En Israel un argentino lanzará un emprendimiento para vender churros
Itongadol/AJN.- El argentino Guillermo Volcovich lanzará un proyecto para fabricar churros en Israel. “A partir de agosto empezamos con esta idea que surgió con las ganas y la necesidad de armar un emprendimiento propio aquí”, afirmó en una entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN) en Israel.
Volcovich hizo su primera aliá en 1996 y regresó a la Argentina en 2003. Después formó su familia en Buenos Aires y con su mujer y las niñas realizó su segunda aliá en diciembre de 2012. Es, lo que se dice en Israel, “el ciudadano que retorna”.
“En algún momento fui periodista y cuando regresé a la Argentina en 2003, por amigos en común, me metí en una empresa textil que se llama ‘Punto uno’ y ellos me fueron metiendo un poco en el ámbito empresarial y me abrieron las puertas de todo lo que es organización de empresas. En un determinado momento formamos lo que era una idea de una cadena de franquicias y yo pude desarrollar lo que eran los manuales del franquiciado para abrir una red en torno a la empresa. Después de muchos años quería yo tratar de encontrar el producto”, relató a AJN.
“Así como en Argentina me abrieron puertas, acá desde el primer día también. Hay un montón de organizaciones que ayudan al inmigrante, ya sea la OLEI, que es la primera que te recibe. Una vez me senté en el centro de Absorción, donde llegan todos, y había una charla con mucha gente participando, donde introducen a todos los inmigrantes a lo que puede llegar a ser un emprendimiento o un mundo empresarial para que también busquen un poco desarrollarse por cuenta propia”, agregó.
Así fue que llegó la idea de los churros. Un clásico porteño que Volcovich reinventará en Israel y que tomará como ejemplo su forma de producción española.
“En Barcelona hay tendencias de churros modernos, que vienen con un montón de rellenos, desde frutillas o frutos rojos, o distintos tipo de salsas dulces, hasta si querés comer churros chiquititos, que son los famosos churros bravos, que es lo mismo que las papas bravas, con salsa picante y mayonesa. También en todo lo que es presentación, todo lo que es packaging. En la comunicación a la gente, ponen un producto clásico y popular, le dan un toque cool, moderno, y el status del churro lo ponen en un lugar mucho más importante”, explicó el argentino.
La idea de los churros nació hace un año y medio. “Cuando fui viendo distintos tipos de posibilidades de negocios por Internet, empecé a buscar algún tipo de idea, de propuesta, y vi que lo que es el churro se está desarrollado en todo el mundo, en distintas versiones y en distintas formas que se desarrolla ya sea en una churrería normal o en una góndola dentro de los shoppings o venta por mayor. Cada uno adaptado al país. A partir de eso fui viendo que podía llegar a ser posible”.
El padre de Volcovich era César Volco, quien llegó a ser director de la Revista Goles. Desde chico Guillermo estuvo metido en redacciones, y después trabajó en la revista para adolescentes “13-20” a fines de los ’80. En Israel, fue corresponsal para un multimedio de México en la época de la Segunda Intifada. Lamentablemente, por el tema de atentados, tenía que publicar casi todos los días y salía por las radios en todo México. Todo continuó hasta que en 2003 volvió a la Argentina y se empezó a alejar de la profesión.
“Me conecto con muchos olim que están por venir, a veces me piden información, y está bueno que cada uno venga con un plan claro. Porque si venís con un plan claro, todo lo podés hacer, este país te da un montón de posibilidades, que si le ponés ganas, voluntad, tenés realmente las posibilidades de poder desarrollarte. Después hay un montón de factores para que te vaya bien o mal, pero no importa. Te ayudan y hay un montón de organizaciones que se esfuerzan para que vos tengas una base para que lo puedas llevar a cabo”, señaló Volcovich.
Investigando un poco, se puede descubrir que, por ejemplo, en Australia hay cadenas de churros que tienen una treintena de locales, combinados con el chocolate o con una simple cafetería. En América Latina también hay formatos en góndolas de los shoppings, que en Buenos Aires hace quizás dos años y medio no estaban. También combinado con las distintas tendencias que pueden ser no sólo dulces, sino los salados.
