoxas en Siria 4 diciembre 2013 By Rubén Kaplan

En otro acto de barbarie que evidencia la falta de escrúpulos de los rebeldes islamistas que combaten en Siria para derrocar al criminal presidente sirio Bashar al-Assad, integrantes del Free Syrian Army (FSA) secuestraron el lunes 2 de diciembre a una docena de monjas del monasterio griego ortodoxo de Santa Tecla, en Maalula, ubicada al norte de Damasco. (foto a la izquierda) El deplorable hecho, tuvo escasa repercusión en la prensa occidental, reticente a publicar noticias que puedan ser catalogadas de islamofobia. No sorprende el sacrilegio de los radicales musulmanes de secuestrar a las hermanas. El ataque a los cristianos y otras minorías religiosas, una constante en el Islam, no respetó siquiera al Arzobispo Metropolitano de Aleppo, su excelencia Monseñor Jean-Clément Jeanbart. Su residencia fue asaltada y saqueada durante los enfrentamientos entre jihadistas y tropas leales en agosto de 2012. El arzobispo, su vicario y algunos sacerdotes huyeron unas horas antes del episodio y se refugiaron en la casa de los franciscanos en Alepo. En los días siguientes, cuando los militares retomaron el control de la situación, el Monseñor Vicario Jeanbat pudo con recelo volver a su sede, y señaló que las puertas habían sido forzadas y había diferentes objetos perdidos, como un ordenador y proyector. En marzo de 2012, un Pastor de la Alianza en Siria denunció que grupos islámicos asesinaron a más de 200 cristianos en la ciudad de Homs, incluyendo a familias enteras con niños pequeños. Las bandas también secuestraban a cristianos y pedían elevados rescates por su liberación. En dos casos, añadió el pastor, los familiares de las víctimas, después de abonar lo exigido, encontraron los cadáveres de los raptados. También los forajidos se apoderan de las viviendas de los ultimados y las ocupan con sus familias. Grupos islámicos radicales, en las filas de los revolucionarios, están sembrando el terror entre la población civil en Damasco. Los más perjudicados son los considerados leales al régimen de Bashar al Assad. Entre las víctimas, también hay cristianos en el barrio de Bab Touma y los refugiados iraquíes que ocupaban los suburbios de Oujaira Zanaim y Sada. El grupo rebelde islamista “Liwa al-Islam” (“La Brigada del Islam”), que el año pasado se ha adjudicado la responsabilidad por el asesinato de generales de alto rango del gobierno de Assad, en julio pasado ha asesinado a una familia cristiana entera en Bab Touma. Entre los fieles del lugar, hubo una gran aflicción e indignación por el asalto a civiles indefensos. Los jihadistas de “Liwa al-Islam” bloquearon el coche de un cristiano, Nabil Zoreb, un oficial civil, obligándolo a bajarse del coche con su esposa Violet y sus dos hijos, George y Jimmy, matándolos a todos a quemarropa. Los integrantes del grupo son muy activos, especialmente en la región de Duma y otras áreas al este de Damasco, donde están perpetrando más crímenes. Además, en el sureste de Damasco, los combatientes islamitas del grupo “Jehad al Nosra”, cercano a la Hermandad Musulmana, han atacado las casas de los refugiados iraquíes, saqueándolas, incendiándolas y obligando a sus ocupantes a escapar. Según los refugiados iraquíes, “bandas de terroristas musulmanes nos han atacado y perseguido”. La mayor parte de las hordas criminales que operan en el sureste de Damasco, se consideran cercanas a la Hermandad Musulmana, mientras que los miembros del grupo “Liwa al-Islam” son de ideología wahabita. La agencia de noticias AsiaNews, difundió que los jihadistas han invadido el pueblo de Maalula el 5 de septiembre y derrotado a las tropas del régimen con el apoyo de la brigada al-Nousra vinculada a al-Qaeda. Después de tomar el control de la ciudad, los islamistas han comenzado a profanar los edificios cristianos y mataron a tres jóvenes católicos. Toda la población cristiana, más de 3 mil personas, huyeron de sus hogares en busca de refugio en Bab Touma, el barrio cristiano de Damasco, mientras que algunos han llegado con sus familiares en el Líbano o los conventos de la Iglesia greco- católica de la zona. Hasta ahora, los únicos habitantes de Maaloula eran musulmanes y 40 monjas del monasterio de Santa Tecla, que se mantuvo en el pueblo para cuidar de decenas de niños que han quedado huérfanos. Desde el 1° de diciembre, Maaloula es el escenario de intensos combates entre el ejército y los rebeldes sirios, entre ellos muchos miembros de la milicia extremista Jabat-al-Nousra. Los enfrentamientos se concentran principalmente en la parte alta de la ciudad, la más antigua, sede del monasterio griego ortodoxo de Santa Tecla y los santos griego-católicos Sergio y Baco. Desde aquí, los rebeldes lanzaron ataques continuos contra el ejército que controla la parte baja de la ciudad. Fuentes de AsiaNews hacen hincapié en que la lucha se intensifica: “El ejército quiere recuperar todos los pueblos al norte de Damasco y lanzó una ofensiva dura contra los rebeldes, que se oponen al avance poniendo ‘a hierro y fuego’ áreas bajo su control”. Un día después de haber sido secuestradas, seguía incierto el destino de las 12 monjas ortodoxas del monasterio de Santa Tecla. Así lo afirmaba monseñor Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Damasco: “No tenemos ninguna otra noticia- dijo el representante del Vaticano en Siria – diferente a la de anoche. Confirmo que las monjas se vieron obligados a abandonar el monasterio y seguir a estas personas armadas”. Las 12 religiosas del monasterio de Santa Tecla, fueron secuestradas ayer por la tarde. Según los últimos informes, las religiosas estaban marchando con un contingente de rebeldes islamistas en dirección a Yabrud, a unos 80 km al norte de la capital. “En la zona continúan los enfrentamientos entre el ejército y los rebeldes”. Mientras tanto, Navi Pillay, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, dijo ayer que los crímenes de guerra cometidos en Siria también fueron autorizados por Bashar al-Assad, el presidente sirio. Citando una encuesta realizada por las Naciones Unidas, Pillai dijo que “existe una amplia evidencia de crímenes muy graves. Crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad. La brutalidad de los abusos perpetrados por elementos en ambos lados desafía la imaginación. La responsabilidad es de los más altos niveles de gobierno, entre ellos el jefe de Estado”. El miércoles 4 de diciembre se produjo un llamamiento del Papa Francisco al final de la audiencia general, en la que 60 mil personas estaban presentes en la Plaza de San Pedro. El Vicario invitó a orar por las monjas ortodoxas del convento de Santa Tecla, Maaloula, ” que hace dos días han sido llevadas de allí por la fuerza por hombres armados. “Oremos por estas monjas, estas hermanas y por todos los rehenes a causa del conflicto en curso. Continuemos orando y trabajando por la paz, confiando en María”. Rezar por las monjas es plausible pero no suficiente. Se requiere imperiosamente una acción firme del Vaticano, del Consejo Mundial de Iglesias (CMI)- que ignominiosamente silencia los horrendos crímenes y los ataques de los que son objeto los cristianos por parte de los extremistas musulmanes en casi todos los países islámicos- y fundamentalmente de la ONU y de la comunidad internacional, para frenar la encarnizada persecución de las minorías en el universo del Islam. Rubén Kaplan http://www.rkpress.com.ar/ Responder, Responder a todos o Reenviar | Más