martes, 11 de septiembre de 2012

ensaje para el encuentro sobre refugiados judíos en países árabes

M de Cidipal, el El Lunes, 10 de Septiembre de 2012 a la(s) 11:56 · “Quiero agradecer a: Viceministra de Asuntos Jubilatorios, Dra, Lea Nass. Diputado Jerrold Nadler. Diputado canadiense, Profesor Irwin Cotler, Diputado húngaro, Paul Steiner, Dan Dicker, Director del Congreso Judío Mundial. Meir Kahlon, Presidente del Centro de Asociaciones de judíos procedentes de los países árabes e Irán. Presidente de Justicia para los refugiados judíos de los países árabes, Rabbí Elie Abadi y Silwan Abitbul, Vicepresidente Stan Orman. Mi buen amigo, Embajador Zvi Gabay. Daniel Marom, por su gran trabajo en la organización del encuentro. Desde el ingreso del Canciller Avigdor Lieberman y yo al Ministerio de Relaciones Exteriores, hace más de tres años, nos comprometimos con la política exterior y la diplomacia pública, fundamentada en los derechos y la justicia al pueblo judío. A pesar que nuestros enemigos, nunca perdieron la oportunidad de hablar sobre justicia y derechos, nosotros nos enfocamos en nuestros diálogos, en paz y acuerdos. Si bien esos temas son muy importantes, no nos ayudaron en el esclarecimiento y la diplomacia pública y por sobre todo, no deben ser, a cuenta del debate sobre la historia judía, sobre los derechos judíos y sobre la justicia para el pueblo judío. No hay tema que toque más el corazón que la cuestión de los refugiados judíos de los países árabes. Durante demasiado tiempo sus relatos no se conocieron. Sus historias y su sufrimiento no obtuvieron el reconocimiento. Sus derechos fueron negados. Sobre la enorme potencia de esa verdad es posible aprender de las reacciones extremistas y titubeantes de los dirigentes palestinos, que no tienen solución a ese problema en general, más allá de decir que no existe en absoluto. Pero las evidencias son buen conocidas para muchos cuyas vivencias barren con los intentos palestinos de reescribir la historia. En el año 1947, tras muchos años de represión y violencia reiterada, la situación de cerca de un millón de judíos, residentes en los países árabes, se volvió insoportable cuando la Liga Árabe publicó un borrador de ley llamando a sus países miembros a ver, en los judíos de sus países, hijos del estado enemigo y congelar así sus cuentas bancarias. Entonces, hicieron uso de esos fondos para combatir a los judíos en la Tierra de Israel del Mandato y luego, contra el Estado de Israel. Esa ley fue redactada y apoyada por la Comisión política de la Liga Árabe con acuerdo de cada uno de los países miembros. Eso fue, por supuesto, lo mínimo que se le pidió hacer a cada uno. Muchos países fueron mucho más allá. En ocasiones despojaron a los judíos de todos sus bienes. Anularon su ciudadanía y los expulsaron de sus hogares, en la mayoría de los casos, por medios violentos. Pogromos y masacres, expulsiones y desapariciones de judíos con cobertura del Estado, se convirtieron en una rutina en toda la región. Y así llegaron a su fin, grandes comunidades judías en el Medio Oriente y el Norte de África, antiguas en más de mil años a la ocupación musulmana de la región y el establecimiento a manos de los musulmanes. En los últimos días comencé una nueva campaña de esclarecimiento titulada, “Soy un refugiado”, en donde llamo a los que sufrieron por ese destino y a sus descendientes, a elevar sus historias personales en internet a fin de darlas a conocer, tal como merecen. Cada una de esas historias y muchas otras más, son importantes no solo para la recordación, sino para posicionar esa verdad frente a la narrativa árabe, que nadie desmintió durante demasiado tiempo. El hecho es que los judíos expulsados de los países árabes, son acreedores a los derechos y la justicia que ya les fue otorgada por la comunidad internacional. La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, 242, que representa la base para todos los acuerdos y debates de paz con nuestros vecinos de la región, hablan de “Acuerdo justo del problema de los refugiados” y no sobre “Problema de los refugiados palestinos o árabes”. La historia de la resolución demuestra que esa versión fue premeditada revelando un reconocimiento que el conflicto árabe-israelí, generó dos poblaciones de refugiados y no solo una población. A pesar de los intentos por limitar el término “refugiados” a la parte árabe solamente, el ex juez norteamericano, Arthur Goldberg, embajador de Estados Unidos ante la ONU, que cubrió un rol central en la versión final que fuera adoptada, testificó que la omisión fue premeditada. Con el transcurso de los años, otros factores del ámbito internacional, se refirieron a la situación del refugio judío de los países árabes, incluido el organismo de la ONU para los refugiados y, hace más de una década, el propio presidente de Estados Unidos de entonces, Bill Clinton. Durante las deliberaciones en Camp David en el año 2000, el Presidente Clinton propuso crear un Fondo Internacional para dos grupos de refugiados, los árabes y los judíos (además de la decisión del Congreso norteamericano de 2008, anticipada por el Diputado Jerry Nadler, presente con nosotros hoy, aquí). Otra iniciativa se encuentra en proceso de legislación en Canadá, gracias a otro amigo que se desempeñó en el pasado como Ministro de Justicia canadiense, Irwin Cotler, que también nos acompaña. También nos actualizamos con respecto a los procedimientos en otros parlamentos a lo largo del mundo y nuestro agradecimiento al diputado francés Avi Azulay y al diputado húngaro, Paul Steiner. Durante los últimos años, en la Cancillería, elevamos sostenida y formalmente la cuestión de los refugiados judíos de los países árabes a la agenda nacional e internacional. Ahora, con ayuda de la vice- Ministro de Asuntos Jubilatorios, el Congreso Judío Mundial y los organismos representativos de los judíos de los países árabes, iniciamos una nueva etapa de nuestra campaña. Desde hoy, trabajamos por promover una agenda diplomática y política en el tema. Instruimos a nuestras embajadas y consulados en el mundo a elevar el tema ante los gobiernos y parlamentos en los países anfitriones, durante cualquier debate o encuentro relevante. Generamos vínculos con miembros de parlamentos de todo el mundo que puedan promover una decisión en el tema. Además, viajaré a Nueva York para el encuentro en la ONU, donde pediré al Secretario General de la ONU que introduzca el tema de los refugiados judíos en la agenda internacional, de un modo claro. Para terminar, destacaré que en Israel no hay aún suficiente comprensión y conocimiento sobre el tema. Por ello es que propuse fijar un día nacional, anual, en memoria de las comunidades judías de los países árabes y su expulsión. La propuesta fue aprobada en su principio y espero que sea autorizada por el gobierno próximamente. Toda ésta actividad será respaldada por la diplomacia pública y una acción para elevar la conciencia, con el objetivo de llevar el tema a un lugar justo, en la agenda pública. Los refugiados judíos de los países árabes merecen que sus relatos sean contados, que su historia sea conocida, que sus derechos sean reconocidos y que se haga justicia. También los judíos merecen justicia y derechos. Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores