martes, 1 de octubre de 2013

El Jardín de Sefarad como reparación a la expulsión de los judíos

Carlos de Miguel El Jardín de Sefarad, sobre lo que fue el cementerio judío, ha sido escenario de un acto protagonizado por las comunidades judías en el que se ha destacado el hecho de “reparar una injusticia de proporciEl rabino Abraham Guinzburg, del Commite for the Preservation of Jewish Cementeries in Europe, con sede en Londres, ha ofrecido varias oraciones de difuntos en hebreo -una de tradición sefardita-, a la vez que agradecido a la capital abulense la preservación del espacio “con todo el honor” tras verse “gratamente sorprendido”. Ha recordado que el Parlamento Europeo decidió que debían preservarse los santuarios judíos del continente, a la vez que pidió un aplauso para Elías, el niño abulense que observó un hueso que dio con el cementerio cuando se efectuaban las obras del colector supernorte. Junto a una niña, Yavne, protagonizaron una pequeña ofrenda con dos piedras en el túmulo donde se depositaron los restos el 7 de julio. Expulsión de los judíos Ante numerosos judíos tocados con la kipá, el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Isaac Querub, ha mostrado su agradecimiento porque al recuperar el espacio del antiguo cementerio “se repara una injusticia de proporciones históricas como fue la expulsión de los judíos”. “Lo que se hace es asumir la identidad de Ávila, una ciudad en la que vivieron judíos, musulmanes y cristianos”, y este hecho supone “la reparación de un error”. Agradecido porque se haya respetado la tradición judía para depositar los restos hallados, ha manifestado la satisfacción por el tratamiento otorgado por el Ayuntamiento de Ávila. Querub, que inició su intervención recordando la aljama de la ciudad hace siglos con los nombres de calles de origen judío, rememoró la convivencia de personas de las tres religiones: “a veces mejor y otras veces peor, en función de las leyes dictaras por la Iglesia, los reyes o los señores”. Conversos Y tras referirse al 31 de marzo de 1492 como “el final de la presencia judía”, fecha de la firma del decreto de expulsión de los judíos de la Península Ibérica, no olvidó citar los testimonios de Santa Teresa y a San Juan, procedentes de “conversos de origen judío”. “Sefarad -nombre judío de España- ya no es una nostalgia, sino un hogar”, ha dicho, para luego citar al rey Juan Carlos cuando en 1992 se conmemoró la expulsión y propuso “analizar el pasado en función de nuestro futuro”. “El alcalde de Ávila recoge el testigo y repara una injusticia” con la que la ciudad “piensa en el presente y en el futuro asumiendo su identidad y proyectando su vocación de ciudad abierta y a la paz”. En este punto, el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España llamó a una educación basada en la “libertad de pensamiento y de religión” y en el “derecho a la diferencia”. Antepasados El alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, recordó el pasado histórico de la ciudad y sus antepasados al decir que el jardín supone “un acto de justicia con muchas personas que pasaron por aquí y que ayudaron a hacer la ciudad”, y referirse a los antecedentes que otorgaban a esta zona como lugar del cementerio judío. “Antepasados nuestros hoy se ven recompensados y reconfortados”, dijo, y añadió que “la ciudad es más ciudad porque una parte que nos faltaba en este momento está presente”. Tras aludir que nunca había habido un reconocimiento público a una comunidad judía que vivió durante siglos, resaltó que los enterramientos se habían efectuado de acuerdo a la tradición mística judía. El acto que cerró la Semana Europea de la Cultura Judia contó también con la intervención del rabino Yerahmiel Basylka; David Levy, presidente de la Hebrá Kadisha de Madrid o Santa Hermandad, y, entre otros, acudió el presidente de la Comunidad Judía de Madrid, David Hatchwell; y en representación del Gobierno el subdirector general de Relaciones con las Confesiones, Ricardo García; el presidente del Centro Sefarad-Israel, Miguel de Lucas; y Fernando Arias, de la Fundación Pluralismo y Convivencia. ones históricas” y de que Ávila asuma su pasado.