lunes, 5 de noviembre de 2012
Abás: Mientras siga en el poder no habrá tercera Intifada
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, efectuó una notable concesión a Israel al afirmar que no tiene ningún reclamo sobre la ciudad que dejó cuando era niño durante la Guerra de la Independencia, en 1948.
"Para mí, Palestina son las fronteras de 1967 con Jerusalén Este como su capital. Esto es ahora y para siempre… Esto es Palestina para mí. Yo soy un refugiado, pero vivo en Ramallah, Creo que Cisjordania y Gaza son Palestina y el resto [es] Israel".
De esta manera, Abás espresó que los palestinos no tienen demandas territoriales sobre el suelo israelí anterior a 1967.
"Tengo derecho a visitar [Safed]; pero no a vivir allí", dijo en una declaración que si se aplica a todos los refugiados palestinos y sus descendientes, representaría un dramático cambio en la política palestina.
Sus comentarios fueron inmediatamente condenados por Hamás, que señaló en un comunicado que "ningún palestino aceptaría ceder el derecho de nuestro
pueblo a retornar a sus hogares, aldeas y ciudades de las cuales fue desplazado".
"Si Abú Mazen [nombre de guerra de Mahmud Abás] no quiere Safed [Tzfat], Safed tendrá el honor de no recibir a gente como esa", indicó Hamás.
Abás también rechazó la violencia en la Cisjordania, controlada por la Autoridad Palestina, subrayando que bajo ninguna circunstancia los palestinos recurrirán a la violencia.
"Mientras yo esté en este cargo no habrá lugar para una tercera Intifada", aseguró Abás, quien agregó que los palestinos van a tratar de lograr su Estado solamente a través de "medios pacíficos y diplomáticos".
El presidente palestino negó que el primer ministro de la AP, Salam Fayyad, vaya a renunciar. "Fayyad estuvo en mi oficina en Ramallah ayer y me aseguró que no tiene intenciones de renunciar".
Sus comentarios parecen tener como objeto aplacar al público israelí de cara al intento unilateral palestino de avanzar el estatus de la Autoridad Palestina al nivel de Estado observador no miembro en la Asamblea General de la ONU, e influenciar en las próximas elecciones para la Knéset (Parlamento israelí), programadas para el 22 de enero.