El criminal nazi que ayudó a un presidente latino y a Pablo Escobar
El criminal nazi que ayudó a un presidente latino y a Pablo Escobar
JAI – Klaus Barbie consiguió una segunda vida luego de haber sido uno de los más siniestros jerarcas de la Gestapo, la policía nazi responsable de cientos de miles de muertes y padecimientos durante los años que duró la Segunda Guerra Mundial.
La segunda vida de Barbie comenzó una vez concluido el conflicto bélico en Europa. Con la ayuda de miembros de inteligencia de Occidente, el criminal nazi cambió su identidad y comenzó muy bien vinculado una nueva carrera en Bolivia. En relación con los altos mandos de ese país inició una vida que mezcló drogas, asesinatos y poder.
Un documental reciente reveló que Barbie -conocido como el “Carnicero de Lyon”- utilizó sus contactos con el narcotráfico para poder colocar como presidente boliviano al general Luis García Meza. Todo surgió a partir de las memorias escritas por el propio alemán, quien las entregó a los realizadores Peter Mueller y Michael Mueller.
Al llegar a Bolivia, Barbie adoptó un nuevo nombre: Klaus Altmann. Con sus contactos logró entablar una relación fluida con los máximos representantes del narcotráfico en el país, vínculo que fue confirmado por el hijo de un viejo capo local, Roberto Suárez. Los encuentros entre ambos eran fluidos y constantes durante los tempranos años 80.
Pero sus contactos con el mundo narco no terminaron dentro de las fronteras bolivianas. También logró hacer vínculos con el máximo exponente del tráfico mundial durante esa década: Pablo Escobar Gaviria, el mayor importador de coca desde Bolivia.
“Barbie era el vínculo entre los militares, los políticos y la mafia de la droga de Roberto Suárez”, señaló Peter Mueller. Según revelan las notas escritas por el nazi, su temor era que Bolivia cayera en manos comunistas, como había sucedido con Cuba años atrás. Fue por eso que recolectó el dinero del narcotráfico para sostener el mismo sistema político.
Pero en 1983 todo cambió para Barbie. Fue extraditado a Francia, país que ya lo había condenado a la pena de muerte en ausencia cuando finalizó la guerra. Fue hallado responsable de la muerte de 14 mil personas y de la tortura de los principales miembros de la resistencia francesa. Su vuelta a Francia coincidió con la caída de Meza, condenado a 30 años de prisión, según consignó el diario DailyMail.
García Meza es detenido, en 1983. Sería condenado a 30 años de prisión.
Murió de cáncer a los 77 años en septiembre de 1991 en una prisión francesa. Sus memorias fueron entregadas a los directores por sus abogados, años después de su deceso. “Ésta es la faceta vergonzante de una historia de posguerra”, señaló Mueller sobre la vida del ex oficial de la Gestapo.
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