viernes, 21 de septiembre de 2012
Slepoy: La OSM no es parte del gobierno de Israel, pero lo apoya como vocero del pueblo judío
Desde hace varios meses se estableció en Buenos Aires una representación para Latinoamérica del Ejecutivo de la Organización Sionista Mundial (OSM), a cargo de Lázaro “Lalo” Slepoy.
Sin embargo, dado que la actividad que la entidad desarrolla en las diversas comunidades judías es responsabilidad del Departamento de Actividades para la Diáspora, surge la pregunta de si no existe una superposición con la misión que se le encomendó a Slepoy.
LS- No se superponen, se complementan. Hay que tener presente que el Departamento de Actividades para la Diáspora realiza acciones de lo que se conoce como Hagshamá y para diversas federaciones sionistas, a las cuales se han sumado las que antes dependían de la Agencia Judía, por ejemplo: morim-shlijim, todo lo relacionado con la incentivación del estudio del idioma hebreo o el proyecto de las familias israelíes en las comunidades, que incluye el apoyo que se brinda a las comunidades por intermedio de personas idóneas. Y mi misión, como el primer representante del Ejecutivo de la OSM, es centralizar toda esa actividad en Latinoamérica. Por otra parte, la verdad es que son muy pocos los que saben diferenciar la OSM y la Agencia Judía, y el que la gente comience a hacerlo forma parte de mi labor. El Departamento de Actividades para la Diáspora, que hace bien su trabajo, establece los lineamientos y aprueba los proyectos que se ejecutan, y yo soy el que observa lo que ocurre en el terreno, es decir que soy una especie de ‘ojos’ del departamento en cada una de las comunidades y colaboro en solucionar los problemas que se presentan. Un ejemplo son las actividades que desarrolla Hagshamá en Buenos Aires: en estos momentos no hay un representante del departamento para dirigirlas, y mientras se realiza su búsqueda, me encargo de que las mismas continúen. También me estoy encargando de mantener y/o establecer relaciones con todas las instituciones comunitarias, a fin de que difundan la actividad sionista que desarrolla ese departamento. Es decir que no existe una superposición, sino una estrecha colaboración.
P- Frente a la situación internacional que enfrenta el Estado de Israel, en especial el desarrollo atómico iraní y cómo éste puede evolucionar, ¿qué proyectos tiene la OSM para enfrentar una contingencia crítica y/o de emergencia?
LS- La OSM no es parte del gobierno; por lo tanto, no importa quién sea el primer ministro de turno, siempre apoyará al Estado de Israel. Lo hará organizando a las comunidades judías del exterior para que presten su apoyo y como vocero del pueblo judío, tanto del que está en su tierra como del que está fuera de ella. Digo que somos el vocero pues el judío que vive en la Diáspora vota para elegir a los delegados de su comunidad al Congreso Sionista, el gobierno del pueblo judío en la Diáspora. Por lo tanto, la OSM afortunadamente no tiene que tomar algún tipo de decisión por la amenaza de Irán. A título personal puedo decir que si en Israel no dormimos de noche pensando que Irán podría llegar a tener un potencial atómico, en la Diáspora tampoco (lo hacen), debido a que es un efecto en cadena y el Estado de Israel es el seguro de vida para el pueblo judío.
P- ¿Forma parte de su misión difundir esta postura?
LS- Podemos hablar en nombre del pueblo judío, no del Estado de Israel. La OSM, junto con la Agencia Judía, representamos al pueblo judío y haremos todo lo posible para que también esta acción encuentre en forma organizada al pueblo judío que está fuera de su tierra, preparado para responder a cualquier contingencia.
P- ¿Se están programando seminarios de esclarecimiento -lo que comúnmente se denomina “hasbará”- sobre la situación internacional en el marco de la OSM?
LS- Tanto el Ministerio de Esclarecimiento como el de Relaciones Exteriores israelíes lo hacen, pero lamentablemente no llegan a satisfacer las necesidades. Creo que ambos comenten un mismo error, que es dirigirse fundamentalmente a quienes ya están convencidos y no a quienes no lo están. El Ministerio de Esclarecimiento hace mucha propaganda destinada a judíos y a muchos evangelistas pro israelíes y se justifica diciendo que “aquel que está en contra nuestra seguirá pensando así pese a lo que se le diga”. Puede que tenga razón, pero considero que hay que llegar a quienes están en el medio, a aquel que todavía no tomó posición, de ser posible antes que lo hagan nuestros enemigos. La OSM organiza seminarios; por ejemplo, todos los años llegan periodistas no judíos a Israel para participar en cursos y paseos donde se los capacita y conocen el Israel que no sale en los periódicos. Lo hace esperando que cuando regresen a sus países, presenten la cara real de Israel y no la que nuestros enemigos quieren vender al mundo. Pero hay que tener en cuenta que la OSM trabaja con el pueblo judío, que no tiene mandato para hacerlo con no judíos y que si a veces lo hace, es porque está en contacto con ellos. Trabajar estos temas hacia adentro es muy necesario porque hay mucha gente de nuestro pueblo que no está institucionalizada y debe ser esclarecida.
P- Hay una gran cantidad de jóvenes de entre 18-19 y 30 ó 35 años que se acercan a los movimientos religiosos ortodoxos, que los captan y les organizan viajes a Israel, donde participan de seminarios. ¿Por qué la OSM perdió a esa gente?
LS- En primer lugar quiero hacer una corrección: esa gente no está perdida. Llega por otro camino, el de la religión, y me parece que está bien porque es un hecho que no habíamos logrado llegar a ella. Es loable la labor de los movimientos religiosos, que logran captar a esa gente y los felicito, pues en el pueblo judío hay grupos que son sionistas y otros que no lo son y en el Movimiento Sionista hay movimientos religiosos, que participan en la OSM, donde tienen delegados, y también en la OSA. Puedo decir que las únicas aliot ideológicas son las de los movimientos religiosos y juveniles. No se fijan si la situación es buena o no y por eso los respeto. Todo aquel que pueda sumar me parece excelente. Después que culmine mi misión y regrese a Israel discutiremos de ideología y política, pero aquí todos tenemos el mismo derecho a llegar a nuestro país y voy a facilitar la llegada de todo el que venga, sea o no religioso y vaya a los asentamientos en los territorios, a un kibutz o adonde quiera. Con respecto a por qué no podemos llegar a esos jóvenes y ofrecerles un viaje a Israel, es por razones económicas. Existen programas como Taglit, que (en la Argentina) se conoce como BRIA, que le permite llegar a Israel, pagando muy poco, a cada joven (judío) de entre 18 y 30 años. Es casi un regalo, muchos ya lo han aprovechado y esperemos que muchos otros lo hagan, pues este programa en inglés se denomina “Birthright” porque considera que conocer Israel, su país, es un derecho de nacimiento de cualquier joven judío por el sólo hecho de pertenecer a nuestro pueblo. No quiero despedirme sin antes desearles a todos los lectores, a mi querida comunidad de Rosario, en la que nací y me eduqué, y al pueblo judío en general, que en este Iom Hakipurim sean inscriptos y sellados en el Libro de la Vida, que tengan la satisfacción de realizar todas las buenas acciones que siempre quisieron hacer y que pronto nos encontremos todos festejando en nuestro país. ¡Gmar jatimá tová!