martes, 25 de septiembre de 2012

La política de Obama en Oriente Medio, en una encrucijada tras los ataques

Manifestantes islamistas atacan la embajada de EE.UU. en Saná Washington. (EFE).- Las protestas anti-estadounidenses que se han extendido por el mundo árabe, y que han resultado en los ataques a las legaciones diplomáticas de EE.UU. en Libia, Egipto y Yemen, han puesto en una encrucijada la política del presidente Barack Obama en Oriente Medio, según expertos. El claro apoyo que el Gobierno de Estados Unidos otorgó a las revueltas de la Primavera Árabe en 2011 entrañaba riesgos, como demuestra el largo conflicto en Siria, que ha llevado a muchas voces en el país norteamericano a cuestionar la posición oficial. Pero el momento más incómodo para Obama se produjo el martes, cuando el embajador en Libia Chris Stevens, que había sido su enviado especial a Bengasi y su enlace con los rebeldes que buscaban el fin del régimen de Muamar al Gadafi, falleció en un ataque espoleado por un vídeo anti-musulmán. Los analistas han atribuido la muerte de Stevens y otros tres estadounidenses a las escasas medidas de seguridad en un país que apenas comienza a convertirse en democracia, lo que ha indignado a una parte de la opinión pública que considera que ayudó a salvar el país con el impulso a la intervención aliada contra Gadafi. Varios congresistas han tratado de responder a esa confusión con una petición de suspender la ayuda financiera y de seguridad tanto a Libia como a Egipto, justo cuando el Gobierno estadounidense ultima los preparativos para un paquete de 1.000 millones de dólares destinado a aliviar la abultada deuda pública egipcia. "Estamos hablando de gobiernos que no tienen mucha experiencia gobernando, y se encuentran en una posición muy difícil en lo que se refiere a seguridad", dijo a Efe Aaron D. Miller, un experto en Oriente Medio del Wilson Center de Washington. "Pero está claro que si el Gobierno egipcio no es capaz de proteger a las instalaciones estadounidenses y a nuestra gente, no debería recibir los 1.000 millones de dólares", añadió. Sin embargo, Miller no cree que la política hacia la región vaya a cambiar sustancialmente, a no ser "que mueran estadounidenses en Egipto o en alguna otra embajada". Para Robert M. Danin, un analista del Consejo para Relaciones Exteriores (CFR), EE.UU. debe ser cauto en sus relaciones con países donde hay "situaciones sin precedentes", como es el caso de Egipto, que ha elegido al primer presidente islamista de su historia, Mohammed Mursi, explicó en la página web del centro de estudios. Para Shadi Hamid, director para Oriente Medio del centro de estudios Brookings, cambiar la política hacia la región a raíz de los ataques sería directamente "un grave error". "Tras décadas de socavar la democracia árabe con su apoyo constante a autócratas, Estados Unidos por fin está desempeñando un papel positivo, incluso crucial, en el apoyo a la recuperación económica de Gobiernos democráticamente elegidos", escribió Hamid en un artículo en la revista Foreign Policy. Como recuerda Miller, Oriente Medio ya era "profundamente antiestadounidense antes de la Primavera Árabe", una tendencia que Obama se propuso cambiar al comienzo de su mandato, con su celebrado discurso en El Cairo. Pero, en parte por el frustrado intento de una negociación exitosa del conflicto palestino-israelí, "la gente en el mundo árabe ha perdido mucha fe y esperanza en lo que el presidente dijo que quería hacer", apuntó Miller. "Quizá lo que ellos querían era poco realista y lo que él propuso era un poco idealista. Sea como sea, nuestra credibilidad allí ha quedado muy menguada", consideró. Lo ocurrido en Libia es algo que Estados Unidos no puede controlar, según el experto, que recordó que las protestas por las caricaturas de Mahoma en el diario "Jyllands-Posten" en 2006 se cobraron más de cien vidas, y que van más allá del sentimiento antiestadounidense en la región. En cualquier caso, apunta Danin, el Gobierno de Obama está en una "posición difícil" ante la virulencia de las protestas en países como Egipto, donde el presidente Mursi no sólo se retrasó en condenar los ataques, sino que convocó una manifestación que hoy promete convertirse en un nuevo momento embarazoso para Washington Leer más: http://www.lavanguardia.com/internacional/20120914/54350401538/obama-oriente-medio.html#ixzz26Z85HTvb