No hay duda que los últimos acontecimientos en materia de terrorismo en el Estado de Israel, nos han dejado atónitos a todos los ciudadanos, independientemente del color político que cada uno pueda esgrimir.
Asesinar por asesinar, sin distinción de edad, raza, religión, color u origen, es algo que ya ha perdido todo límite, no solo en Medio Oriente, sino en el mundo entero. Esta región, rodeada de fanáticos religiosos de todos los extemos, nos está dejando un panorama desolador. El nuevo invento humano, denominado ISSIS o Daesh, que viola, decapita, cercena miembros humanos por el solo hecho de querer imponer un Califato -donde todo el mundo musulman debe estar bajo su poder y los demás debemos desaparecer-, ha explotado en el universo y vemos atentados como los de Francia, Estados Unidos, Jerusalen, etc., donde el valor humano ha perdido todo sentido. Se mata a un ser humano por ser un dibujante comprometido con la libertad de expresión, por estar en un supermado Kosher, en una maraton, o se atenta directamente contra un Fiscal de la Nación, transeúntes comunes, familias, niños, etc.
La barbarie y la metodología ya es infinita y los gobiernos no han tomado conciencia aún, de esta nueva realidad. Ya no son mega atentados como el de la AMIA de Buenos Aires, las Torres gemelas de New York, las estaciones de trenes, subterraneos ni los primitivos secuestros de aviones o barcos que circulaban por el mundo libre. Hoy los atentados terroristas, son como hechos aislados, independientes unos de otros, con motivaciones diferentes, pero con el mismo y único objetivo; crear el caos, asesinar, sembrar el terror.
Ya no todos estos actos bárbaros son antisemitas o anti israelies. Los blancos (aunque gran parte son contra bienes, Instituciones o personas judias), son mas bien indiscriminados. El origen es uno solo; el islamismo radical, que gana cada vez mas adeptos y que atenta contra ciudadanos de cualquier lugar del planeta, mata a hermanos, ya sean de sangre o de religión; como está ocurriendo en todos los paises árabes y en regiones tan distantes como en los confines del continente africano o invadiendo silenciosamente América latina para instalarse allí y crear grandes polos de terror, muerte y destrucción.
La justicia, tampoco ha reaccionado aún. Cuando se suelta a un prisionero que cumplió integramente su condena por delitos como violación por ejemplo, se sabe antes de que vuelva a la calle, que volverá a reincidir y a pesar de ello (siendo por suerte una pequeña minoría), igual se les otorga la libertad. En el caso de estos denominados ultra religiosos, tanto árabes como judios ocurre lo mismo, -terroristas al fin-, se sabe también de antemano que terminando sus condenas, volveran a delinquir, a asesinar; entonces la pregunta para unos y otros es la misma; si es imposible regeneralos, para que darles la libertad?.
El mundo debería estar de luto hoy por lo que está pasando. En todos los paises se han mostrado las imágenes del terrorista enloquecido que intentó asesinar a participantes de una marcha gay y de otro episodio aún no esclarecido, donde murió un niño palestino, -hechos totalmente condenables, como lo ha señalado el Primer Ministro y el Presidente de Israel-; pero no se han mostrado en esos mismos canales el repudio generalizado de la sociedad israelí ni la marcha espontanea condenando estos hechos vandálicos.
Esperemos una vez mas que el mundo no solo se ocupe de señalarnos, sino de ser mas objetivos, condenando a los terroristas, -sean del origen que fueren- y buscando respuestas jurídicas y comunes para todos estos asesinos portadores de odio y de violencia.
No queremos vivir en un mundo así.
por Jose Caro*
*Raanana, Israel.
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