domingo, 25 de agosto de 2013
NFRENTAR EL FIN DE LA JUDERIA EUROPEA
Fuente: Commentary- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
15/8/13
por Emanuele Ottolenghi
Anteriormente esta semana, Jonathan Tobin intervino pensativamente en el brillante articulo de Michel Gurfinkiel en la revista Mosaic sobre la paradoja de la vida judia en Europa. Habiendo escrito en el pasado sobre temas similares y en un tono similar aqui en Commentary, deseo agregar otra dimension al debate sobre el futuro de la juderia europea que a veces se pierde en la preocupacion comprensible sobre el antisemitismo en aumento.
A pesar de la descorazonadora vituperacion de Israel, la mayor amenaza para la supervivencia judia europea a largo plazo es la asimilacion, no la persecucion o siquiera el prejuicio.
La demografia judia europea desde que termino la Segunda Guerra Mundial muestra un patron de caida que puede ser correlacionado con el grado de asimilacion judia dentro de la sociedad europea general. Cuanto mas laicos son los judios, menos hijos tienden a tener.
Como señala Daniel Johnson en una contestacion al ensayo de Gurfinkiel, la caida de la demografia judia en Inglaterra ha sido revertida ahora–mayormente debido a las altas tasas de nacimiento de la comunidad haredi, como remarca astutamente un lector. Uno debe agregar a los ortodoxos modernos dentro de la excepcion–porque ellos son, como siempre, la mejor esperanza para la supervivencia a largo plazo de cualquier comunidad judia.
El hecho es que los judios europeos son muy como sus homologos no judios. Ellos estan asimilandose dentro de algo–y su adopcion total de la cultura circundante lleva a cantidades menguantes de judios para la proxima generacion como resultado de tasas de nacimiento mas bajas, matrimonios mixtos, falta de participacion en la vida comunitaria, falta de alfabetizacion judia, y cosas por el estilo. Su perdida para la comunidad significa que las comunidades se volveran mas pequeñas con el tiempo–y familias religiosas mas grandes no son suficientemente grandes para compensar por esas cantidades perdidas.
Hay prejuicio en Europa? Plenitud. Algo de eso es un subproducto de la hostilidad europea hacia Israel, la cual en algunas formas es una sublimacion de antisemitismo clasico ya no mas aceptable, y en algunas formas es su nueva encarnacion. Algo de ello esta resurgiendo desde la derecha, algo de ello en el Oriente, y algo de ello empeorara si la crisis economica no retrocede. Pero nadie serio esta hablando de discriminar a los judios y nadie que este hablando sobre ello esta siendo tomado seriamente.
Los peores casos de discriminacion a los judios han ocurrido en el mundo intelectual–prueba de la racha antiliberal aun presente entre los auto-definidos intelectuales y academicos liberales. Pero nadie ha negado derechos, oportunidades laborales iguales o acceso a la asistencia social sobre la base de ser judio. Eso seria y continuara siendo impensable.
Lo mas importante, el nivel de seguridad en vigencia entre las comunidades judias en toda Europa seria imposible, especialmente en comunidades mas pequeñas, de no ser por el constante compromiso de las autoridades para proporcionar o complementar medidas de seguridad. La necesidad de tales medidas de seguridad excepcionales revela un ambiente en deterioro–pero la asignacion publica en curso de recursos para la proteccion de instituciones judias refleja un compromiso con el pluralismo y la existencia judias.
La generosidad estatal para las instituciones judias va mucho mas alla de la seguridad–ha rescatado sitios de legado judios del decaimiento; apoyo incontables acontecimientos culturales tales como el dia europeo de cultura judia; y financio la educacion judia; beneficiando sobre todo a comunidades vivas tanto como al recuerdo de las perdidas.
Ser judio es un asunto complejo para los que toman seriamente su identidad; y en la Europa de hoy algunos de esos aspectos son mas placenteros que otros. Es un equilibrio, y tanto los que parten como los que se quedan pronuncian argumentos convincentes justificando su eleccion. No ha habido una huida judia en masa de ningun pais europeo–fuerte evidencia que el cuadro no es tan desolador. Pero muchos judios contemplan seriamente mudarse, o al menos toman pasos para permitir que sus hijos se muden (educandolos en el exterior por ejemplo)–un recordatorio que el cuadro no es alegre tampoco.
Hay tambien algunos efectos secundarios inesperados de esta dificil situacion que son el fortalecimiento, en vez del debilitamiento, de la identidad judia en Europa, mejorando asi las posibilidades para la continuidad judia.
