miércoles, 21 de noviembre de 2012
El desafío de ser líder ante un mundo beligerante
El mundo no es el mismo que en 2008. Barack Obama logró diezmar a Al Qaeda, la guerra de Irak es solo un mal recuerdo y los soldados afganos están a meses de emprender la retirada. Los principales enemigos de Estados Unidos son otros.
Ahora los ojos están puestos, principalmente, en Irán. El programa nuclear que busca -según Occidente- hacerse de una bomba atómica, es el gran problema que acusa Washington. El beligerante presidente Mahmud Ahmadinejad dejará en 2013 su cargo, pero los ayatolas, que son los que realmente reinan en esa República Islámica, no están dispuestos a dar un paso atrás en su programa, que, aseguran, tan solo persigue fines pacíficos.
¿Cómo reaccionar ante esta amenaza? La respuesta la dice tener Israel, que maneja la posibilidad -y en ocasiones su primer ministro Benjamín Netanyahu se ha mostrado decidido- de realizar un bombardeo contra las centrales atómicas. En los hechos, Irán no logra enriquecer uranio ni cerca de lo que se necesita para llegar a la bomba. Estados Unidos lo sabe, por eso, hasta ahora, solo ha tomado un papel de liderazgo a nivel internacional para promover una serie de sanciones económicas que ya han logrado hundir al país islámico en la crisis, con una moneda devaluada e impuestos cada vez más altos que han llevado a los comerciantes a protagonizar atisbos de protestas que fueron rápidamente reprimidos por el régimen.
Pero Netanyahu, que va camino a una cómoda reelección, se encuentra impaciente y en caso de que actúe, y de que Teherán reaccione, Washington no podrá mirar hacia un costado. Quizá este sea el gran enfrentamiento militar que marque los próximos cuatro años.
También Israel protagoniza otro de los grandes problemas que Washington carga sobre sus hombros: interceder ante el estado judío y los palestinos para que se negocie la paz. Durante el gobierno de Obama, Norteamérica ha apoyado a Israel y se dijo dispuesto a vetar el ingreso de Palestina a las Naciones Unidas; pero también exigió al gobierno de Netanyahu que detenga sus colonizaciones. Los árabes siguieron con su intento de entrar en la ONU y las colonizaciones crecen día a día.
Oriente Medio también representa nuevos peligros para la Casa Blanca. La "Primavera Árabe" cambió el orden mundial. Estados Unidos demoró en respaldar la ola revolucionaria, y tuvo sus razones para esta tardía reacción. Los gobiernos de Egipto, Yemen, Libia y Siria -el único que aún se mantiene en pie y pelea- eran aliados claves en la región.
El país del dictador Muamar Gadafi fue el primero en mostrar que se vienen días peligrosos con el ataque que recibió la sede diplomática norteamericana en Bengasi, que le costó la vida al embajador Christopher Stevens y a otros miembros de la delegación. En El Cairo la Hermandad Musulmana gobernante aclaró que su Administración no estará bajo la tutela norteamericana, como sí lo estuvo la de Hosni Mubarak, pero también causó reparos a nivel internacional cuando demoró días en condenar los ataques en la capital rebelde de Libia.
En Yemen, en tanto, la salida de Alí Abdullah Saleh, puede representar una piedra en el camino para Washington que enviaba sus aviones no tripulados contra islamistas de Al Qaeda en varias zonas del país a discreción sin que el caído presidente dijera una palabra.
Siria es el mayor problema. La guerra civil amenaza con cruzar fronteras -Turquía recibió bombas del vecino país y en Líbano grupos a favor y en contra de Bashar Asad protagonizaron enfrentamientos-. Rusia y China bloquean en el seno de la ONU cualquier tipo de acción militar contra Damasco y las veces que se intentó interceder de manera pacífica los resultados fueron nulos. El régimen está decidido a luchar hasta acabar con los "terroristas" y los rebeldes hasta que Asad deje el poder. Los republicanos durante la campaña plantearon la idea de armar a los revolucionarios -de hecho, según reportes dados a conocer por la prensa británica, ya está sucediendo-, pero los demócratas advirtieron que entre ellos figuran radicales islamistas.