“Yo traté de unirme al churro en lo que es el producto básicamente español y dejar de lado la parte porteña. Pero obviamente el churro lo conocemos en Argentina y también tenés una conexión especial. Es un producto mucho más a fin que si me pongo a hacer cualquier otra cosa de la que no tengo idea. Pero traté de buscarle, sobre todo para adaptarlo al público israelí que está más conectado a todo lo que es Europa, la onda a lo que es español y traté de apuntar no sólo al público latino o argentino, porque en realidad es una comunidad chica. Yo le quiero apuntar a todos los israelíes. Hoy en Israel, en base a lo que era hace 10 o 15 años, la gente conoce más a España, hay tours especiales para ir a ver los partidos de Lionel Messi y el israelí viaja mucho. Entonces hoy el churro al israelí no le es un producto desconocido como puede haber sido hace 15 años. Por la maquinaria y la idea, va a ser un churro típicamente español y adaptado sobre todo al gusto israelí. Y al israelí le gusta todo lo nuevo, lo que venga de afuera, después hay que ver si puede durar en el tiempo la idea. Creo que hoy el israelí tiene la cabeza abierta para todo lo que es europeo y de afuera”, aseguró con entusiasmo Volcovich.
Los típicos churros madrileños tienen forma de oreja y, en un futuro, si todo avanza bien, Volcovich tiene pensado hacer churros rosquilla, buñuelos. Desarrollarlo y mezclarlo con distintas formas.
“Estoy muy satisfecho y siento que estoy por debutar en el campeonato y es el primer partido del torneo. Sobre todo para un nuevo inmigrante que viene al país, que es donde nosotros queremos vivir, y poder desarrollarlo en forma de un emprendimiento propio.”
“Mis amigos y familia de Argentina generalmente dicen que estoy loco. Pero acá hay una persona importante, uno de los desarrolladores que hace muchos emprendimientos, y me quedó una frase de él que dice que uno tiene que ser un emprendedor totalmente sordo. Te tenés que escuchar solamente a vos. Todos te van a decir que es un lío, que no te metas, que para qué, pero si vos realmente confiás en eso, metele para adelante. Por eso, a todos los olim, que vengan con una idea, cualquiera que sea, y que la intenten llevar a cabo. Después puede resultar o no, pero lo importante es tratar de darle para adelanta”, expresó.
Finalmente, resaltó el rol de la Agencia Judía para Israel en su vida: “Yo hice tapuz en 1986. Ya tengo la conexión de la Sojnut desde ahí, son los que te abren la puerta y los que te van orientando y llevando a que vos conozcas Israel y te lo muestran de distintas maneras. Además, yo tengo dos aliot, entonces tengo visitas, reuniones y participaciones y te van orientando. Tienen una participación muy importante. Son como el nexo entre el futuro olé que está en su país de origen para que llegue lo mejor posible a Israel. Es una función necesaria”.
Volcovich hizo su primera aliá en 1996 y regresó a la Argentina en 2003. Después formó su familia en Buenos Aires y con su mujer y las niñas realizó su segunda aliá en diciembre de 2012. Es, lo que se dice en Israel, “el ciudadano que retorna”.
“En algún momento fui periodista y cuando regresé a la Argentina en 2003, por amigos en común, me metí en una empresa textil que se llama ‘Punto uno’ y ellos me fueron metiendo un poco en el ámbito empresarial y me abrieron las puertas de todo lo que es organización de empresas. En un determinado momento formamos lo que era una idea de una cadena de franquicias y yo pude desarrollar lo que eran los manuales del franquiciado para abrir una red en torno a la empresa. Después de muchos años quería yo tratar de encontrar el producto”, relató a AJN.
“Así como en Argentina me abrieron puertas, acá desde el primer día también. Hay un montón de organizaciones que ayudan al inmigrante, ya sea la OLEI, que es la primera que te recibe. Una vez me senté en el centro de Absorción, donde llegan todos, y había una charla con mucha gente participando, donde introducen a todos los inmigrantes a lo que puede llegar a ser un emprendimiento o un mundo empresarial para que también busquen un poco desarrollarse por cuenta propia”, agregó.
Así fue que llegó la idea de los churros. Un clásico porteño que Volcovich reinventará en Israel y que tomará como ejemplo su forma de producción española.
“En Barcelona hay tendencias de churros modernos, que vienen con un montón de rellenos, desde frutillas o frutos rojos, o distintos tipo de salsas dulces, hasta si querés comer churros chiquititos, que son los famosos churros bravos, que es lo mismo que las papas bravas, con salsa picante y mayonesa. También en todo lo que es presentación, todo lo que es packaging. En la comunicación a la gente, ponen un producto clásico y popular, le dan un toque cool, moderno, y el status del churro lo ponen en un lugar mucho más importante”, explicó el argentino.
