domingo, 25 de agosto de 2013

PREOCUPANDOSE MAS POR LOS CERDOS QUE POR LOS HUMANOS

Fuente: Commentary- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba 16/8/13 por Emanuele Ottolenghi Leer la opinion de Jonathan Tobin sobre la indignacion escandinava con el embajador israeli ante Noruega, quien oso comparar la liberacion de asesinos palestinos con dejar libre a Anders Breivik, me recordo un extraño tema noticioso que aparecio solo tres dias atras en un medio noticioso sueco en idioma ingles. La historia, publicada en The Local el 13 de agosto, estaba titulada "Suecia exige compañero para el cerdo solitario de un hombre." El informe, no les estoy haciendo una broma, es con respecto a un cerdo en una granja que no tiene amigos para jugar o socios para aparearse. Es por supuesto un destino que puede recaer sobre muchas criaturas, incluso mas encantadoras que este solitario cerdo sueco. Pero en Suecia, parece, es asunto del gobierno asegurarse que un cerdo, estimado un animal social, como el articulo utilmente explica, no se crie solo-- o solitario, por asi decirlo. Y para que los granjeros no desacaten la ley, hay inspectores de bienestar animal a mano para asegurar que un cerdo obtenga satisfaccion–hasta su temporada de salchicha, al menos. Eso carga importantes consecuencias para la sociedad–porque cuando tienes tales regulaciones debes tambien tener reguladores, e implementar todo eso sobre cerdos y su derecho a un amigo termina costando bastante del dinero publico. Ese hecho plantea la cuestion de las prioridades sociales–lo cual a su vez ayuda a explicar por que, cuando el embajador israeli busco suscitar empatia entre su publico preguntando como se sentirian las personas si Breivik fuera a ser liberado, sus oyentes probablemente pensaron que el venia de otro planeta. Adviertan que a ellos no se les estaba pidiendo identificarse con Israel, solo comprender a un nivel humano lo que significa ver salir libre al asesino de tus seres amados. Los oyentes del embajador, quienes probablemente simpatizarian con el sufrimiento del cerdo y apoyan la intervencion estatal activa para cumplir con sus necesidades, estaban perdidos en cuanto a ver por que las victimas de Anders Breivik habitaban la misma categoria moral de las victimas de los terroristas palestinos. El error de el–y el nuestro, en la medida que continuamos hablando sobre valores occidentales comunes en referencia a ciertos segmentos de la sociedad europea–fue alegar por una humanidad comun, cuando en verdad no queda ninguna. Ellos se preocupan mas por los cerdos que lo que se preocupan por los judios.