CRISIS. Durante su gobierno, Obama mandó esporádicos mensajes a la Eurozona en los cuales les ha reclamado mayor determinación a los países para salir de la crisis económica. La debacle financiera en el Viejo Continente ha llevado a una caída de las exportaciones desde Estados Unidos, sobre todo en lo que refiere a productos informáticos, donde compite con los productos piratas chinos que se venden a menor costo.
En declaraciones recientes a la radio colombiana "La W", Obama llamó a "promover la idea de que todos los países de la región (europea) se unan". Y añadió: "Debemos asegurarnos de que las nuevas reformas de España tengan el apoyo de Alemania, que, a largo plazo, van a beneficiar a toda la Unión Europea (...) Eso supondrá una gran diferencia en Estados Unidos porque Europa es el mayor socio comercial y mientras mejor estén ellos, mejor vamos a estar nosotros".
El republicano Mitt Romney y su compañero Paul Ryan señalaron durante la campaña de cara a las presidenciales que se celebraron ayer que las políticas de Obama llevan a Estados Unidos "al mismo camino que llevaron adelante Grecia, Portugal y España", los países más golpeados por la crisis financiera en la Eurozona.
Sin duda la suerte de Europa, que se debate entre la austeridad que pretende que se lleve adelante a raja tabla la canciller alemana Angela Merkel y las políticas de crecimiento que llevan como bandera el flamante presidente socialista de Francia Francois Hollande y el primer ministro interino de Italia Mario Monti, será determinante para que Occidente salga de la crisis financiera. El año próximo se celebran varias elecciones en Europa, la más importante la de Alemania, la principal potencia de la región, que puede hacer cambiar el rumbo de todo el continente.
AGENDA. Estados Unidos, además, cargará con los problemas de siempre. La salida de Afganistán no será un asunto fácil, los talibanes siguen haciendo demostraciones de poder a diario y militares que han cambiado de bando han realizado atentados en los cuales, incluso, decenas de soldados norteamericanos fueron muertos.
Y no es solo Kabul el problema. Pakistán, que posee el arma nuclear, se considera cada vez menos confiable desde la operación que terminó con el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden en ese país, donde habría estado escondido desde hace mucho tiempo sin que las autoridades se inmutaran. ¿Había quién lo sabía? Eso nunca se podrá demostrar, pero las dudas son inevitables.
Rusia, en tanto, también se perfila como un problema cuando el azote contra los opositores crece a diario. En el mismo bando -por su presión contra la disidencia- está China, que a partir de mañana empieza su nuevo Congreso del Partido Comunista que culminará con la asunción de un nuevo líder, Xi Jinpiong, del que no se esperan grandes cambios.
En conclusión, se esperan cuatro años de beligerancia a nivel mundial. Y la principal potencia del mundo deberá estar a la altura.
Las cifras
36.000
Es el número de muertos tras 20 meses de guerra en Siria, según la oposición. Las Naciones Unidas contabilizan unos 30.000.
16
Es la cantidad de centrales nucleares que posee Irán, cada una de ellas con varios reactores. Dice perseguir fines pacíficos.
América Latina, la gran ausente de la campaña norteamericana
América Latina se puede decir que fue la gran ausente de la campaña. Mitt Romney se limitó a decir que endurecería sus políticas frente a La Habana y que impulsaría el comercio con los países de la región, intentando acordar nuevos Tratados de Libre Comercio (TLC). Además de Cuba, Romney se refirió a Venezuela y a los dichos del presidente Hugo Chávez que manifestó que si fuera estadounidense votaría por Obama. Incluso, un aviso de la campaña republicana comparó al mandatario demócrata con el líder histórico cubano Fidel Castro y con Chávez. Pero Barack Obama, en tanto, optó por no incluir a la región en el eje de sus discursos, más allá de celebrar las negociaciones que lleva adelante la guerrilla colombiana de las Fuerzas Revolucionarias Armadas de Colombia (FARC) y el gobierno de Juan Manuel Santos, y expresar su compromiso con el problema del narcotráfico que azota a países como México. Esto puede considerarse algo extraño, si se tiene en cuenta que Obama fue en el presidente que más viajó a América Latina durante su mandato, con 5 visitas.
El País Digital
http://www.elpais.com.uy/121107/pinter-674270/mundo/el-desafio-de-ser-lider-ante-un-mundo-beligerante