La idea de los churros nació hace un año y medio. “Cuando fui viendo distintos tipos de posibilidades de negocios por Internet, empecé a buscar algún tipo de idea, de propuesta, y vi que lo que es el churro se está desarrollado en todo el mundo, en distintas versiones y en distintas formas que se desarrolla ya sea en una churrería normal o en una góndola dentro de los shoppings o venta por mayor. Cada uno adaptado al país. A partir de eso fui viendo que podía llegar a ser posible”.
El padre de Volcovich era César Volco, quien llegó a ser director de la Revista Goles. Desde chico Guillermo estuvo metido en redacciones, y después trabajó en la revista para adolescentes “13-20” a fines de los ’80. En Israel, fue corresponsal para un multimedio de México en la época de la Segunda Intifada. Lamentablemente, por el tema de atentados, tenía que publicar casi todos los días y salía por las radios en todo México. Todo continuó hasta que en 2003 volvió a la Argentina y se empezó a alejar de la profesión.
“Me conecto con muchos olim que están por venir, a veces me piden información, y está bueno que cada uno venga con un plan claro. Porque si venís con un plan claro, todo lo podés hacer, este país te da un montón de posibilidades, que si le ponés ganas, voluntad, tenés realmente las posibilidades de poder desarrollarte. Después hay un montón de factores para que te vaya bien o mal, pero no importa. Te ayudan y hay un montón de organizaciones que se esfuerzan para que vos tengas una base para que lo puedas llevar a cabo”, señaló Volcovich.
Investigando un poco, se puede descubrir que, por ejemplo, en Australia hay cadenas de churros que tienen una treintena de locales, combinados con el chocolate o con una simple cafetería. En América Latina también hay formatos en góndolas de los shoppings, que en Buenos Aires hace quizás dos años y medio no estaban. También combinado con las distintas tendencias que pueden ser no sólo dulces, sino los salados.
“Yo traté de unirme al churro en lo que es el producto básicamente español y dejar de lado la parte porteña. Pero obviamente el churro lo conocemos en Argentina y también tenés una conexión especial. Es un producto mucho más a fin que si me pongo a hacer cualquier otra cosa de la que no tengo idea. Pero traté de buscarle, sobre todo para adaptarlo al público israelí que está más conectado a todo lo que es Europa, la onda a lo que es español y traté de apuntar no sólo al público latino o argentino, porque en realidad es una comunidad chica. Yo le quiero apuntar a todos los israelíes. Hoy en Israel, en base a lo que era hace 10 o 15 años, la gente conoce más a España, hay tours especiales para ir a ver los partidos de Lionel Messi y el israelí viaja mucho. Entonces hoy el churro al israelí no le es un producto desconocido como puede haber sido hace 15 años. Por la maquinaria y la idea, va a ser un churro típicamente español y adaptado sobre todo al gusto israelí. Y al israelí le gusta todo lo nuevo, lo que venga de afuera, después hay que ver si puede durar en el tiempo la idea. Creo que hoy el israelí tiene la cabeza abierta para todo lo que es europeo y de afuera”, aseguró con entusiasmo Volcovich.
Los típicos churros madrileños tienen forma de oreja y, en un futuro, si todo avanza bien, Volcovich tiene pensado hacer churros rosquilla, buñuelos. Desarrollarlo y mezclarlo con distintas formas.
“Estoy muy satisfecho y siento que estoy por debutar en el campeonato y es el primer partido del torneo. Sobre todo para un nuevo inmigrante que viene al país, que es donde nosotros queremos vivir, y poder desarrollarlo en forma de un emprendimiento propio.”
“Mis amigos y familia de Argentina generalmente dicen que estoy loco. Pero acá hay una persona importante, uno de los desarrolladores que hace muchos emprendimientos, y me quedó una frase de él que dice que uno tiene que ser un emprendedor totalmente sordo. Te tenés que escuchar solamente a vos. Todos te van a decir que es un lío, que no te metas, que para qué, pero si vos realmente confiás en eso, metele para adelante. Por eso, a todos los olim, que vengan con una idea, cualquiera que sea, y que la intenten llevar a cabo. Después puede resultar o no, pero lo importante es tratar de darle para adelanta”, expresó.
Finalmente, resaltó el rol de la Agencia Judía para Israel en su vida: “Yo hice tapuz en 1986. Ya tengo la conexión de la Sojnut desde ahí, son los que te abren la puerta y los que te van orientando y llevando a que vos conozcas Israel y te lo muestran de distintas maneras. Además, yo tengo dos aliot, entonces tengo visitas, reuniones y participaciones y te van orientando. Tienen una participación muy importante. Son como el nexo entre el futuro olé que está en su país de origen para que llegue lo mejor posible a Israel. Es una función necesaria”.
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