Asisten mas niños judios que nunca antes a las escuelas judias–aun si es apenas para evitar la posibilidad de encontrarse con prejuicio, ahora mucho mas probable que en el pasado. Y debido a que las escuelas religiosas estan subsidiadas en muchos paises europeos, la educacion judia es, a diferencia de en Estados Unidos, muy permisible. La matricula esta dentro del alcance de los ingresos de la clase media y, gracias a la ayuda financiera, ningun niño judio cuyos padres deseen educacion judia es dejado fuera.
Un acontecimiento distinto pero correlacionado es la participacion masiva por parte de judios jovenes en los programas tipo Marcha de la Vida y Birthright a Auschwitz e Israel–algo seguro para fortalecer su identidad.
El resultado? Los judios jovenes estan mas cultivados que lo que alguna vez estuvieron sus padres y abuelos en el legado judio–y estos son judios laicos. Los ortodoxos fueron, son y siempre seguiran siendo, muy versados en la tradicion judia. Pero sus homologos laicos estuvieron cayendo a los costados. Donde existe la escuela judia, esa tendencia ha sido revertida–porque ellas ofrecen un ambiente mas seguro, una educacion de alta calidad, una sensacion de pertenencia, y una forma de hacer amigos que proporciona mas posibilidades de encontrar un compañero judio y menos posibilidades de tener amigos que resulten ser antisemitas.
Los demografos judios han documentado en forma concluyente correlaciones positivas entre la asistencia a la escuela y programas grupales que fortalecen la identidad colectiva por un lado, y la tendencia a no casarse por fuera por el otro lado, mientras han correlacionado la observancia religiosa mas elevada con tasas de matrimonios mixtos mas bajas. Asi los niños que van a escuelas judias en grandes numeros, y luego van a viajes a Israel y/o a Polonia en una etapa critica de sus años formativos, tienen identidades judias mas fuertes y un compromiso mas fuerte con trabajar para la comunidad, ser una parte de ella y continuar siendo un miembro en la adultez.
Nada de esto disminuye la validez del analisis de Gurfinkiel.
El panorama es verdaderamente confuso–hoy, es tanto mas dificil como mas facil que en el pasado ser un judio europeo. Hay buenas razones por las cuales muchos judios sienten que Israel o, en menor medida, Estados Unidos, Canada o Australia ofrecen una posibilidad mejor para un futuro judio. Pero las cantidades de aquellos votando con sus pies son aun mucho menores que las de aquellos que optan por quedarse. Los numeros en disminucion, entonces, son principalmente una funcion de los judios que dejan de identificarse como judios, menos una funcion de los judios huyendo del antisemitismo.
Con la misma frecuencia, los que estan partiendo son los menos ricos o los mas fervorosos ideologicamente–sus motivos tienen menos que ver con huir del antisemitismo (aunque la hostilidad desempeña un rol) y mas con luchar contra una combinacion de dificultad material y desafeccion con los valores sociales predominantes.
Yo comparto la alarma de Gurfinkiel ante la patetica e instintiva aversion "tercermundista" por Israel que mantienen obsesivamente las elites europeas, pero no la veo como una amenaza existencial para las comunidades judias como tales. La amenaza llega de una confluencia de factores, de los cuales la antipatia por Israel es uno.
El antisemitismo musulman es tambien una amenaza creciente–y no es suficiente con vivir en suburbios frondosos de clase media para evitarlo. Finalmente, los judios aun piensan que trabajar con las instituciones locales, buscar el dialogo interreligioso, promover la educacion civica, y perpetuar el recuerdo son antidotos fuertes para la sociedad europea en general.
Ellos no han estado completamente errados hasta ahora.
Las cosas podrian cambiar si crece el radicalismo islamico local. Aun asi, no sera solamente el problema de los judios. Si los europeos se vuelven medievales contra sus minorias musulmanas en algun punto aun esta por verse–y los judios no querrian estar en el camino (o al costado) de ese gentio cuando suceda–pero sospecho que los judios seran salvados por lo general.
Para el europeo occidental promedio, los judios son aun bienvenidos mientras se comporten bien y son dejados tranquilos en su mayoria y pueden rezar libremente y prosperar culturalmente mientras son ciudadanos iguales ante la ley. Israel es una historia diferente–y a aquellos cuyo apego a Israel continua siendo un rasgo central de su identidad, el paisaje intelectual y el discurso publico europeos nunca dejaran de ofrecerles razones solidas para partir.