lunes, 24 de septiembre de 2012
“Esto no es la yihad, es la revolución”
“Naciones Unidas ha demostrado en Siria que es un organismo arcaico y que no sirve para nada. Aquí han venido 300 observadores de la ONU para comprobar con sus propios ojos cómo las tropas del régimen masacran civiles a diario. No ha cambiado absolutamente nada”, afirma Abu Obaida, un combatiente venido desde Dubai hasta Alepo. “Los observadores solo se han paseado con sus coches blindados… Si Occidente no ha sido capaz de hacer absolutamente nada por los sirios tendremos que ser nosotros, sus hermanos árabes los que luchemos por ellos”, remacha Abu Obaida.
Este francotirador, uno de los más certeros en el barrio de Saif al Dula, habla en su kativa (brigada) después de haber abatido a un soldado del régimen que estaba atrincherado al otro lado de la avenida que da nombre a este distrito. “En Siria hay mucho combatiente extranjero que viene a defender a sus hermanos; pero eso no quiere decir que todos seamos de Al Qaeda o seamos salafistas. Venimos a derrocar a El Asad vosotros, los occidentales, os sentáis en una mesa a discutir resoluciones o sanciones mientras aquí sigue muriendo gente todos los días. En cambio, nuestros hermanos vienen a luchar y a morir a nuestro lado”, sentencia. “Si eso nos convierte en terroristas o yihadistas… perfecto, allá vosotros”.
[Militantes yihadistas procedentes de un número indeterminado de países están radicalizando el conflicto armado en Siria, según hizo público el lunes en Ginebra una comisión independiente de investigación auspiciada por la ONU que ha documentado las violaciones de los derechos humanos, infroma Efe. El presidente de la comisión, el brasileño Paulo Sergio Pinheiro, no identificó a estos grupos ni su procedencia, y se limitó a hablar de “grupos radicales islamistas”.]
Ahmed Haddad es un joven venido desde Egipto… Esta es la primera vez que ha salido de su país. “He venido a luchar”, asegura. Se unió a los rebeldes en el barrio de Bustan al Kaser, uno de los más castigados por la artillería, tras haber dejado sus estudios de filología inglesa en la Universidad Americana de El Cairo.
“Cuando luchamos por defender lo que es nuestro nos llamáis terroristas; en la guerra civil de España hubo combatientes extranjeros en ambos bandos, ¿por qué ellos no eran terroristas y nosotros sí lo somos?”, pregunta con tono airado. “Al Qaeda no representa al islam; es un invento de Estados Unidos para encontrar un nuevo enemigo tras la caída del muro de Berlín”, afirma este antiguo estudiante. “Al Qaeda es la creación de Osama bin Laden. La idea de una sola persona que no nos representa a todos los musulmanes”, aclara.
De la misma opinión es Ferás, un joven libio. “¿Qué llevemos barba o recemos a un Dios distinto del vuestro nos hace terroristas o miembros de Al Qaeda? Si es así… entonces sí, todos somos de Al Qaeda. Yo he conocido a varios miembros de Al Qaeda en Siria y te puedo asegurar que su pensamiento es lo más radical que he conocido jamás”. “Al final los países occidentales han conseguido con tanta palabrería y tanta diplomacia que grupos afines a Al Qaeda se infiltren en Siria para combatir en su particular yihad ensuciando la revolución de los sirios. No, esto no es una guerra de religiones; esta es una guerra por la libertad de un pueblo”, sentencia.
Este muchacho combatió durante más de un año en la guerra que acabó con la dictadura de Gadafi. “La guerra siria es mucho más cruenta que lo que vivimos en Libia. Al Asad tiene como objetivo la población civil. Además, los soldados del Ejército Libre Sirio (ELS) no tienen nada. En Libia por lo menos contábamos con el apoyo de la OTAN; por eso cuando vi por televisión lo que estaba ocurriendo no dudé ni un segundo y decidí venir con un grupo de libios a combatir al lado de mis hermanos”, concluye.
“En la revolución libia hubo muchos sirios luchando a nuestro lado y era el momento de devolverles el favor”, asegura Abu Omar, otro combatiente libio. “
¿Después de 30.000 muertos crees que los sirios esperan que los occidentales vengan a echar una mano? Nadie va a hacer nada por ellos. ¿Cuántos niños más tienen que morir para que hagáis algo?”, se pregunta Abu Abdu, también de origen libio. “No hemos venido a hacer la yihad [guerra santa]; esto no es la yihad, es la revolución contra un tirano”.
“El final de El Asad será como el de Gadafi”, anuncia Abu Mathesen, de origen libanés, antes de despedirse con un apretón de manos y una advertencia:
“No todos los que llevamos barba y rezamos a Alá somos terroristas”.